-ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟠-

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—PALACIO DORNE
CORTE DÍA ☀️

Dorne era una tierra cálida, los rayos de sol siempre estaban presentes haciendo los días largos, llovía las veces necesarias en el año y tenía la humedad suficiente debido al océano que los rodeaba. El único defecto de Dorne era ser enemigos de la mayoría —o todas— las cortes.

No tenían buena relación con ninguna corte, especialmente con Shadowing. Esos estúpidos y arrogantes de la Corte Noche eran su peor enemigo, con la llegada del nuevo Rey las cosas serían peor para el próximo heredero.

El muchacho de cabellos oscuros no dejaba de caminar en círculos por toda su habitación, su hermano había partido hace semanas en una misión para ambos y él ya estaba cansado de esperar, no debió confiarle la vida de su Omega a su hermano.

— ¡Samu! —la estruendosa voz de su hermano se escuchó en el silencio sepulcral.

—Dime que lo encontraste —rogó—. Por favor dime que lo encontraste. Lleva mucho tiempo alejado de mí, la marca no fue hecha correctamente, pueden herirlo y el estar tan lejos no es bueno para ninguno de los dos.

—Cálmate, por favor. —su rubio hermano estaba hablando suave y claro.

—No lo encontraste, ¿verdad?

—No, pero ya se bien dónde puede estar.

— ¡Habla ya, maldita sea! —gritó desesperado, sus feromonas de chocolate amargo y menta inundaron el lugar.

—Escuche que nuestra corte obsequió un Omega al nuevo Rey de Shadowing. —Osamu se puso más pálido que de costumbre.

—Lo matarán... Tsumu, matarán al amor de mi vida. —lloriqueó.

—No lo harán, no podrán hacerlo.

—Él no es virgen, si fue obsequiado precisamente para ser concubina podrán matarlo por no serlo.

— ¡Tienes que calmarte, Samu! No lo harán, es un Omega marcado por el Príncipe de Dorne, un Alfa Fae de la Corte Día, no lo lastimarán. —aseguró el rubio.

—Tengo que ir a Shadowing.

—No puedes hacerlo.

—Claro que puedo y lo voy hacer.

—Samu, por favor debes controlarte. —le pidió a su hermano entrar en razón, pero él se negaba abruptamente.

—Si es necesario desatar una guerra para recuperarlo la empezaré y voy a ganarla —enunció con seguridad—. Nadie puede venir y pisotear a un Miya, ni siquiera los de nuestra propia sangre. ¿Me escuchaste?

—Si sigues con esas ideas morirás pronto. —dijo con seriedad y tristeza.

—No me importa, moriré antes de que asciendas al trono, así lo dicta la tradición y nuestro padre se asegurará de ello.

Era una ley no establecida que aparentemente todos cumplían, no podía haber más de un heredero del mismo de rey cuando éste muriera, de esta manera se olvidaban completamente de las batallas por el poder, solo se conservaban a menos que el nuevo rey no tuviera descendencia. Una

—No tienes que preocuparte, jamás tendré hijos y una vez que yo muera mi corona será tuya —dijo Atsumu—. Por eso hare todo lo posible para traerlo de vuelta, solo él puede darte hijos.

 Por eso hare todo lo posible para traerlo de vuelta, solo él puede darte hijos

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「𝓛𝓪 𝓒𝓸𝓻𝓽𝓮 𝓝𝓸𝓬𝓱𝓮」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora