-ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟚𝟝-

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—PALACIO KAHTA.
CORTE DE PRIMAVERA 🌸
Meses después

Las cuerdas vocales son los órganos más valiosos para toda criatura en la tierra, especialmente para los Faes. En las primeras canciones se relata cómo es que los antiguos reyes de antaño engañaban a los humanos y los traían a su reino, cazaban con ellos, pero en lugar de invitados eran las presas.

La habitación estaba sumida en histeria, las mujeres caminaban con toallas como accesorios en las manos, algunas parecían tener sangre en ellas, las cubetas de agua entraban llenas y se iban llenas.

En el pasillo dos Alfas estaban a la espera del gran suceso, el momento donde un Omega trae a un nuevo ser al mundo.

— ¡Ya no puedo más! —El grito desgarró en su garganta y pudo jurar que rompió los tímpanos de los presentes.

— ¡Puje su alteza, puje! —Exigió una de las matronas.

— ¡No puedo hacerlo de pie, idiota! —No era propio que el Omega maldijera, pero debido a la situación tendía a molestarse y tratar mal a quien solo quería ayudar.

En el pasillo detrás de la puerta dos Alfas esperaban a las noticias, uno estaba más nervioso que el otro, sus nudillos se volvían blancos por la fuerza.

—No tienes que comportarte así —regañó Matsukawa—, no es correcto.

—Su alteza está sufriendo mucho —susurró Iwaizumi—. Deberíamos estar con él.

—El padre del niño debería estar dentro —interrumpió—. Nosotros no somos el padre.

—Mattsun, por favor —rogó el Alfa de ojos verdes—. Suga está...

— Su alteza Koushi Oikawa —enunció recalcando el apellido del Omega—, estará bien, ya ha hecho esto antes.

—Y también ha perdido antes. —Expresó—. No dejaré que vuelva a perder a su hijo, no otra vez.

— ¡¡Maldición!! —El gritó del Omega alteró los nervios de ambos Alfas. La puerta se abrió y el doctor salió por ella, su rostro se miraba frustrado, compungido y expresión de pocos amigos.

—Mi Lord —saludó el Beta—. Tenemos una decisión importante que tomar. —Los nervios florecieron en Iwaizumi, una sensación horrible brotó en su pecho—. El bebé se niega a abandonar el cuerpo de su madre, el trabajo de parto no progresa, tendremos que realizar una operación.

— ¿Operación?

—Hay muchas dificultades con esto, mi Lord, podría ocasionar un desgarre en los canales de la matriz. —El tiempo estaba corriendo de forma rápida, lenta, tortuosa—. Tenemos que decidir ahora, de no hacerlo podría perderlos a ambos.

— ¿Qué es lo que opina su alteza? —Preguntó Matsukawa.

— ¡No van a decidir! —El Omega salió de la habitación a pasos lentos y con su mano sobándose el vientre—. Es mi cuerpo... no van a decidir eso.

— ¡Su alteza, corre riesgo de morir! —Exclamó el doctor.

— ¡No lo harán! No dejaré que Hajime decida por mí. —Gesticuló.

「𝓛𝓪 𝓒𝓸𝓻𝓽𝓮 𝓝𝓸𝓬𝓱𝓮」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora