-ℂ𝕒𝕡í𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙𝟞-

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CAMINO A LARES
—CORTE DE INVIERNO ❄️

El suelo de terracería se quebraba en la suela de sus botas, dejaba las huellas de la imponente figura por el lugar, ajustó la capucha para evitar mostrar su rostro, la última vez que lo vieron fue hace años y no necesitaba que alguien lo reconociera.

La piel de oso lo ocultaba de forma magistral, su padre decía que el físico de la gente puede cambiar, pero son sus ojos los que conservarán la esencia del alma y mostrará quién eres en realidad. Por eso intentaba no mostrar su cara.

Avanzó por los caminos del pueblo, la gente parecía envuelta en su mundo. En los edificios había series de luces conectadas, los lugareños estaban detrás de sus puestos gritando sus ofertas para vender algo y poder llevar comida a su mesa, la situación en el reino no era precaria, pero el clima siempre fue un factor negativo. En el norte siempre reinaba el viento frío y parecía que el invierno jamás acabaría, llegando incluso a temperaturas de un grado centígrado con sensación de menos tres en un día soleado. Para un Fae como él era cosa de nada, pero para un simple humano podría enfermar de hipotermia si no se cuidaba —o eso decían ellos—. La nieve no caería hasta finales de diciembre o principios de enero, sin embargo, el viento cada vez se hacía presente.

Una ráfaga de viento helado le inundó sus fosas nasales de un peculiar aroma a chocolate y canela, también a hojas de té. Dio vuelta en uno de los callejones donde había una solitaria taberna para leñadores, decidió entrar y sentarse en una de las mesas más alejadas con la espalda recargada en su silla.

—Fue difícil encontrarte —La voz de barítono hizo ruido entre el escándalo y sonrisas de los lugareños—. Pero me alegra volver a verlo, majestad.

—Yo no soy el Rey de Winterfell, Semi —dijo el de cabellos verdosos.

—Deberías disculparnos, Wakatoshi- kun —interrumpió el pelirrojo—. Todos seguimos creyendo eso. —Semi y Tendou eran dos soldados y amigos cercanos suyos, juntos habían hecho el entrenamiento militar y habían presenciado su ceremonia de juramento.

Ambos eran Alfas que encajaban de manera grandiosa, Semi era un Fae de cabellos cenizos, demasiado tranquilo y un poco caótico cuando lo sacaban de quicio y el único que podía lograrlo era Tendou; de cabellos rojos, casi guindos y ojos del mismo color, él tenía esa capacidad y era demasiado alegre para el gusto del primero. Aun así ambos se complementaban muy bien.

— ¿Qué están haciendo aquí? —Preguntó.

—Necesitas dinero y vinimos a dártelo—contestó Tendou muy alegre—. Huiste con prácticamente nada, estábamos preocupados.

— ¿Cómo está mi hermana? —Les cuestionó.

—Valide Nurbanu está muy bien —respondió Semi—. Ha sabido darse su lugar, deberías verla, es toda una Reina. —Wakatoshi sonrió orgulloso.

—Sí, lo es. —Sonrió con orgullo—. Por favor cuídenla bien.

—No tienes que preocuparte, Imayoshi hace un estupendo trabajo —dijo el pelirrojo.

—Eso es lo que me temo, Imayoshi no ve a mi hermana como a su Reina, la ve como su mujer.

—Jamás te había visto tan celoso, Wakatoshi —se burló el Alfa.

—Cállate —lo regañó el rubio cenizo—. Ten más respeto con nuestro Rey.

—Insisto en que dejes de hacer eso, Semi —dijo el príncipe.

—Lo único qué haces es llamar la atención, Semi Semi.

— ¡Ya te dije que no me llames así! —Reclamó el rubio.

「𝓛𝓪 𝓒𝓸𝓻𝓽𝓮 𝓝𝓸𝓬𝓱𝓮」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora