¹𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔 ✧ ཻུ۪۪˗ˏˋ៚┋𝖼𝖺𝗋𝗅𝗂𝗌𝗅𝖾 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇

𝒕𝒓𝒆𝒔 !

"—¿Qué es lo que pasará ahora, Carlisle?—" sí, eso mismo se preguntaba el.

"—Por ahora, lo mejor es que lloren por tu muerte—" el mayor suspiró pasando su mano por el cabello azabache de Dante.

"—No veré a Charlie, ¿verdad?—" una mueca arrepentida apareció en el rostro de Carlisle. Los delgados dedos del azabache delineaban los detalles del carrito de juguete, al que ahora le faltaba una rueda, cosa que perdió en el accidente.

"—No, lo siento, Dan...—"

"—Está bien, solo quería que viera que no era un monstruo—" el rubio tomó las manos de castaño haciendo que lo mirara, entre las grandes manos del mayor también contó con el juguete.

"—No eres un monstruo, no antes ni ahora—" el menor quería llorar, tal vez su ahora nueva vida podía decir lo contrario, pero su alma no lo era y de eso, estaba seguro. El pequeño Dante podía jurar que amaba al rubio con toda su alma, mirar sus ojos dorados llenaba su pecho de manera majestuosa, sus caricias cálidas por todo su cuerpo, podía reconocerlas aun si no pudiera verlo. Se sentía seguro a su lado, y jamás traicionaría ese puro sentimiento, desde ese día el azabache se hizo la promesa que el rubio le había dicho, -jamás le haría daño a alguna persona- y si eso llegara a suceder se mataría con sus propias manos. 

Eso no se lo había dicho a Carlisle, pero sin duda, era algo que guardó en su mente tan firme.

El tiempo fue pasando, gracias a los Cullen y suponiendo que a la vida, las cosas fueron tomando un lugar ahora. Se dio a conocer al mundo la muerte de Dante Swan, por parte de su familia, inmediatamente la culpabilidad les golpeo al mayor y a la enfermera, los policías dieron detalles de los hechos, por lo que suponía que el auto, en un intento por salir de Alaska, las ruedas del coche derraparon por las frías y resbaladizas calles cayendo colina abajo y perdiendo el cuerpo por el río saliéndose por el impacto, además de no utilizar el cinturón de seguridad; los Cullen hicieron un gran trabajo. El mayor de los Swan junto a su esposa le dieron la noticia al pequeño Charlie de su hermano mayor de la manera más sutil que pudieron, pero eso no evitaba la tristeza por la cual el menor tuvo que pasar al perder una persona querida.

Carlisle con toda la pena fingida pidió, tratando de contagiar de empatía a los directores de la facultad de medicina, tener el titulo de tan grande alumno que cursaba sus pasantías con él, cosa que no se le negó. Triunfante lo colgó en su biblioteca, Dante lo miraba con ojos brillantes, fue ahí que soltó su primer lagrima, el azabache jamás creyó poder lograr algo tan grande como eso, sus padres jamás creyeron en él, pero lo pudo hacer. Lo que inició siendo principalmente para ayudar a su madre (cosa que inocentemente se había equivocado pero al final le gustó la carrera) terminó por hacerlo por la gran admiración que le tenia al Cullen mayor. Los brazos del rubio rodearon la cintura del azabache.

"—Bien hecho, cariño. Lo lograste—" el corazón le saltó fuerte, se giró de frente hacía el "—Estoy orgulloso de ti—" Dante lloró con lentas y escasas lagrimas que simulaban a cuando se lloraba sin parar una vez siendo humano. Cosa que Carlisle terminó por limpiar cada una de ellas. Se sentía bien, muy bien a pesar de todo.

Y aunque ahora no podía ejercer su profesión, realmente se sentía confiado de que podía lograr más cosas.
Por ahora, tenía que aprender a controlar sus nuevas habilidades y reprimir su deseo de sed humana, no estaba solo, tenía a Carlisle de su lado y a los Cullen, quienes lo hacían sentir cada vez más como una familia.

Los besos del azabache llenaban cada centímetro del rostro de Carlisle y los brazos rodeaban los hombros con considerable fuerza. La noche anterior Carlisle había tenido guardia nocturna en el hospital, por lo que estuvo un tiempo fuera de casa, a lo que Dante, aun sin acostumbrarse a socializar completamente con los Cullen, lo había extrañado mucho.
Cuando Carlisle llegó se metió a su estudio con el menor siguiéndole. Ahora con el azabache sentado en su regazo, con ambas piernas a cada lado de las del rubio compartiendo mimos, las manos del mayor sostenían la cintura del contrario acariciando lenta y delicadamente.

Dante bajó a repartir besos en el cuello del médico, a lo que el le respondió con una risita.

"—Dan, si seguimos, no podré parar nunca—"

"—Yo no le veo problema a eso—"

"—Yo sí—" con ambas manos en sus hombros recorrió hacia atrás  el cuerpo delgado de su novio "—tengo que escribir una carta a los Vulturi—"

Ante la cara confundida del menor, Carlisle le explicó quienes eran y el motivo de su carta. La culpa apareció en el cuerpo delgado, realmente no deseaba que pasaran peligro por consecuencia de él.

"—Hey, tranquilo—" el mayor tomó una de sus manos y la llevó a su boca y entre ella habló de nuevo "—Tu no tienes la culpa, está fue decisión mía, no dejaré que nada pase—" terminó para proporcionar besos en el dorso de su pálida mano, al pecho de Dante le daba cosquillas, había sentido la ensoñación de esos besos en sus manos desde el momento de su transformación, la cálida sensación de los labios de Carlisle lo reconfortaron "—Yo me encargo—" Dante terminó por acostar su cabeza en el hombro del mayor disfrutando de las hermosas emociones que el rubio le hacían sentir.

"—¿Me acompañas a hacer la carta?—" el azabache con los ojos cerrados asintió. El mayor se acercó más a la mesa aún con el menor en su regazo y comenzó a escribir.

》 Queridos Aro, Caius y Marco Vulturi.

Permítame saludarlos correctamente deseándoles que pasen el mejor de sus siglos llenos de victorias.

Por motivos de urgencia mortal, y ante la escasez de soluciones viables, he convertido a un humano a uno de los nuestros.

Tal vez la noticia ya haya llegado a sus oídos, pero yo Carlisle Cullen no he podido ignorar a mi naturaleza, pues el amor de mi vida, mi destinado se encontraba muriendo en mis brazos. El dolor de mi pecho me estaba matando.

El joven por cual lleva por nombre Dante, aun tenía una vida y logró que completar en la ignorancia de nuestra existencia.
Permitanme a mi hacerme responsable de sus actos y enseñarle nuestro modo de vida para evitar quedar descubierta nuestra naturaleza.

Sin más, quedó a la espera de una respuesta de su parte y me despido de ustedes de la mejor manera.

Carlisle Cullen 《

☆ la neta no se escribir tan formalmente ni de manera tan antigua, jajaja para eso se lleva un estudio y a eso no me dedico. Espero puedan entender :)