¹𝑬𝒕𝒆𝒓𝒏𝒐𝒔 ✧ ཻུ۪۪˗ˏˋ៚┋𝖼𝖺𝗋𝗅𝗂𝗌𝗅𝖾 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇

𝒅𝒐𝒔 !

A Dante le atacó la vergüenza el hecho de que Carlisle lo viera "comer" al pobre venado que había casado por el. Tan solo quería esconder el rostro en cualquier lado que pudiera.

La mirada del mayor lo hizo sentirse mal, lo miraba asqueado, lo sabia por que su madre lo había visto así infinidad de veces, inmediatamente bajó su cabeza.
Sintió las manos ahora cálidas sobre sus brazos y la presencia frente a el, en otro momento hubiese sonreído, pero creyó que le daba repulsión al amor de su vida.

"—P-perdón, tengo que mejorar más—"

"—¿Que?—"

"—No quiero decepcionarte—"

"—Nunca me decepcionarías, Dan... es solo que...—"

El menor lo miró expectante, tomó entre sus delgadas manos la camisa de la cintura del doctor.

"—¿Que pasa entonces?—"

"—Lo siento, tal vez tu no querías una vida eterna, pero...

» de tan solo pensar en perderte, yo...—"

Su piel ya era pálida desde un principio, tan solo tomó un tono más muerto, pero la mirada confundida y atolondrada por el hombre frente a él, lo hacían tener aun esa apariencia de humano que Carlisle siempre recordaría.

"—¿Tu eres eterno?—"

"—Sí—"

Ver al hombre de su vida rodeado de arboles y naturaleza, le hacían sentir cada vez más vivo. Ansioso por ver más escenarios con ambos de protagonistas.

"—Entonces si ambos somos Eternos, seamos eternos juntos—"

Y el rubio se enamoró aun más del azabache.

Una sonrisa se extendió en el rostro de Carlisle. ¿Cómo era posible? todos huían de la idea de ser un vampiro, y aunque al final lo aceptaban, el desprecio a su misma persona siempre estaba presente, por no ser normal, por vivir millones de años, por herir a los humanos.
Pero él, ni siquiera le importó consumir la sangre de ese pobre venado, ni asumir asumir tan rápido la idea de vivir una vida eterna a su lado.

Carlisle no sabía que era lo que había hecho bien, ni por que el destino le había recompensado con la compañía de un ser tan fiel como él.

"—Ahora no podré ver a las personas—" su voz lo hizo despertar.

"—No... pero solo es cuestión de que te acostumbres a ellos y tengas fuerza de voluntad—"

"—¿Tu has matado a alguien?—"

"—Nunca—" el menor guardó silencio, procesando todo con su nueva mente desarrollada "←por favor, nunca le hagas daño a ninguno—"

"—Te prometo que nunca lo haré, si eso me hace estar a tu lado me esforzaré—" atrapó entre sus brazos el torso del mayor con fuerza, causando una mueca de dolor en el doctor.

"—Gracias, Dan—"

Ante esas palabras, el azabache sonrió, la sensación de llorar le vino, pero aunque solo pudo soltar dos lagrimas, sonrió.
Era la primera vez que le agradecían.