¿Fin?

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Todo parecía estar en un punto medianamente malo, pues las cosas seguían siendo difíciles para cada uno de los chicos que habían sido víctimas de Noah una vez más.

Eithan se encontraba en el baño aquella noche, las luces estaban apagadas y el agua caliente caía en su espalda mientras, inmóvil, disfrutaba de aquella melodía que el pelinegro le había enseñado.

—Te extraño..— El castaño suspiró, soltando por fin lo que tanto tiempo se había guardado. Sí, extrañaba al pelinegro y, a pesar de saber todo lo que había hecho, no podía dejar de pensar en él y eso lo volvía loco.— ¿Qué me hiciste?..— Miró sus manos y sus ojos se cristalizaron al instante, pues con esas mismas manos había matado a quién tanto daño le había hecho y a quien tanto quería volver a ver.— Dios.. Estoy mal de la cabeza.— Eithan rió amargamente y dejó que el agua le quemara la piel ya que, en cierta forma, lo disfrutaba.

—Eithan, ¿está todo bien?..— La tía del chico tocó la puerta.

—Si, todo bien.

—Hm.. La cena esta lista, para que bajes a comer.

—Ok, voy en seguida.

A pesar de no tener apetito, Eithan sabía que debía ir a comer si no quería preocupar más a su tía, así que apagó el agua y, cuando la música se detuvo, un pensamiento repentino llegó a su mente: "Quizás aún está conmigo". Sonrió y, a pesar de saber que  estaba mal de la cabeza, no le importó en absoluto y, luego de secarse y vestirse, miró la cicatriz su brazo y, por un momento, sintió la presencia de aquél chico pelinegro al que tanto amaba.

Fin



















No, no es cierto, esto aún no ha terminado.

El segundo libro de esta historia estará disponible muy pronto, así que sólo queda esperar.

Eso es todo, gracias por leer.

—Henry

El chico good y el chico bad boy 《Versión extendida》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora