14

22 4 13
                                    

Narra el chico good:

Noah había puesto un disco en la radio mientras guardaba silencio, cosa rara de él, pues siempre solía hablarme mucho.

El pelinegro caminaba de un lado a otro en la habitación, de vez en cuando sonreía pero cuando esa pizca de felicidad desaparecía, se quedaba mirando fijamente hacia una esquina de la habitación.

-¿Estás bien?..- Me levanté de la cama, haciendo sonar las cadenas.

-¿Ah?..- Me miró extrañado, como si no me conociera.- Jajaj, si, estoy bien, amor.- Me dio un beso en la frente y tomó mi mano.- ¿No te gustaría bailar?.

-Eh.. No lo sé..

-Jaja, no sé bailar de todas formas así que no te preocupes.- Su sonrisa se veía perturbada por algo, pero no podía pensar en nada en realidad.

-¿De donde sacaste ese disco?..

-Lo tengo desde que soy pequeño.

-Oh.. Ahora que lo pienso, no me has contado mucho sobre ti.

-Ni tu sobre ti.

-Cuéntame algo y yo te contaré algo más.

-Bien.- Rió levemente mientras que la melodía seguía sonando de fondo.- Cuando era pequeño mis padres solían ponerme música de este tipo, decían que me ayudaría a ser más inteligente, algo así como el efecto Mozart.- Al ver que sólo lo miré sorprendido, siguió su relato.- Lo malo es que siempre me ponían la misma canción una y otra vez, cada día que pasaba hasta que cumplí los 15.

-Oh..

-Ellos me encerraban en esta habitación mientras que el disco se reproducía infinitamente, en su mente yo aún era un niño de 5, aunque nunca supe porqué.- Acarició mi cabello.- Al ser un niño para ellos, nunca me dejaban hacer nada y me castigaban constantemente, decían que era muy pequeño a pesar de que yo les decía que tenia 15 pero ellos me gritaban que no era cierto, que cumpliría los seis el otro año, pero nunca llegaba ese día y el ciclo se repetía una y otra vez hasta que decidí acabar con ellos.

-¿L..Los mataste?..

-Si.- Sonrió.- Esa mañana me venían a dejar el desayuno como todos los días y, aprovechando que no había cerrado la puerta, corrí y busqué la pistola de mi padre. Los miré y les disparé, luego cayeron al suelo y, cuando supe que ya no podían hacerme daño, busqué un cuchillo en la cocina y empecé a apuñalarlos hasta dejar el suelo lleno de sangre.

-Ah..

-Nunca le había contado esa historia a nadie, ahora que lo pienso..- Me abrazó.- Sólo a ti, mi amado Eithan..

-Ya veo..

-Ahora cuéntame algo tú..

-Eh..

-Es lo que prometimos, ¿no es así?.

-S..Si, pero..

-Ahora es tu turno.- El tono de su voz expresaba cierta dulzura.

-Ok..- Respiré hondo e intenté calmarme pues mi cuerpo entero había empezado a temblar.- Mi padre siempre fue bastante agresivo con mi madre y conmigo, no recuerdo el porqué de su odio o rencor, lo único que sé es que le encantaba entrar a mi habitación y luego azotar la puerta para luego golpearme, tirarme al suelo e insultarme. Mi madre le gritaba que me dejara en paz, pero él decía que si intentaba interferir nos iba a matar a ambos. A pesar de esto, mi madre intentó de todo para escapar, pero siempre nos encontraba y los castigos se volvían cada vez peores con el paso del tiempo, hasta el punto de que me trajo aquí para alejarme de todo lo que alguna vez había querido pero fue arruinado por él.- Apoyé mi cabeza en el hombro del pelinegro.- Eso es todo, supongo..

-Has sufrido tanto, Ei..- Besó mi frente.- Ahora que tu padre está muerto no volverás a sufrir nunca más, yo me haré cargo de eso.

-P..Pero tu también me haces daño a veces..

-Es porque me haces enojar, pero yo te amo.

-Hm..

-Ei, prometo que no te haré daño otra vez, pero también necesito que me hagas caso..

-Está bien..

-¿Ves que no soy tan malo?.

-Si...

-Ahora te dejaré descansar, no debió ser lindo recordar todas esas cosas..-Acarició mi mejilla.- Ahora vas a dormir.

-No tengo sueño..

-Pero debes dormir.- Metió una pastilla a mi boca y me dio un vaso con agua que estaba en la mesita desde hace un rato.

-No quiero..

-Eithan.- Su voz firme y su mirada asesina hacían estremecer todo mi cuerpo, por lo que decidí sólo tomar la pastilla.- Muy bien, amor.- Besó mis labios.- Hará efecto en un rato pero no tarda mucho, así que no te preocupes.

-Ok..

-Yo me quedaré contigo hasta que duermas, ¿ok?.- Asentí levemente con la cabeza.- Bien, me gusta cuando eres obediente.

-Noah..

-¿Hm?.

-¿Podré volver a salir alguna vez?..

-Claro, sólo necesito hacer algunas cosas pero, si te sigues portando bien, saldrás muy pronto y seremos muy felices.

-¿Y qué pasará con Jason?..

-Él no importa, ahora duerme, no quiero que empieces a preguntar estupideces..- A pesar de que sus palabras eran duras, el tono de su voz las hacía sentir mucho más leves.- Duerme bien, Ei.

-Bueno..- El sueño ya empezaba a apoderarse de mi y, a pesar de que intenté mantener los ojos abiertos, estos se cerraron hasta que todo de volvió negro y la melodía se escuchaba cada vez más lejos.

El chico good y el chico bad boy 《Versión extendida》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora