El chico secreto.

7 1 0
                                    

Unas manos me agarraron de la cintura, pero sabía que no eran de Matt, cuando volteé a ver era un chico llegando a sus 25, cabello rubio, ojos azul mar, cuerpo trabajado y el rostro muy bien detallado, un jodido ángel caído del cielo.

-Preciosa ¿todo bien?.- me pregunta aquel chico con una voz profunda para morir. Las chicas estuvieran aquí y estarían encima de él. Sobretodo Alicia, ella no desaprovechaba una oportunidad.

-S- Si, todo bien.- me aclaré la garganta, pues estaba un poco nerviosa. Sus iris azules detallaban muy bien mi cara, como si de una obra de arte se tratara.

-¡ROSALINE!.- interrumpe Matt a lo lejos.- ¡Ros! ¿Estás bien?.- pregunta mi novio preocupado.

-Si, estoy bien- afirmé con una sonrisa. Veía como Matt miraba con cara de pocos amigos a aquel chico extraño, y mientras el desconocido me veía con cierto descaro.

-Bueno...- aclaré la garganta para no sentirme un poco incómoda.- Creo que mejor aprovechemos el día.- dije tratando de acabar con ese silencio incómodo.

-Y...- miré a aquel chico, que por alguna razón me generaba desconfianza.- Gracias por evitar que mi cara estuviera contra el piso.- le agradecí.

-No hay de que, principessa.- aquel apodo me dió escalofríos, me traía recuerdos y no muy buenos.

-Tienes razón pequeña, vámonos.- dice Matt al instante.
Mientras nos alejábamos, sentía la mirada de aquel tipo en mi, me causó nervios, así que abracé el brazo de Matt.

-Ese tipo tiene algo raro, me causa cierto temor y escalofríos.- le digo a Matt que estaba un poco distraído.

-Tranquila, aunque tienes razón, su cara se me hace familiar, y sus ojos aún más, pero no recuerdo de dónde lo he visto.-responde él con preocupación.

-Bueno, ya no pasa nada, por ahora tú te convertirás en mi capitán de bote personal.- digo con entusiasmo.

-A veces no entiendo como es que cambias tan rápido de humor.- dice él rascándose la nuca. Solté una carcajada ante ese comentario y luego de reírme por un buen rato, me subí al bote.

-Joder, esta cosa si es grande.- exclamé asombrada.- Era un bote pequeño, pero muy bonito, tenía un par de asientos y una mesa en el medio con frutas, algunas chucherias y bebidas, algo que me llamaba la atención era que las mesas y sillas tenían bordes dorados y uno que otro destello.

-Eso no es oro ¿verdad?.- le pregunté a Matt un poco asombrada.

-Sí, si lo es, y esos pequeños destellos que están ahí son unos pequeños cristales incrustados.- exclama con cierta fascinación, y yo boquiabierta tenía los ojos abiertos como platos.

-Okey.- no pude decir más nada, ante eso.
Luego mi mirada se concentró en una caja blanca con un lazo dorado, la iba a abrir, hasta que Matt puso la mano encima.

-Ah, ah, ah, señorita, usted no abrirá caja hasta que yo le diga.- dice él.- Te esperarás hasta el final del día para abrirla.- termina de hablar con su típica sonrisa "angelical" pero de angelical no tenía nada.
Traté de hacer un puchero, pero no le importó, así que me senté en la punta del bote con brazos cruzados agarrando aire un poco molesta.

-Sigue así que no vas a convencerme, te vez tierna, pero no me vas a convencer.- dice él detrás de mi a lo que yo di un pequeño salto por la impresión.

-Cállate.- dije molesta ignorando su mirada, ya que si lo veía caería.

-Tranquila, la caja la verás en unas horas.- dice sin más.- Además no haz comido, ven a comer, luego me arrancas la cabeza si quieres.- me agarra de la cintura para cargarme como una bolsa de papas, hasta dónde estaba la mesa.

Me senté en la silla, y, joder, tenía razón no había comido y andaba de mal humor, pero igual le arrancaría de la cabeza.

Cogí un plato, me serví pescado y otras frutas con un vaso de naranja, empecé a comer ya que mi estómago rugía y quien era yo para decir que no.

Terminé de comer y me quité la ropa lentamente, buscando la atención de Matt, lo conseguí, se quedó embobado cuando me miraba, sus pupilas estaban dilatadas y casi que babeaba.

-Hey tonto, no babees.- bromeé, él reaccionó y casi que me ahogo de la risa.

-Con ese jodido cuerpo de diosa pues claro que voy a babear.- contraataca con perversidad.

-Si bueno, calma al amiguito que tienes ahí.- dije apuntando su short, se le notaba su erección.

**********

(Narrador omnisciente).

Habían pasado unas 3 horas y antes de que retornarán para regresar, Matt por fin le dió la caja, luego de que ella insistiera por horas.

-Pequeña, aquí está tu otra sorpresa.- le dice Matt con dulzura. Ella le arranca la caja de las manos para ver que contenido tiene adentro.
Quitó el lazo, y la abrió poco a poco, adentro tenía un collar plateado con una hermosa joya azul.

-Pe- pero ¿de dónde la conseguiste?.- preguntó balbuceando mirando la joya con fascinación.

-La compré hace unos días.- dice mirando a Rosaline con ternura.

-Matt se ve que es costoso ¿Cómo lo compraste?.- indaga ella, mirando la joya.

-Eso no te lo diré.- dice él- pero quiero que te lo pongas cada vez que puedas.

-No andaré en Centerville con un collar así, me matarían para luego quitármelo, o quizás peor.- dice ella riendo. Él le siguió el juego, y ya casi estaban llegando al muelle.

-Prométeme que usarás el collar en cualquier lado.

-No en cualquier lado, a menos que sea contigo.- respondió ella aún fascinada por tal joya tan preciosa.

Llegaron al muelle y se bajaron del bote, para luego ir a recoger sus cosas e irse.

Rosaline cargaba su collar, y Matt la miraba con amor, él no tenía pensado rendirse con ella, siempre ha sido su primer amor.

Rosaline estaba llena de sentimientos que todavía temía expresarle a Matt, eso con el tiempo se le iría pasando. O eso es lo que ella piensa cada día.

Llegaron a donde seguía la carpa y el carro, recogieron sus cosas, pero antes, Rosaline quería sacar otra foto de ellos en la playa con ese bonito atardecer de fondo.

Mientras aquel chico misterioso de ojos azules, a lo lejos veía a Rosaline y a Matt siendo felices, a él lo irritaba ver eso.

Aquel chico tenía una obsesión con Rosaline, y no le importaba ver cómo su novio sufría por eso.

Suena el teléfono de aquel chico a lo que él responde.- Ve preparando las cosas, ese cuento de hadas no durará mucho tiempo, y créeme cuando te digo que ella será mía.- dice él.

- Tenemos que terminar de armar el plan, sino todo se iría a la borda, y no será muy bueno.- dice el desconocido a otro lado de la línea.

-Cómo sea, Rosaline va a ser mía, y eso nadie lo detendrá.- dice el chico mirándolos a lo lejos para cortar la llamada.

Serás mía, Rosaline, y no veo la hora de hacer sufrir a tu familia y especialmente a ti, principessa.

Si bien aquel desconocido sabía todo sobre ella, quien era su familia, con quien iba y a dónde, sus lugares frecuentes y sabía dónde vivía.

Y muy bien saben que esto no terminará en algo bueno ¿o tal vez si?.

***************

Bueno, nos vemos más tarde con otro capítulo.

Síganme en ig: @rosanna_wat

Por cierto, muy pronto se viene una sorpresa súper grande al lado de una persona muy linda. Ya luego doy detalles por ig. 😁🤫

Mi Otra VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora