Desconocidos no tan desconocidos

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Maratón (3/3)



-¿Tú? ¿Q- qué haces?.- no sabía cómo reaccionar.

-Sube a la camioneta, y no hagas que quiera golpearte.- dice el tipo que vi en aquel muelle cuando fui con Matt, esto no era posible.

¿Qué diablos hacía aquí? ¿Qué carajos quería?.

Las preguntas iban de aquí a allá, estaba ¿sorprendida? ¿Tensa? ¿Asustada? Ya no sabia que sentia en ese momento.

-¿En dónde está mi familia?.- pregunto sonando valiente sabiendo que ya los nervios me tienen mal.

Sin respuesta. Genial.

-¿En dónde están ellos?.- espeté molesta- Teníamos un trato, me llevabas a mi a cambio de ellos.- volví a hablar, pero esta vez mas tensa, la rabia iba por mis venas.

-Ya los soltamos, están cerca de un hospital así que cálmate, ¿o quieres que fácilmente los mate?.- una sonrisa burlona y cínica se mostró en su rostro, sus ojos con un destello de ¿obsesión? ¿Ganas de matar? ¿Qué era?.

No sonaba convincente, no sabía si mentía o si decía la verdad.

-Muéstrame que están afuera, que están a salvo.- le reté.

-Eres una idiota, no sé porque preguntas tanto.- espeta con la muy poca paciencia que le queda para rodar sus ojos y sacar su teléfono del bolsillo trasero- Allí están.

Los veía, estaban débiles, con marcas y ojos rojos de tanto llorar, estaban en la calle.

-Ahora camina a la camioneta, antes de que quieras un tiro en la cabeza.- señala para luego empujarme por el brazo brutamente hasta meterme en la cabina de una camioneta negra.

****

No sé cuánto tiempo pasó, me había quedado dormida, y desperté en lo que era ¿una habitación?

¿Qué carajos? ¿Dónde estoy?

Le doy un vistazo a la habitación, había un closet grande con ropa de mi talla, una cama Queen size, un tocador y dos puertas que supongo una es para salir y la otra para el baño.

No pasó mucho tiempo cuando la puerta se abrió y entró aquel extraño.

-Veo que despertaste Principessa.- saluda aquel tipo de ojos azul mar.

Había que admitirlo, en otras circunstancias me hubiera gustado ser amigo de él, pero era un monstruo, un psicopata.

-¿Qué quieres? ¿Dónde estoy?.- pregunto mirando cada uno de sus movimientos, sus gestos, su rostro.

Hay algo en él que se me hace familiar, esos ojos, los vi aquel día en el muelle, sí, pero, lo debo de conocer de alguna otra parte.

O Rosaline simplemente estás loca e inventas teorías tontas.

Jodida consciencia cállate.

Sabes que es así.

-Ven a comer, debes tener hambre.- dice tranquilo, como que si esto es lo más normal.

Mi Otra VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora