Mi Otra Versión

Juego de Supervivencia.

Maratón (2/3)

La única forma de ponerle fin a toda esta pesadilla era encontrarme con ese sujeto, y la forma de que todo saliera de acuerdo a mi plan, era hacerlo en completo silencio. ¿Y qué otra forma que hacerlo en Halloween?

Todos estarán en la calle.

¿Y qué mejor forma que llevar a cabo tu plan en esa fecha?

"Estás loca, no puedes enfrentarte a no sabes cuantas personas son, y lo más probable es que no salgas viva."

Oh no, créeme que ese imbécil y su grupito de idiotas van a caer.

Mi parte razonable decía que todo saldría mal, pero mi partes menos racional haría lo que sea por mi familia y si eso implicaba morir, pues lo haría.

-Matt.- llamo su atención.- saldré a caminar un rato, necesito despejar mi mente.- digo tratando de sonar lo más  creíble posible.

-Rosaline.- suspira con cansancio.- no es buena idea salir, dentro de una semana es Halloween, es mejor quedarnos tranquilos.

Bien, ahora tenía 2 opciones, o esperaba a que se durmiera y me escapaba o salía corriendo como una loca lo cual me inclinaba a la segunda.

-Sabes que sé defenderme lo suficiente como para correr y pedir ayuda.- le tranquilizo.

Me da una sonrisa triste para decirme:

"No quiero perderte, no quiero que nada  malo te pase, eres lo más importante en mi vida"

Me sonrojé, olvidaba lo tierno y protector que Matt podía llegar a ser.

Antes de irme le doy un beso y envuelvo mis brazos en su torso, quería aspirar su aroma antes de irme, ya estaba poniendo mi plan en marcha, y Alicia me ayudaría.

Camino unas cuantas calles lejos de mi casa y empiezo a recordar los momentos que pasé con mi novio, los que pasé con mi familia, estaba a punto de arrepentirme de tirar todo por la borda pero no lo haría.

Caminé hasta la casa de Alicia, ya que teníamos que repasar el plan, antes de empezarlo.

Si todo salía como quería, entonces sería la última vez que ellos me verían.

*****

Bien, entonces eso es lo que haremos.- finalicé.

Recibí una llamada de un número desconocido y ya tenía idea de quién podría ser.

-Vaya, vaya.- empieza a hablar la voz gruesa del hombre a través del teléfono.

-Te tengo una oferta.- digo sonando lo más tranquila y serena posible, sabiendo los nervios y el miedo que cargaba encima.

-Te escucho.

-¿Qué tal si dejas a mi familia suelta y me llevas a mí?, si dices que me quieres hacer sufrir, ¿por qué no hacerlo directamente?.- cuestiono sacando toda la valentía que no sabía que tenía.

Estás loca, no puedes hacer eso, puedes morir.

Alicia me miraba con cautela, al saber lo que haríamos aún sentíamos la adrenalina.