No soy yo es Patricia.

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ESPECIAL.
Alicia

Rosaline y yo nos conocemos desde que íbamos al jardín de niños. Pero no fue hasta preparatoria que empezamos a hablar, y todo fue por defenderla de los idiotas que se metían con ella desde primaria hasta el primer año de preparatoria. Y siendo sincera ya eso me tenía harta.

Ella no era mala persona y tampoco tenía problemas mentales, simplemente nadie la tomaba en cuenta para acercarla a su grupo de amigos, en los descansos siempre se sentaba sola o a veces al lado de la profesora.

Y un día simplemente pasó una de nuestras ex-compañeras, Amanda, la encerró en un baño junto a su séquito que estaban mal influenciadas por ella. Y todo se resume a que escuché los gritos que provenían del baño, abrí la puerta y fuimos a reportar sobre el acoso escolar. Y 3 meses después ella se fue del pueblo.

Allí empezó la linda amistad hasta hoy en día que ya estamos en la universidad.

Y siempre nos apoyamos en todo desde lo más loco y descabellado hasta lo más serio y que a veces terminamos peleando por eso. En fin una amistad de las buenas.

Y claramente esto supera lo loco y descabellado que pudo idear.
Escuchaba cuando Rosaline me hablaba por el micrófono, tomaba turnos con el papá de Matthew para saber lo que decían.

Fue muy difícil convencer a Matthew que no hablara con su papá, ya su padre sabía lo que pasaba por mí, todo es parte del pan de Ros, seguiré diciendo que la muy ágil me había dicho que no dijera nada hasta 2 días después.

Por ahora iba a necesitar la ayuda de unos agentes eran 5, Rosaline me había dicho que son muy buenos, ahora ellos estaban al tanto de todo lo que sucedía.

Ellos ya planeaban la salida de ella. De hecho , en uno de estos días deberían de viajar para acá, creo que tenían que terminar un lío con una amiga muy cercano a ellos, pero ya eso es algo que no me incumbe.

-Señor Tom.- le llamo.- ¿Hay noticias?.

-Por ahora nada.

-Bien. Iré por algo de comer, ¿quiere algo?.

-No Al, ve tú y anda a darle una vuelta a los Keller, sería buena idea.

Agarré unos zapatos y salí a caminar un rato por una malteada de Pop's eran las mejores, sin mencionar las hamburguesas, tartas, cafés... ¿ya había dicho que todo es sabroso aquí?.

Este pequeño restaurante era uno de los más visitados por adolescentes, y uno que otro adulto. Aunque pensándolo bien, el autocine era un lugar muy... placentero.

Normalmente ahí todo el mundo iniciaba su vida sexual, aparte del baile de graduación o fiestas.

No me gusta decir "virginidad" ya que es demasiado sobrevalorado, además ni que fuéramos la misma Virgen María para decir eso, siempre tuve una opinión diferente al de los demás. Siempre le llevaba la contraria a todos. Y aunque me gustaba tener amigos y conocidos siempre sería así, casi todo el tiempo peleaba por todo y a la vez por nada. Y aunque me encantaba ir a fiestas de la facultad y ser la más importante de aquí, solía sentirme sola.

Solo veía a los chicos como un pasatiempo, de un tiempo para acá he intentado en el mundo de las citas y con ninguna tuve suerte.

Hasta que vi a un chico alto, moreno, ojos café y una atractiva sonrisa. Vestía pantalones rotos con una camisa negra y una chaqueta de fútbol. Espera, yo he visto esa chaqueta, es la del equipo de fútbol de Matthew.

Mi Otra VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora