•Capítulo 13•

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      Capítulo 13: 'Recuerdos'

                       Li Sheng

Primo, Julián y yo, nos vamos al Club de Santa Mónica, no vienes con nosotros— propuso mi primo bueno, con algo de emoción en su mirada— Tal vez te encuentres con ella

— Primo, entre ella y yo no ocurrió nada, así que mejor salgan Uds. que yo me quedo haciendo las cosas para mañana— le contesté a él poniendo le una de mis manos sobre su hombro

— ¿Mañana?— preguntó todos confundido

— Pregúntale a Julián, estoy apurado

Entré en mi habitación, empaque cada cosa importante en mi mochila, luego una ducha tibia, para sacar las malas energías del recibimiento

Me tumbé en la cama sobre mi espalda y comencé a recordar

— Padre, creo que a esa chica yo no le intereso para nada— dije con un tono de preocupación e impaciencia

— Hijo, pero si no haz hecho nada para que ella piense lo contrario, pues su respuesta no cambiará en absoluto— hizo una pequeña pausa, mientras tomaba una flor de un arbusto— ¿Ves esta flor?

Asentí

— Ella es como está flor, si no la tomaste con cuidado, y no cuidaste a la hora de tomarla, todo se te saldrá de las manos y entonces no habrá remedio— hizo otra pausa, para tomar otra flor, pero esta vez bruscamente— ¿Ves esta otra flor?

Asentí nuevamente

— Cuando la tomé no lo hice con delicadeza, por eso al tomarla, está maltratada y para nada bonita como la primera— hizo pausa y colocó su mano sobre mi hombro— Hijo las mujeres son como las flores, si no les brindas cariño, se alejaran y terminarán abandonándote, al igual que si vas picando una en una

                      Alice Smith

— Hija ven, mira lo que padre y yo compramos para tí— dijo mi madre con un tono dulce en su voz y una cálida y genuina sonrisa

— Wow... Es asombroso, me encanta ese castillo de princesas que me compraron— salí corriendo hacia ambos, para besarlos y abrazarlos

— Bueno te dejamos sola, para que acomodes tu castillo como lo desees, y cuando lo termines nos llamas— dijo mi padre con una sonrisa genuina y cautivadora

— Hice un puchero— ¿Por qué no mejor me ayudan ahora?— pregunté

— Ambos se miraron— Es verdad,¿por qué no ayudar a nuestra hija?

Pasamos una tarde entre risas, y acabó con un tiroteo que destrozó mi juguete y le dió un balazo a mi madre en un hombro

— Ya están tus amigas esperándote en el salón— irrumpió en mi habitación mi hermano

— Es de mala educación entrar en las habitaciones ajenas sin antes llamar— dije yo, removiendo las lágrimas de mis ojos— Pero, gracias por decirmelo— dije con una sonrisa completamente natural

— No a quien te entienda, pero ellas te esperan, no te demoras de seguro se van— dijo él abandonando mi habitación

Retoqué un poco mi maquillaje, y bajé las escaleras

— Que guapa, de seguro dejas loco a todos— dijo Verónica haciéndome sonrojar

— Ya tiene, así que no le hace falta— dijo Mary con una mirada pícara

Miré a Mary con cara de quererla matar

Sabes que lo amas con locura, incluso te babeas cuando lo ves

Basta, nos vamos

Danzando con la BellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora