Capítulo 28: 'Secreto'
Alice Smith— A estás horas ya no hay nadie en casa— voy parqueando el auto en frente de mi casa
— Que fastidio— pone su mano en su frente— por suerte te envío protección a Boston
— Ya estamos en casa— apago el auto
Corremos hasta estar dentro de casa, se quita la chaqueta que estaba algo mojada y se queda con la camiseta blanca, tumbado en el sofá de la sala
— Ahora traigo el vendaje y todo lo demás para curarte
Li Sheng
La casa de Alice es enorme, me quedo mirando a varios puntos de la casa y si no saben lo que se yo, no me hubiera dado cuenta. Tiene cámaras en el interior, difíciles de ver a simple vista, pero con el sistema de seguridad más díficil de hackear
— ¿Qué pasa?— me sorprende Alice contemplando su hogar
— Es enorme tú casa, los que no me gusta es el color
— Yo hallo más rara la tuya, quien tiene un departamento pintado de colores oscuros— me mira disimuladamente
— Eso es lo que me hace exótico— contesté con ironía y le pase mi mano sobre su hombro
— Hay que creído— dice ella sonriendo
— Lo suficiente para tus gustos— sonreí
— Tienes razón— mira al techo creyendo encontrar una respuesta mejor— no te sigas ligando a esta doctora que quiere el bien para tu salud
— ¿Qué puedo hacer para no seguirlo haciendo?— miro al techo— Me siento una víctima más— hago cara de inocente
— Ah sí— me empuja, para que me recueste al sofá y así ver y tratar mejor la herida
— No intentes hacer nada raro conmigo doctora, mira que todavía soy un niño indefenso en este mundo— le sonreí
— Para algunas cosas te haces el niño, déjame ser tu mamá— me lo propone
— ¿Mi suggar mommy?, si— no pude contener la risa
— Terminado
— Miro mi hombro y veo que hizo un buen trabajo— te mereces una recompensa
— ¿A ver cuál?— me dice algo coqueta
— Ven acá— se acerca a mí— quieres ver una película
Alice Smith
— Parece broma pero no es broma, aunque me esperaba un beso, no es mala idea
— Déjame buscar algo de comer en la cocina— me levanto del sofá
Iba en busca de un paquete de palomitas, las ponía en el microondas
— Me volteo— ¡Que susto me haz dado!— exclamó al verle sentado en una de las sillas de la cocina
— Antes de ver una película, tenemos que organizar las maletas— se coloca en el mini bar que hay
— Ahora que me lo recuerdas es verdad, se me había olvidado por completo— pienso en voz alta— quédate tranquilo como si está fuera tu casa que estás lastimado
— ¿Acaso un balazo superficial en el hombro izquierdo es estar incapacitado?— me pregunta con cara rara
— Yo no quise decir eso— le dije con tono coqueta
— Que quisiste decir— se me acerca
— Agaché la cabeza— Que debía hacer reposo, porque voy a estar lejos por un largo tiempo
— Me toma del mentón— que manipuladora que eres— agarra mi mano— ahora entiendo porque...
— Mi corazón latía muy fuerte por su compañía— Dilo
— No puedo Alice, pero tú sabes bien lo que siento— fueron sus palabras
— puse mi cabellera rubia en su pecho— lo sé amor
Suena el microondas
— ¡Espero que no se halla quemado ni una!
— No fue solo mi culpa— hago un puchero
— Fue culpa de este mandarín— se señala y sonríe
Sale un poco de humo del micro
— ¡No se quemaron, pero tienen una peste!— exclamo
— Deja oler— hace gesto de que huele— no es que no tienen sabor, de seguro estás acostumbrada a las de mantequilla, peste ni peste— traga saliva— vamos nena hay que arreglar las maletas
— Si es verdad— muevo la cabeza y agarro la bolsa de palomitas
Vamos subiendo las escaleras, porque íbamos a mí habitación a hacer mis maletas, mis pasos se sentían pero los de él, se habían paralizado, como cuando alguien ve a un muerto resucitado
— ¿Que pasa amor?— me volteo hacia él— Te haz quedado más blanco que alguien que ve a un muerto sentarse en el ataúd mientras lo velan
— No es nada, cosas mías— movió la cabeza, volviendo al presente, aquellas fueron sus vagas palabras
Li Sheng
Si me lo hubieran dicho, no lo hubiera creído pero lo vi con mis propios ojos, ahora ya se quién está detrás de todo esto, mi mente va a partirse en 2, aunque era de esperar
— sentí una vaga voz, pero seguí en mis pensamientos— Li, amor, alcánzame la gabardina celeste— hablo más fuerte
— Disculpa amor— le extiendo la gabardina
— Se acerca silenciosa a mí— ¿Pasa algo?— me toma de la mano, y se nota su preocupación en la cara
— La miro a los ojos mientras me viene una idea— No tienes de que preocuparte, es que no te haz ido y ya no se en cuanto tiempo nos volvamos a ver— me sentí algo aliviado por dentro
— Que romántico— me besa en la mejilla
Suena una notificación en mi teléfono
Mamá: ¿A que hora despega Alice?
Invitala a cenar, para despedirla— ¿A que hora despegas?
— A las 12 tengo que estar en el Aeropuerto, para que me chequeen las maletas, ¿Por qué?— pregunta mientras doblaba uno de sus sweaters
— Mi madre y mi familia van a hacer una cena, para despedirte— le extiendo unos jeans
— Genial, llamo a mi padre para que valla también— saca su teléfono
— Me contuve un poco, no le iba a hacer el desaire— Genial, así conozco a mi suegro, le aviso a mi mamá también— hago una pausa— ¿Mi suegro no era el que casi me atropella y me iba a dar 100 dólares?
— Ríe incómoda— Si
— Ok, se la perdono— digo
— ¿En serio?— salta de emoción
— Solo porque es el padre de esta chica que me tiene loco— muevo la cabeza y le sonrió
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Danzando con la Bella
JugendliteraturAcaso mi vida vale 100 dólares. Sus modales no eran los más refinados, su actitud no es la mejor, lo cierto es que está más muerto que vivo. Acelera su motocicleta y se larga. Los atentados que le han hecho a Alice me parecen sospechosos, uno detrás...