21. Fight n apologize

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Se sentía mal, lo que seguía de esa palabra

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Se sentía mal, lo que seguía de esa palabra. Se recriminaba y repetía la escena de hace un rato.

Izuku se encontraba sentado en la banca de un parque en aquella solitaria noche, tenía una bebida energizante en mano y su teléfono. No para de verlo, deseoso de recibir una llamada de su novio.

Aunque teniendo su teléfono en modo avión no ayudaba.

Tuvo una de las discusiones más fuertes con su pareja, si no que la única, y su reacción luego de eso fue salir corriendo de su hogar, azotando la puerta.

Bakugo llegó de mal humor del trabajo y desquitó su frustración cuando vio a Midoriya derramar por accidente un vaso de agua sobre uno de sus libros.

¡Por los dioses, era un libro que compensaría consiguiéndole otro! Pero eso poco le importó, le gritó como nunca lo había hecho y se percató de su estupidez cuando vio a su dulce chico soportar las lágrimas.

"¡Eres un idiota, Bakatsuki!" le gritó antes de arrojarle una almohada a la cara y salir corriendo.

—Fue mi culpa pero... —sorbió por la nariz.— No tenía que hablarme así.

Dio un nuevo trago a su bebida enlatada y suspiró cansado.

Pese a la intranquila e impulsiva personalidad de su compañero, esa era la primera discusión que realmente era seria. Uno de los dos siempre estaba sereno para controlar la situación y que no se saliera de las manos. Pero esta vez los dos explotaron como un par de niños.

Tenían casi siete años juntos y era imposible que no conocieran al otro en todos sus aspectos, Bakugo sabía la facilidad con que la discusión pudiera aminorarse y serenarse. Pero no, su cerebro de troglodita le susurró gritar y hacer drama por un libro que le gustaba un rábano y nunca terminó de leer.

Quería volver y disculparse por su descuido, pero hacerlo primero sería dar su brazo a torcer ante el brusco trato del explosivo rubio, y se negaba a hacerlo.

Claro que se disculparía, no era un problema que fuera a hacer tambalear su relación o lo hiciera reconsiderar el seguir con él, solo quería hacerlo entender que él fue quien actuó como un tonto.

Un aire frío lo hizo estremecer y se lamentó el haber salido sin su abrigo y más en febrero, uno de los meses más fríos del año. Se abrazó y suspiró, viendo una ligera capa de humo blanco salir de entre sus labios y nariz. La temperatura estaba cerca de los tres grados y se negaba a buscar un lugar cálido a refugiarse.

Si estaba en el frío su cerebro tendría menos oportunidad de recordarle la expresión de dolor y arrepentimiento en su pareja cuando lo vio retener su llanto.

—¿Por qué tardas tanto en disculparte...? Idiota orgulloso...

Subió ambas piernas a la banca y las abrazó, escondiendo su rostro en sus rodillas y brazos.

Quería, deseaba que llegara tras de él totalmente arrepentido de aquello y jurando no volver a ser el idiota impulsivo que suele ser en ocasiones.

Entre sus pensamientos, le hizo reír el hecho de que estaban 'peleados' por un libro que su pareja ni siquiera leía, lo consideraba uno de los peores que había encontrado en sus libreros. Pero eso no quitaba que lo había arruinado.

Se sermoneaba mentalmente por su descuido y lo tonto que fue para ser el culpable de el problema principalmente, aunque parte de él le insistía en restar culpa.

—Jovencito, ¿puedo sentarme con usted? —Izuku levantó la vista, encontrándose con una mujer con un vestido blanco con flores y el cabello negro como la noche sonreírle.

Asintió y ella elegantemente se sentó a su lado, pasando un par de segundos en silencio antes de que hablara.

—Veo en tu expresión que no la estás pasando muy bien. No quisiera ser imprudente ni grosera, pero supongo que las cosas no van muy bien con el héroe Dynamight-san.

—¿Tan obvio soy? —la mujer a su lado rio.

—Yo discutía también con mi esposo, pero siempre lo arreglábamos porque sin importar cuál fuera la causa el amor que nos teníamos era más fuerte. Aunque muchas veces lo retaba poniéndolo a lavar todas las cobijas del armario —Izuku se permitió sonreír por aquello.— Dynamight-san lo ama de verdad, todas las parejas discuten, pero en ellas está el cómo repercutirá en su futuro, si para hacerlos avanzar o retroceder.

La mujer se levantó y tras ponerse frente a él peinó sus rizos y besó su frente, su cálido gesto recordándole a su madre.

—Dynamight-san llegará muy pronto para disculparse, pasa buena noche, Izuku —y tras dejar una última caricia en su cabello caminó de regreso.

La perdió de vista justo al escuchar la voz agitada y desesperada de su novio venir en dirección contraria en que ella caminaba.

—¡Izuku! ¡Maldita sea, contéstame, te lo ruego! —aquello lo sorprendió. ¿El gran y poderoso Bakugo rogando?

Estuvo tentado a no responder, pero ya era momento de finalmente hablar y arreglar las cosas.

—¡Bakatsuki! —fue lo único que se le ocurrió gritar para llamar su atención. Cosa que consiguió.

El rubio entró corriendo al parque en dirección hacia él, detendiéndose hasta hincarse.

Fue ahí donde el peliverde notó los preciosos ojos rubíes que tanto amor le profesaban rojos e hinchados, su nariz perfilada y mejillas igual.

—Izuku yo.. Lo lamento, no debí gritarte ni hablarte así...

—Sabes que no es mi culpa si tienes problemas en la agencia.

—Lo sé, ¡maldición, lo sé perfectamente! —alzó la voz, tomando de las manos al joven sentado a nivel más alto que él.—
Estoy jodidamente arrepentido, estuve gritando por toda la ciudad buscándote.

—Si crees que ridiculizarte en las calles iba a ayudar a disculparte más pronto te equivocaste —
mencionó dolido.— Lo que me dijiste, el cómo me hablaste me dolió, Kacchan... Pero me dolío más correr de casa como si de verdad te odiara...

Las lágrimas y las emociones retenidas comenzaron a fluir por su rostro, teniendo que soltarlo de sus manos para limpiarse y cubrirse el rostro avergonzado.

Katsuki tampoco lo soportó. Y terminó por abrazar a su novio, sintiendo su cuerpo temblar por el llanto de desesperación y frustración.

Y así estuvieron un par de minutos, simplemente desahogándose en los brazos del otro.

—Deku, yo... —comenzó el rubio.— No te juraré no volverte a hablar así, te lo demostraré. No lo volveré a hacer y lo verás.

Finalmente ambos se miraron más tranquilos y serenos. Midoriya golpeó la frente del rubio con sus dedos.

—Vayamos a casa, Kacchan. Pero cárgame, estoy cansado de correr.

—Bastardo holgazan —lo tomó de las mejillas, dejando un dulce beso en sus agrietados y fríos labios, siendo correspondido al instante.

Obediente, Bakugo lo cargó en su espalda, retomando el camino a su hogar.

"Buscaré a la amable mujer, debo agradecerle por ayudarme..." pensó por última vez antes de cerrar los ojos y escuchar a su novio susurrarle cuánto lo adoraba y amaba.

BNHA KATSUDEKU - FLUFFTOBER 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora