31 días de KatsuDeku en honor al reto de #EsDeFanfics con temática Flufftober
Será 1 capítulo diario por el mes de octubre, cada capítulo estará siguiendo las temáticas que indique el flufftober, pero a fin de cuentas la trama de cada capítulo es de...
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—¡Date prisa, Deku!
—¡Estoy terminando la lista! —gritó desde la cocina, haciendo recuento de lo necesario en su despensa.— Huevos, tocino, leche, cereal, café, galletas....
Su conteo se vio interrumpido al ser jalado de su camisa hacia la puerta principal.
—Nos vamos —aseguró el rubio, cargándolo en su hombro y tomando de la entrada sus inseparables zapatos rojos.
Era el segundo viernes del mes en la mañana y eso significaba ir de compras por las cosas del hogar.
Salir de compras es una actividad importante que Bakugo no se tomaba a la ligera, debían comprar comestibles para un aproximado de un mes y así no tener que estar yendo tan seguido a comprar fuera.
Izuku por su parte se divertía en salir con su pareja a traer víveres para el hogar, era una actividad común y nada asombrosa, pero él por igual se emocionaba.
Qué podemos decir, es un sol.
La verdad es que siempre se imaginó a sí mismo en situaciones así durante su época de preparatoria, haciendo las compras, limpiando o desayunando juntos; bendecida la vida que finalmente estaban cumpliendo sus pequeños sueños y deseos a lado de su amado.
Regresó a la realidad cuando fue arrojado al asiento del copiloto de su auto y sus zapatos fueron arrojados a su rostro.
Midoriya.exe dejó de funcionar.
—Joder, si te esperaba no íbamos a salir jam- —sus quejas se vieron interrumpidas con el zapato que voló a su rostro.
Bakugo.exe dejó de funcionar.
Bueno, se había pasado quizás un poco. Aunque tampoco era su culpa, le gustaba tener un control de exactamente qué llevar y en cuántas cantidades.
Anotaban lo necesario en un pequeño cuadernillo para no olvidar nada ni equivocarse. Izuku podrá recordar cada detalle de su héroe favorito, pero no la despensa.
Con ambos ya en el auto y cinturones puestos, Katsuki hizo rugir el motor del vehículo rojo brillante para avanzar por el asfalto de la calle y ponerse en marcha el supermercado.
° ° °
—Kacchan...
—No.
—¡Mira Kacchan!
—No.
Bakugo sentía su poca paciencia pender de un hilo que su lindo novio estaba por romper.
