Protected (Saku-harén +18)

36-🌸Preparada para mas🔥

Estaba tan relajada, el agua tibía contra su piel y un aroma a flores frescas en el aire. Mantuvo sus ojos cerrados, sintiendo la respiración de Izuna en su cuello, podía oler a Madara frente a ella.
Escuchó la divertida risa de Sasuke por algo que murmuró Itachi.
Nunca había experimentado ese nivel de paz. Le gustaba sentirlos tan profundo en su mente y a su lado.

El vinculo abría un canal de ida y vuelta lleno de emociones, recuerdos, sentimientos, ellos la sentían por completo y ella podía sentirlos a todos. La profunda  tensión de Madara por sus  oligaciones, la ansiedad de Izuna por sus proyectos sin terminar, la pena detrás de los chistes de Itachi, el amor incondicional tras el pésimo carácter de Sasuke. Ella los veía y veía su interior.

Estaba encantada por el nivel de conexión que tenían ahora. 

Sasuke se había retirado en cuanto sintieron que el vínculo estaba activo, pero la princesa seguía exhausta.

Dormida como estaba la llevaron al baño. Mientras Madara llenaba la enorme bañera se metieron los cuatro, frotaron su piel, limpiaron el sudor de su cuerpo con mimos y caricias suaves.

Izuna la rodeo con sus brazos y deji su cuerpo descansar sobre su pecho.

-Por fin es nuestra- había susurrado.

-¿Pueden sentir el vinculo?, ¡es tan fuerte!- exclamó Itachi con entusiasmo.

-Su respiración ha cambiado- Madara la miro fijamente.
Los senos de Sakura asomaban bajo la espuma celeste que cubría sus cuerpos.

-Abre los ojos preciosa, sabemos que estas despierta- susurro Izuna en su oído.

-Me gusta estar así... relajada, escuchándolos hablar... ¿Por qué no estan peleando como siempre?- se burló

Sasuke tomo una de sus piernas y la levantó suavemente dejando besos a lo largo de su tobillo, repartiendo caricias suaves. Izuna aprovecho la apertura de sus piernas y uso sus dedos en ella, frotando con movimientos largos y lentos entre sus muslos, mientras ella suspiraba con la cabeza sobre su hombro.

-Diría que la tensión sexual se ha ido- se mofl Itachi. Los otros tres soltaron resoplidos y risas.

-Puedo sentirlos a los cuatro como una extensión  de mi propio ser- gimió cuando los dedos de Izuna se encontraron con los de Sasuke dentro de ella.

—¿Saku, estas lista para otra ronda?— Itachi se estaba tocando. Los dedos dentro de ella la estaban empujando al borde.
Empezaba a descubrir que le  encantaba ser frotada. Lento, duro, profundo. Tenia mucho que aprender. Y ellos estaban deseosos de enseñarle.

Madara observó el momento exacto en que su respiración cambió y ella se arqueo, follando las manos de sus hermanos, su cadera se agito Sasuke gruñó y mascullo lo apretada que estaba en ese instante.

El agua alrededor se agitó. Los dedos de Sasuke se retiraron y los lamio como si fueran dulce.
Izuna la embistió y empezó a follarla fuerte, los gemidos de ella se extendieron por todo el lugar.
El aire lleno de vapor, era denso y caliente.

— Eso pequeña tomame profundo— Izuna jadeba mientras ella se corría nuevamente— me vuelves loco preciosa—susurro contra su boca.
Ella gimió con sus ojos cerrados mientras se agarraba de sus hombros.

Izuna se retiro y Sasuke no perdió tiempo para entrar en ella.
Comenzó a balancearse. Suave y lento al principio, dejando que ella se adaptará.

Cuandó la sintió gemir mas fuerte comenzó la fricción cada vez más dura, más exigente. Sentía su humedad caliente y sus paredes presionando su longitud.

-¡Mierda! Hay tanto que quiero hacerte, no dejo de pensar en tu boca sobre mi cuerpo— las embestidas de Sasuke aceleraron al punto de salpicar agua fuera de la enorme bañera.

Ella lo agarró por el cuello y atrapó sus labios, sintiendo su orgasmo extendiéndose por todo su cuerpo tembló, Sasuke podía escuchar los latidos de su corazón. El vinculo les permitía a los cuatro sentir el placer que ella experimentaba.

—Maldita sea, Saku—dijo con voz entrecortada mientras se estremecía contra ella, jadeando y llenadola con su esencia.

Tirando de sus brazos Madara la levanto, ella enrredo sus piernas alrededor de la cintura del hermano mayor.

—¡Ahh! —gritó— ¡Por todos los cielos!—gimió mientras Madara la empujaba contra la pared y se me estrellaba en la calidez de su entrepierna.

Agarrando sus muslos con fuerza para que no se resbalara, la folló rudo, pero se sentía tan bien... Itachi ya no necesitaba aliviar sus dolores, el vinculo lo hacía de forma natural.

—¡OH CIELO!— gruñó mientras deslizaba un dedo en su trasero. Ella se tenso pero él no le permitió pensar, se apoderó de sus labios, invadió su boca. Tomando todo de ella incluso sus gemidos.

Los llevo a ambos al orgasmo mientras dilataba su trasero. Ella no podía pensar, solo sentir.

Itachi la tomo en brazos y  sentandola sobre él la lleno en profundidad.

—Montame princesa— gruñó con la voz entrecortada por el placer de sentirla presionando su miembro.

El cuarto de baño era un completo desastre...

—No puedo creer que después de lo anterior tengan energías para continuar — jadeo la pelirrosa. Afirmandose de los hombros de Itachi y mesiendo sus caderas como si bailará sobre él.

Su cuerpo seguía estremeciendose y temblando por el orgasmo anterior y ya sentía como se formaba uno nuevo.

—Tenemos mucho tiempo para conocer tus gustos.— murmuró Izuna acariciando la curva de su trasero.

— Yo necesito tus labios sobre mí nena...— Sasuke se acercó mientras masajeaba su miembro.

—Nunca hice algo así, no se como— gimió mientras Itachi acababa con fuertes estocadas.

Se desplomó sobre su pecho jadeando. Cuando levantó su cabeza, el pene de Sasuke apuntaba a su rostro.

—Has lo que quieras preciosa, cualquier cosa será buena — rogó sin dejar de frotarse.
Ella saco su lengua y la paso suavemente alrededor de la punta. Sasuke gimió y sacudió sus caderas.

Izuna estaba detrás de ella masajeando sus senos. Madara se puso en la misma posición que su hermano menor. Ella repitió la acción sobre el pene de él y Madara soltó un gemido ronco.

—¡Diablos!— masculló— No te detengas preciosa.

Ella empezó a lamer uno y otro intercalando, le gustaba como ellos gemían. Era muy satisfactorio sentir el placer a través del vinculo que tenían. 

Ese periodo paso entre gemidos y jadeos, descansaba unas horas para despertar con alguno de ellos entre sus muslos, lamiendo, besando, daban y tomaban por igual. No le dieron tregua.

La habían necesitado por tanto tiempo y ahora la tenian, pasaría un largo tiempo hasta que pudieran abandonar esa habitación.

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¡Feliz inicio de semana!

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