~ 2/3 ~

360 46 5
                                    

—¡Se ha quedado flipando por lo que hice!—se carcajeó Gustabo, golpeando la mesa de caoba oscura en la que estaban reunidos.

—A ver si entendí bien: ¿primero adivinaste hacia donde iba a ir, después te fuiste de cara hacia él en una de las pocas calles de la ciudad que son de un solo carril para chocar contra su auto y antes de que impactaran te lanzaste de la moto para que el otro pringado desviara el volante del susto para que así chocara contra las puertas de un supermercado?—Gustabo asintió varias veces ante la explicación de Horacio, que éste llevaba casi orgullosamente una gasa pegada a su frente, debajo de su colorida cresta.—Eres un perro.—lo felicitó, carcajeándose con su hermano.

—¡Fue impresionante! ¡Lo vi con la cámara del supermercado que estaba frente a ellos! No lo grabé, pero fue...woaaah.—dijo Gonetti antes de comer de la cena cocinada por Conway.

—Pero, ni yo me he atrevido a tanto, anormal, ¿cómo tú sí?—le preguntó Conway algo sonriente y orgulloso del logro de su anterior subordinado.

—¡Tiene los huevos que tú no!—le gritó Ivanov desde el baño. Había decidido limpiarlo antes de cenar, pues luego le daría asco.

—¡Tú calla y limpia, clown!—le gritó Greco, provocando risas en la mesa.

—¿De qué te burlas tú? Si también vas a limpiar.—le dijo Volkov antes de carcajearse por la mueca perpleja que le brindó Greco.

—¿No había sido una broma? ¿Lo decías enserio? ¿Limpiar la cocina por una semana?—el tono de voz que usó fue lo que hizo a los presentes en esa mesa a carcajearse más fuerte, pues sonaba incrédulo.—Jefe, jefe, vamos a negociar. Acortemos el tiempo del castigo.—pidió.

—No está en negociación, los castigos son castigos.—dijo Volkov después de reír.

—Bueno, pero ¿puedo usar el lavaplatos automático?—Volkov negó.—Entonces ¿para qué coño lo compré?—preguntó alterado, pero volviendo a provocar carcajadas en el grupo, hasta a Conway.

—Tú ni lo compraste, venía con la casa cuando la compramos hace meses.—habló Horacio.

—Héroe, no me estás ayudando.—se resignó Greco.

—Anormal, tú también mereces un castigo por haber hecho algo tan irresponsable.—habló Conway, dirigiéndose a Horacio.—Además de que no escuchaste a los demás en bajar la velocidad. Te he dicho que la comunicación es vital en persecución, y más el acatar las órdenes que todos damos.

—Pero si al final lo pudimos atrapaaar.—se quejó en un berrinche.—No castigarías a un herido, ¿verdad?—hizo carita de perro regañado mientras señalaba la gasa que tenía en su frente. Conway debía admitir que esos ojitos tristes de Horacio le blandían el corazón, y que, si hubieran estado en privado, definitivamente le hubiera revocado el castigo, pero en esta ocasión habían personas presentes, además de que su querido hijo había cometido una acción bastante irresponsable.

—Barrerás—por poco balbucea la primera letra dicha, por haber titubeado en su elección gracias a los adorables ojos que lo miraban fijamente.—la casa toda la semana junto con los demás idiotas.—Gustabo rió, burlándose del castigo que le habían puesto a su hermano.

—Y Gonetti trapeará.—anunció Volkov, con el mencionado callando su risa silenciosa de golpe, ahora desanimado ante las palabras dichas por el peligris mientras soltaba un "ow" triste.

Viktor tenía prohibido darle un castigo a su pareja —regla impuesta por Conway—pues hace tiempo había querido "corregir" el comportamiento grosero de su amante, confiscándole su móvil durante un día, objeto que se le fue devuelto a los treinta minutos, pues Volkov se había sentido mal por su accionar...el regaño que recibió ese día por parte de Conway había sido impresionante; y ocasionalmente durante la semana transcurrida a Jack le regresaba el coraje y lo volvía a regañar, sin embargo, en las últimas veces terminaba carcajeándose, burlándose de Volkov pues le había parecido bastante absurdo como alguien con una cresta y ojitos bonitos tenía tan controlado a alguien tan importante y fuerte como a él.
Eso también iba dirigido al anterior superintendente, pues le pasaba exactamente lo mismo, por esos mismos ojos bicolor.

Después de haber terminado la cena llevaron sus correspondientes platos al fregadero, donde el castigado los lavaba a regañadientes, siendo acompañado por Gustabo, ambos conversando de alguna tontería sucedida.

Luego de que Greco fuese rechazado por el rubio ambos habían acordado en mantenerse como amigos, pues tenían miedo de arruinar la situación con tensiones de pareja mientras se encontraban en alguna misión o algo importante, pues conocían su temperamento a la perfección y sabían que no podrían dejar de lado lo personal por lo "profesional", de igual manera ellos se sentían cómodos como estaban.

Sin embargo, Gustabo por siempre sería el mayor amor imposible de Greco, que aún después de querer mantener los límites establecidos habían veces en las que sentían un apetito voraz del que solo podía ser saciado por el sabor de los labios del otro, aunque no confesarían eso en ningún momento, obligándose a mantenerse a las orillas de la verdad.






✧*。✧*。✧*。✧*。✧*。✧*。✧*。

Que Gustabo y Greco se quieren comer a besos 100% confirmado pero tienen miedo de sí mismos, sí.

Ya el próximo episodio es el último :(.

✧*。✧*。✧*。✧*。✧*。✧*。✧*。

The Law  - Volkacio -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora