Poco más de un año había pasado desde aquella tragedia, el mundo se fue a la mierda junto con las pocas personas con vida que permanecían en ella.
Entre aquel grupo de sobrevivientes se encontraba Helmut Zemo, un hombre que era nuevo en aquel grupo improvisado de soldados.
Muchos tenían sus dudas sobre sí confiar en él o no, había algo en su mirada, en su manera de actuar y hablar que lo convertían en alguien siniestro a simple vista.
Al llegar la noche aquel grupo de cinco hombres decidió tomar un descanso en el campamento; todos reían mientras contaban anécdotas o chistes absurdos. Helmut cómo siempre permaneció en silencio, afilando una navaja con una piedra mientras su mirada estaba perdida.
-Y tú Helmut, ¿Cómo llegaste tan lejos? Es decir, sin que los errantes te mataran.- Aquella pregunta provocó que todos se centrarán en Helmut.
Este último sonrió delicadamente mientras seguía con la navaja en manos, aquella hoja de mental brillo con el resplandor de la luna cegando a algunos de los presentes.
-Conocí a alguien que estuvo dispuesto a dar su vida por mí.- Menciono Helmut mientras los recuerdos se hacían presentes.
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Justo cuando aquella epidemia estaba comenzando fue James quien salvó a Helmut en muchas ocasiones, con el tiempo ambos se fueron conociendo y sus mentes se fueron deteriorando.
Una noche, James golpeó a Helmut y lo despojó de todas sus pertenencias; según él, no tenía derecho de seguir con vida.
-No te necesito.- Aquellos ojos azules emanaban odio.
-Perfecto, nuestros caminos se separan aquí pero antes devuélveme mis cosas.- Helmut permanecía con una sonrisa.
-No hemos comido en días ¡¿Y tú quieres que te de todo lo que yo conseguí?!- Aquella voz por parte de James era amenazante.
-Deja de ser un idiota, el hecho de que me hayas salvado la vida cuando todo esto empezó no me deja como un inútil ¡Todo lo que tienes en manos lo conseguí con mi propio esfuerzo!- Finalmente la paciencia de Helmut se quebranto.
James soltó una carcajada tras escuchar aquel discurso, se dio media vuelta con la intención de abandonar al hombre al que una vez le prometió su eterno amor. Por otro lado Helmut no se quedaría con los brazos cruzados, estaba harto de James y como este último lo había dicho... No habían comido en días.
En un movimiento rápido Helmut clavo su navaja en el cuello de James provocando que un sangrado abundante le arrebatara la vida en un instante; pudo disfrutar al ver su rostro lleno de desesperación y agonía, era algo simplemente exquisito.
"Es tan cruda la manera en la que me haces daño, incluso esbosando tus malditas carcajadas mientras todo se dispersa en el olvido.
¿Realmente vale la pena?
Puedo descifrar en tu mirada la forma en la que me desprecias, siendo incluso tan descarado.
Hago lo posible por mantener una sonrisa en tu maldito rostro, y cada que lo hago recibo lo peor de este miserable mundo.
Te odio, te odio como no tienes una idea pero a pesar de ello sigo soportando tu maldita presencia para recordar el pasado, ese en donde eras invisible.
Quisiera decir que lo siento, pero no es así; quiero verte sufrir hasta el último minuto.
Es lo que mereces."
Aquellos pensamientos pasaron por la cabeza de Zemo, quien tenía en manos el corazón de James mientras veía a lo lejos como los errantes devoraban sus restos; justo como él lo hizo minutos antes.