Helmut lloraba en silencio, permanecía encerrado en el baño de la escuela desde la mañana. Un par de horas habían pasado y los responsables de tal acto aún no se asomaban.
Aunque esa era la principal razón de su llanto; sabía lo que le esperaba cuando ellos volvieran. Estaba harto de Stive y de sus estúpidos amigos, en especial de Walker, este último era quien peor lo trataba al momento de "castigarlo" por no pasarle la tarea. Sabía que no podía decir nada, después de todo eran los más populares del lugar y él era alguien invisible.
Fue entonces que un balde de agua con papel de baño le cayó encima, sacándolo de sus pensamientos repentinamente. Ellos estaban aquí.
-¿Te creés mejor que nosotros?- Menciono Stive luego de abrir la puerta del baño con una patada.
Helmut trato de escabullirse por debajo, fallando en el intento; fue James quien lo pateo en el estómago para luego tomarlo por el cuello.
Fue en ese momento cuando ambas miradas se encontraron; tal belleza dejó anonadado a Barnes quien a pesar de ello arrojó a Helmut para que Stive y Walker se encargarán del resto.
-Los veo en el estacionamiento, diviértanse.- Agregó James antes de retirarse del lugar, no sin antes escupirle en el rostro al castaño.
Ya estando a solas Walker ato las manos de Helmut con los cordones de sus zapatos, luego lo golpeó un par de veces en el rostro.
-Vigila la puerta.- Ordenó Stive, quien empezaba a desabrocharse los pantalones.
Walker obedeció con una sonrisa, luego se retiro del lugar para hacer guardia.
-No lo hagas... Por favor.- Helmut apenas pudo mencionar aquello, el dolor se apoderaba lentamente de todo su cuerpo.
Sin obtener respuesta se limitó a ver el techo, aquel frío y húmedo techo color blanco que recordaría de por vida. Pudo sentir cada tacto y cada roce por parte de Rogers; no tenía palabras para describir el dolor y el asco que sintió en cada momento, su vida se vino abajo y todo dejó de tener sentido.
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Esa misma tarde James se dirigió al lugar acordado, justo en el camino pudo ver a Helmut en una banca con la ropa manchada en sangre. No tardo en deducir lo que había ocurrido y se quedó paralizado, si tan sólo no lo hubiera abandonado.
Quería ayudarlo, aunque corría el riesgo de recibir una bofetada la cual tenía bien merecida; suspiro profundamente y se acercó al castaño.
-¿Estas bien?- James sabía lo estúpida que era esa pregunta, pero debía empezar por algo.
-Ayúdame... Ayúdame por favor.- Menciono Helmut con un hilo de voz.
James cargo al más pequeño hasta un hotel, no tenía ni la menor idea de a donde llevarlo; si sus padres se entraban estaba más que muerto, y ni hablar de llevarlo al hospital.
Ya estando en una habitación, Barnes curó sus heridas con delicadeza. Helmut no menciono palabra alguna, únicamente lloraba en silencio.
"Los golpes en su rostro le daban vida a aquella piel tan pálida, a pesar de ello era inevitable sentir culpa.
Sus lágrimas se deslizaba por su rostro, siendo aún tan perfecto como la primera vez que nuestras miradas se cruzaron.
Podía notar el miedo cada vez que tocaba su piel, ni el algodón era capaz de calmar tal agonía.
Era obvio que sufría en silencio, más del necesario; fue entones que recordé cada burla y humillación que provoque.
Recordé además lo bueno que había sido conmigo, a pesar de ser el responsable de todo su sufrimiento.
Aunque no pueda decirlo, hoy te pido perdón por todo el daño que provoque."
Luego de unas horas Helmut finalmente pudo calmarse y hablar un poco con James, este último se dedico a abrazarlo mientras trataba de encontrar una solución. Era obvio que tenían que denunciar lo ocurrido, pero en esos momentos los nervios se apoderaron del ojiazul sin poder reaccionar con lucidez.
-Esperame un momento, te traeré algo para que puedas dormir un poco.- La voz de James era suave, trataba de cuidar a quien tanto daño le había hecho.
Helmut asintió con la cabeza y observó a James, pudo ver como sacaba de su mochila un sobre de té, el cual preparo con agua del grifo.
-Se que no es lo más higiénico, pero quizá ayude en algo.- La mirada de James emanaba culpa, cosa que no pasó desapercibida por el contrario.
-Gracias.- Fue lo único que mencionó luego de beber el té.
Esa noche ambos durmieron juntos, Helmut abrazaba a James por alguna razón, luego de todo lo ocurrido no le guardo rencor ni mucho menos odio; fue el único que estuvo a su lado en aquel martirio.