Octagésimo tercero.

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Un par de semanas luego del incidente de la fiesta de San Valentín -mismas semanas donde Rosé no le dirigió la palabra-, Jennie empujó suavemente la puerta del aula de la clase de alemán unos diez minutos antes de la hora de inicio y parpadeó un par de veces para asimilar la escena ante sus ojos.

La profesora Moonbyul estaba sentada en su silla como normalmente hacía, pero la imagen difería en que Jisoo estaba sentada en su regazo y Rosé permanecía apoyada contra el escritorio, viendo la forma en que su novia acariciaba los hombros de la mujer pelirroja y jugaba con un mechón de cabello suelto.

Jennie trató de procesarlo cuidadosamente pero nada tenía sentido porque no entendía el motivo, la razón o la circunstancia por la que Jisoo estaba en el regazo de la profesora Moonbyul, en su regazo y con toda seguridad coqueteando, ¡y Rosé la estaba viendo!

—Ya le dije que no voy a ponerle un cien. Por favor, baje de mi regazo ahora mismo o me veré en la necesidad de llamarle a su madre —expresó la mujer en un tono plano y con las manos firmemente en los reposabrazos de su silla—. Señorita Kim, ¿le importaría ayudarme a disuadir a su amiga?

Ante la mención del apellido de la morena, la corredora dejó el regazo de la profesora rápidamente, Rosé alzó la mirada de inmediato y Jennie se quedó de pie en la puerta como una estúpida, aún tratando de asimilar lo que acababa de presenciar porque, honestamente, ¿qué demonios?

—Eh... hola, wifey—murmuró la chica australiana en dirección a su mejor amiga con una sonrisa tensa—. ¿Cómo estuvo tu fin de semana?

La morena frunció el entrecejo al escuchar el saludo de Rosé y caminó de forma dudosa hacia su pupitre, donde tomó asiento de forma relajada -aunque sin dejar de pensar en Jisoo sobre el regazo de su profesora de alemán- y dejó su bolso en el piso antes de dirigirle una mirada cautelosa a su mejor amiga.

—¿Ahora nos hablamos, Park?

—Pues claro —Rosé resopló y rodó los ojos antes de caminar a su pupitre al lado del de la morena—. Hemos sido amigas desde hace mucho, ¿por qué dejaríamos de serlo luego de... veinticuatro horas en una celda, un hematoma horrible en las costillas y antecedentes penales? —Masculló con los puños apretados, aunque luego relajó su postura y añadió—: Hemos pasado muchas cosas, y algo me dice que esto no es lo peor que vamos a atravesar.

—Bueno, sí, hemos pasado algunas cosas —aceptó Jennie con una risa cantarina—. ¿Recuerdas cuando arrollamos a la señora Jun en nuestra bicicleta doble?

La australiana resopló una risa debido al recuerdo y se dejó caer de forma poco elegante en su pupitre.

—Y esa vez que volcamos la canoa de Taehyung con las motos acuáticas en el lago.

—Oh, y cuando saltamos del techo con una sombrilla porque creímos que podíamos volar como Mary Poppins.

Rosé se dobló sobre sí misma debido a la risa y Jennie hizo lo mismo, y mientras las dos casi se quedaban sin aliento debido a las carcajadas estruendosas, la profesora Moonbyul miró a Jisoo con curiosidad.

—Lo de las sombrillas fue cuando tenían menos de ocho años, ¿verdad?

—No. Fue el año pasado —respondió la castaña sin poder evitar rodar los ojos—. Jennie se astilló un brazo y Rosé se dislocó el hombro izquierdo.

Lisa ingresó al aula cuando faltaban dos minutos para el inicio de la clase, e inmediatamente se acercó para besar los labios de su novia, quien le devolvió el beso con entusiasmo, motivo por el que la profesora Moonbyul carraspeó y la rubia se alejó.

Debían hablar de sus emociones o algo así, pero Jennie había olvidado su bolso de bolígrafos en casa y Lisa siempre llevaba solo un lápiz en el bolsillo porque juraba no necesitar nada más, Jisoo con costos asistía a clases, pero por suerte, Rosé era la tipa que siempre llevaba colores, rotuladores, bolígrafos y crayones hasta para regalar, así que la morena se inclinó hacia ella.

—Psst, Rosie —llamó en un grito susurrado, por lo que la chica australiana dejó de escribir para escucharla, entonces Jennie añadió—: ¿Me prestas un bolígrafo?

Como toda respuesta, Rosé pateó su bolso en dirección a su mejor amiga y la morena se inclinó para buscar algún lápiz o bolígrafo, lo que encontrara primero, pero lo que encontró primero fue un fajo de billetes de cien sujetos con una liga.

—Eh, ¿Roseanne? —Cuestionó la morena en un susurro y con expresión confusa—. ¿Por qué tienes un fajo de billetes? ¿Acaso eres dealer?

—¿Qué demonios, Ruby? —La chica australiana respondió en el mismo tono y miró a su mejor amiga con disgusto—. ¿Te parece que quien comprara drogas pagaría con billetes de cien?

—No lo sé, Park. Yo no compro narcóticos.

—Y yo no los vendo, idiota. Solo tengo una mejor amiga inoportuna, lo que significa que nunca se sabe cuándo invitará a muchas personas al cine y dirá que pago yo —Rosé resopló—. Ah, y tengo una novia con gustos excéntricos que me gusta atender, también.

—Park y Kim, guarden silencio —espetó la profesora sin dejar de leer su libro.

En lugar de escucharla, Jennie bajó más la voz.

—Eso del cine solo sucedió una vez —replicó con toda la indignación que pudo reunir.

—Oh, ¿y las salidas a comer? —Contraatacó la australiana.

—¡Eso no...

—Kim y Park tienen detención luego de clases —exclamó la profesora Moonbyul con voz autoritaria—. Guarden silencio o voy a suspenderlas de mi clase.

Las dos mencionadas fruncieron el entrecejo y Rosé le arrebató su bolígrafo a Jennie a modo de venganza, lo que hizo que la morena resoplara y se cruzara de brazos, completamente ofendida y molesta.

—Profesora, ¿también puedo tener detención? —Cuestionó Jisoo.

—No, Kim. Usted no está comportándose mal.

Como toda respuesta, la castaña tocó el hombro de Lisa para llamar su atención, y una vez que la rubia la miró con curiosidad, Jisoo le dio una bofetada que dejó una marca roja en su rostro, y como respuesta, la tailandesa tomó los bordes del pupitre de la corredora y lo levantó, de modo que Jisoo cayó al piso con un ruido sordo.

—¡Basta! —Espetó la profesora con expresión determinada—. Ustedes cuatro, fuera de mi clase.

Jisoo se quejó desde el piso y Rosé miró a su novia con expresión horrorizada.

—Pero yo no hice nada —Lisa protestó—. ¡Ella me pegó!

—¡Fuera! —Zanjó la mujer pelirroja, lo que obligó a las cuatro chicas a salir del aula.

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˗ˏˋ𝐒𝐭𝐨𝐥𝐞𝐧 𝐊𝐢𝐬𝐬𝐞𝐬ˎˊ˗ 〔 Jenlisa 〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora