La fiesta ya llevaba un par de horas desde que la gente había llegado, y todos se veían evidentemente fuera de sus formas naturales, o quizás, entrando a una que lo fuera mucho más, sin inhibiciones ni vergüenzas.
Se habían esparcido en los distintos espacios permitidos de la casa, mientras más gente llegaba, haciendo que fuera cada vez más difícil encontrar lugares donde quedarse parado sin que alguien llegara a hablarte o a ofrecerte algún tipo de estupefaciente.
Habiendo muchos que aceptaban lo que fuera, esta vez no era el caso de Hyunjin, quién observaba a Felix bailar con Jeongin desde otro punto de la habitación. Le parecía divertida la forma en la que se movía el rubio, pues era claro que no tenía tanto control en su cuerpo como cuando bailaba ballet y estaba sobrio, además de que Jeongin le alentaba cada movimiento casi gritando mientras reía e imitaba los movimientos con mayor fuerza.
El rubio llevaba la misma cantidad de tragos que el pelinegro, que no era tanto para lo que él solía tomar, pero dado a la evidente poca resistencia que tenía Felix al alcohol, este parecía haber bebido mucho más y comenzaba a actuar fuera de lo común, como lo era el que estuviera saltando al ritmo de la latente música.
Hyunjin sonrió mientras lo miraba, y estaba por tomar otro sorbo del vaso que tenía en mano cuando sintió a alguien demasiado cerca y se volteó, topándose con una chica que le miraba fijamente, acercándose aún más a él.
—Tienes linda sonrisa —le dijo la chica cuando ya estuvo lo bastante cerca para que le escuchara.
—Gracias —le sonrío cortésmente y se dio la vuelta mientras tomaba otro sorbo del líquido en su vaso.
La chica no se apartó ni un solo centímetro y siguió a su lado, comenzando a mover su cuerpo al ritmo de la música pero de una manera más lenta.
—¿No quieres ir a un lugar menos ruidoso? —le preguntó ella, con una sonrisa algo traviesa que terminó en una mordida de labio no muy sutil.
Hyunjin dio un paso atrás. No sería algo de lo que llegara a presumir, pero desde su adolescencia habría pasado por situaciones similares, por lo que estaba acostumbrado a ceder ante conversaciones de ese tipo para luego terminar en otro lugar de la casa, pero ya no era algo que le interesaba al ir a una fiesta.
—Pareces muy agradable, pero la verdad...
Hyunjin se detuvo por la sorpresa de alguien tomando su mano e intentó apartarse inmediatamente hasta que miró a su lado y vio al chico de pecas que había estado moviendo su cuerpo como si no hubiera un mañana hace tan solo un momento, quien miró hacia la chica inocentemente antes de mirar hacia otro lado.
Al pelinegro le pareció bastante cómica la situación, pero también sintió un fuerte calor en su pecho cuando sintió al rubio entrelazar sus dedos aun sin decir nada.
La chica miraba a Felix bastante confundida y luego miró a Hyunjin, como si le debiese una explicación.
—Lo siento, no estoy interesado —aclaró de una manera amable y, tomando la mano del rubio con más firmeza, se dio la vuelta, mirando de reojo como este se giraba hacia la chica y le sacaba la lengua, haciéndola fruncir el ceño.
Hyunjin soltó una pequeña risa, no pensó que vería a Felix actuar de esa manera, y le dio un beso en la mejilla antes de susurrar en su oído la palabra "Adorable".
El rubio sintió cosquillas por todo su cuerpo con ello, pero bajó la mirada haciendo un ligero puchero —Puedes bailar con ella si quieres.
—¿Tú estás muy cansado para seguir? —preguntó el pelinegro, tomándolo de la cintura y haciendo que se diera vuelta, pegando su propio pecho a la espalda del rubio, sin soltar su cintura.
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Relevé | 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿
Novela JuvenilHyunjin era el alma de la fiesta; Felix nunca había ido a una. Hyunjin tenía buenos amigos y una relación sana con su madre; Felix no quería molestar a nadie. Felix necesitaba hacer todo a la perfección; a Hyunjin no le podía importar menos aquello...