Hace cuatro años
—¿Qué haces aquí? ¿Otra vez vas a discutir conmigo?
—Lo siento, pero no quiero terminar esta relación.
Llevamos un año de relación, yo no quiero que esto acabe tan rápido. Quiero que él sea mi presente y futuro.
—¡Basta, Celeste! —grita y me toma de mis muñecas molesto —. Te dije que solo fui tu novio por una apuesta, y me dijiste que abusé de ti estando ebrio, ¿Aun así quieres seguir conmigo?
Asiento lentamente. Me suelta agresivo, caigo en su sofá y las lágrimas empiezan a salir.
Supongo que lo que siento por él no es amor, es dependencia emocional.
—¿Qué más daño quieres que te haga para que te des cuenta de que yo no te merezco?
Trago saliva. Es cierto, el me hace mucho daño, entonces, ¿por qué sigo aquí? ¿por qué me sigo aferrando hacia él?
—Tienes razón. Me voy, no sé porque vine aquí.
Tomo mi bolsa, pero antes de irme, siento sus brazos rodearme en mi cintura, su frente lo coloca sobre mi hombro y lo escucho suspirar.
¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me dices que me vaya y después haces esto?
Supongo que en ese tiempo era solo una chica inmadura de diecisiete que no sabía lo que quería y él era un chico de diecisiete que no sabía nada.
—Perdóname no quise decir eso, yo... te amo.
—¿Por qué eres así conmigo?
Me da la vuelta y hace que lo mire, sus ojos marrones conectan con los míos, me da una suave caricia en mi mejilla.
—Nunca me dejaras, estarás aquí conmigo. Se que te eh hecho mucho daño, así que perdóname —dice. Me acerca hacia su cuerpo y me abraza. Me da unas suaves caricias en mi cabello.
—Esto tal vez no es amor, Matías.
Me toma de mi barbilla fuerte y niega. Pega su frente con la mía.
—No he sido un buen novio, pero de ahora en adelante me esforzare para serlo mejor. —Me da un suave apretón en mis manos.
Mintió.
—Nunca te dejare ir.
Eso era solo el principio del infierno que iba a vivir más adelante.
Abro mis ojos y me doy cuenta de que otra vez estos tontos recuerdos divagan por mi mente, ya no quiero seguir recordando nada acerca sobre Matías.
No fue un buen novio. Pase tres años y medio en una relación que solo yo estaba enamorada tontamente. Era la única en la relación que sabia amar.
Son las siete de la mañana, estoy desayunando cereal mientras me leo el libro que recién me llegó. Es un libro de romance juvenil, tiene mucho drama y eso me encanta. Reviso el reloj que está colgado en la pared y me falta aún unos minutos para ir a la Universidad
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La luz de la luna ©
RomantizmElla, ella es una chica que le gusta leer, ama el silencio, odia el ruido, es normal pero para las demás personas es una "rara". El, el es un chico que le encanta la fiesta, odia leer, le gusta escuchar música y es el alma de la fiesta. Pero quien d...