§
Capítulo 11
Ninguno de los tres se atrevía a decir nada.Pero la mano del castaño seguía sobre el hombro del rubio de menor estatura, solo que aún no había abierto la boca para decir algo.
El castaño parecía estar en una especie de trance, ya que su mirada se mantenía sobre la mano que había usado para detener al otro chico.
Frank se aclaró la garganta y después de voltear a ver a su amiga puso de vuelta su mirada sobre la del castaño.
—¿Te puedo ayudar en algo? —le preguntó el rubio.
Alec parpadeó por un momento y luego la mano que estaba sobre el hombro del otro chico, la movió atrás de su cabeza y se la rascó en un gesto inquieto.
—No quiero molestarte, pero... ¿podrías mostrarme el camino al baño más cercano ya que ambos están yendo al estacionamiento? —le pidió el castaño.
Frank quedó con la boca abierta y no pudo evitar voltear a ver a la rubia a su lado. ¿Qué debía hacer? ¿Aceptaba? El rubio puso su mano sobre el hombro de Dayana.
—¿Por qué no te quedas con Melissa mientras lo llevó al baño? —le pidió Frank señalando con su otra mano en dirección a la pelinegra que mantenía su atención sobre sus dos amigos justo como la pelirroja que había venido con el castaño.
Algo pasó en la mirada gris del castaño, una especie de sombra al oír lo que dijo el rubio a Dayana, pero no dijo nada y solo le sonrió a Frank con cortesía antes de seguirlo para ser llevado al baño. Lo cual claramente no necesitaba, pero no había tenido de otra ya que quería disimular que lo que le interesaba era acercarse a la rubia, y debía disimular por la compañía que el llevaba consigo.
Ambos chicos caminaban en silencio, Frank tenía las manos dentro de su chaqueta y Alec las llevaba dentro de sus pantalones.
—¿Cómo te llamas? —inquirió el castaño, dirigiéndose por primera vez hacia el rubio.
El rubio frunció el ceño. ¿Por qué quería el castaño saber de él?
—Franco Newel —le respondió el rubio, y quedó viendo al castaño, esperando una respuesta del otro chico.
—Tu y... —Alec quiso agregar algo más, pero lo pensó mejor y cerró su boca.
Frank quería acabar con todo lo incomodo de esa situación así que soltó un suspiró y decidió encarar al chico.
—Mira, Melissa mencionó tu nombre por lo tanto ya sé que quien eres. Dayana me habló de ti cuando nos conocimos —le declaró Frank, mientras fruncía sus cejas rubias y luego alzaba una para mirar a Alec—, sé que ambos tienen un pasado y honestamente, aunque no quiero meterme ya que eso debería solo ser entre tu y Dana, ella es muy importante para mí, así que te pediré que no te acerques a ella si tienes malas intenciones.
Fue turno de Alec de fruncir el ceño. Él sabía quién era ese rubio ya que previamente había investigado sobre la vida de la rubia, pero jamás había indagado cual era la relación entre él y Dana, y al parecer el rubio si sabía sobre la relación entre Dayana con el castaño, una clara desventaja. ¿Pero por qué este chico se sentía con la necesidad de pedirle que se alejara de la rubia? ¿Qué era ese chico de ella? ¿Acaso era su novio?
—¿Y tú que relación tienes con Dayana? —inquirió el castaño, deteniéndose un momento para poder poner toda su atención en el chico que era más bajo que él.
Frank entendió la pausa del castaño y también se detuvo, para que ambos hablaran.
—¿No necesitas ir al baño urgentemente? —inquirió el rubio.
ESTÁS LEYENDO
Nuestra Juventud
JugendliteraturCada joven tiene una vida diferente que a penas empieza a entender, las amistades y noviazgos los van formando en lo que en un futuro se convertirán. ¿Qué quieren ser? ¿Qué quieren los demás que ellos sean? Cada uno cree saber cómo se debe vivir dí...