Anyone better than you | Yonglice

8. Lo que él siente.

Llegó como si se tratase del rey de Roma, pues justamente estaban pasando lista y él estaba parado frente a la puerta cuando dijeron su nombre.

— Justo a tiempo para que cierre la puerta en su cara, señor Lee. Espero que en sus eventos no deje a sus compañeros abandonados. — dijo el profesor.

— Soy el primero que llega porque soy el líder. Con permiso. — entró y se sentó en la primera silla que encontró, junto a Jisoo.

Desde que lo vio sentarse a su lado trataba de prestarle mucha atención por si soltaba algo de su interés, aunque solía ser silencioso.

Las personas platicaban más sobre su existencia que él mismo.

Tocaron el timbre, ella se quedó sentada esperando a escuchar algo bueno, pero él sólo se levantó y se acercó a ella.

— ¿Conoces a Rosé y a Lisa? —

Lo miró, no habían tenido una conversación en meses y jamás hablaban otra cosa que no sean tareas.

— Sí, son mis amigas, ¿Por qué? —

Le entregó un papel doblado. — Dáselo a Lisa. — y se retiró sin darle oportunidad de decir algo.

Sus amigos lo alcanzaron, TaeHyung y Jimin, esos chicos que siempre estaban detrás suya en las clases.
— ¿Irás a verla? — preguntó Jimin refiriéndose a Momo.

— ¿Para qué?, ¿Para que me diga que ChangKyun sólo es su amigo? —

— ¿Entonces es cierto?, ¿Está saliendo con él? —

— Sí, es muy obvia. — no es celoso, pero esa amistad que surgió de la nada no le daba la buena espina, sabía de la mayoría de personas que pisaban el campus, como eran y con quién debía juntarse.

Cuando Momo le pidió un tiempo su corazón se partió, pero trató de empatizar o eso intentaba con el argumento que usó: la situación de su estancia y problemas que tuvo con amigos suyos. Lo entendió, pero le dolía que ella no lo consideraba como alguien íntimo, no lo veía como alguien que pudiera escucharla por más dispuesto que estuviera.

Observó algunas veces como platicaba con ChangKyun y se veían diferentes, incluso lo sentía comparado a lo que eran juntos, no obstante, ella seguía buscándolo, lo trataba como si nada hubiera acabado, estaba mal, lo sabía, debía poner un alto, pero no podía olvidar a esa chica de la noche a la mañana, era la chica, era Momo.

Las conservaciones no eran lo mismo, ella parecía tan tranquila y él lleno de incertidumbre, ¿Habrá mañana?, ¿Será el final?, ¿Hasta aquí coincidirán sus caminos?

No, no quería aceptar que ella estaba enamorándose de otro hombre.

Observó a la chica desde lejos, como se contorneaba como si el universo fuese suyo, parecía que las chicas de la facultad de danza eran las reinas de todo y ella fuese la dueña del universo.

Sólo era emocionante cuando era su chica.

Momo se acercó, tenía una sonrisa en su rostro a incluso escondía algo entre sus manos. Cuando sus amigos la vieron huyeron como gallinas del corral.

— Cariño, ¿Sabes que día es hoy? —

— Jueves. — contestó en seco.

Rodó los ojos. — Fecha, hoy es un día importante. —

— No hay vacaciones, no es el día blanco, ni San Valentín. —

— Tonto, cumplimos 500 días. — abrió sus manos y mostró una plumilla para guitarra de color morado tornasol. — Este es mi regalo. —

No sabía si llorar o llorar, la tomó y la observó como si fuese el regalo que te dan tus padres después de olvidarte en el colegio. — ¿Festejas todo esto durante el tiempo que estás tomándote tu espacio? —

— ¡TaeYong, no seas egoísta!, ¡Ya mejor di que no lo recordaste! —

Rió. — Por supuesto lo recordé, pero dijiste que no querías ningún compromiso, que deseabas tu espacio sola y que tampoco que te meta presión. — por primera vez estaba en su contra, poco a poco comenzaba a agotarse.

— ¡Pero soy tu novia! —

— ¿Ahora mágicamente eres mi novia? — Le devolvió el obsequio. — Cuando decidas realmente a quien quieres me buscas. — siguió su camino.

— ¡Lee TaeYong!, ¡Lee TaeYong! — le gritaba mientras se alejaba.

Después de un año y cuatro meses a su lado y ese cambio radical su corazón comenzaba a agotar, no sé consideraba perfecto, pero esperaba que ella fuera honesta, sólo deseaba escuchar desde su voz "sí, no quiero más esta relación", entre más obvio era más lo negaba.

Vió a sus amigos junto a Taeil y Yuta.

— ¿Ahora qué te dijo? — preguntó Taeil.

— Hoy cumplimos quinientos días. — dijo con un entusiasmo sarcástico.

— No sé cuántas veces te hemos dicho que si ya no te sientes cómodo termines con ella. — dijo TaeHyung.

— No, quiero escuchar de su boca la verdad, si me voy ya no tendré derecho a saber. — cruzó los brazos.

Sus amigos se miraron entre ellos, incluso Jimin suspiró.
Siempre que estaba con ella su actitud cambiaba, pero ahora son emociones negativas, parecía todo el tiempo estar molesto.