19. Entrenamiento y compras

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En la arena estaba un hombre sin camisa sujetando una espada. Reconocí de inmediato a esa persona, era el señor Austin que conocí cuando llegué al pueblo. Frente a él había un hombre de aspecto tosco y cubierto de tatuajes, su cabello era corto y alborotado, tenía puesto un chaleco y un pantalón de cuero, y en sus manos había un par de hachas del tamaño de su brazo.

- Ese es Boris. Es el guardia de la puerta este del pueblo y un gran amigo de Austin. De vez en cuando vienen a la arena a entrenar.

- ¿Eso es un entrenamiento?

La pelea entre los guardias era brutal. Las manos de Boris se movían a un ritmo absurdo, pero Austin bloqueaba cada uno de sus ataques con su espada. De vez en cuando alternaban entre ataque y defensa, el placaje de Austin no perdía en potencia con el de un conejo cornudo, cada golpe de su espada hacía retroceder a Boris.

Ambos se movían por la arena como si bailaran, era una coreografía salvaje y violenta, pero de alguna manera también era hermosa y llamativa. El aura de Austin era roja y fluida, la de Boris también era roja, pero se movía de forma salvaje como un incendio. Cada vez que sus armas chocaban se podía escuchar a la multitud emocionarse. Incluso yo me emocioné al verlo. Si yo me pudiera mover así... No, para empezar eso es imposible, además, ¿yo para qué quiero pelear así?

El combate duró unos minutos más antes de que Boris cayera en una finta de Austin y recibiera un puñetazo directamente en el rostro. Al terminar, ambos chocaron sus manos y se dedicaron una brillante sonrisa, ¿así es la amistad de los hombres? Qué brutos, aunque tiene cierto encanto...

- ¿Qué opinas? No creerías que nuestros guardias eran débiles, ¿o sí?

- Solo diré que me portaré bien mientras esté en el pueblo.

- ¿Solo mientras estés aquí?

Me reí un poco con Alan y después lo invité a comer conmigo, pero dijo que estaba trabajando y no podía hacerlo. Salí del gremio y fui a la posada a bañarme y cambiarme de ropa por algo más casual, después de eso me dirigí a la casa de comerciantes. Tenía dinero y ninguna responsabilidad, así que era hora de ir de compras.

El kit de escalar resultó ser más útil de lo que esperaba, así que visité la tienda de Jack una vez más y compré un kit de cartografía, un kit de cacería y un kit de costura que tal vez podrían servirme de algo más adelante.

Después visité la tienda de armas de la vez anterior. Mi última salida me dejó en claro que necesito protegerme mejor. Compré una armadura de cuero (8 platas), una daga curva (5 platas), un pequeño escudo de acero (1 oro) y un estoque, que es una espada delgada (2 oros). Fue más de lo que esperaba gastar, pero no tengo muchas ganas de morir, así que vale la pena.

Compré también algo de carne y comida, además de algo de ropa para dormir, eso sí, no la compré con Polly sino en una tienda más accesible. Al final del día mi cuenta era de solo 3 platas, y todavía un poco menos luego de pagar mi hospedaje en la posada. Quedarme sin dinero tan rápido era un problema. Me fui a dormir temprano y decidí que mañana iría al gremio a buscar nuevas misiones.

La diosa me permitió revivir en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora