49. Reuniendo a los líderes

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Me acosté temprano ese día, pero no pude dormir sino hasta ya muy entrada la madrugada, reunirme con las personas que mencionó era incluso más peligroso que enfrentarme a los guardias, pero Diana me lo había pedido. Le debía mucho, así que me armé de valor y empecé a preparar lo que diría al día siguiente.

Cuando desperté, Diana ya no estaba, según Regis, iría a preparar algunas cosas antes de la reunión. Le conté a los chicos sobre la lista y se ofrecieron a ayudarme a reunir a las personas, aunque Brutus, Sariel y Chis serían todos mi responsabilidad. Me preocupé por un momento, pero según Regis, Diana había dejado unas cartas para entregar a los líderes, así que mi trabajo solo sería entregarlas.

Después de desayunar unas verduras que Diana dejó para nosotros, salí de la casa y me dirigí hacia el territorio de los gith. Decidí comenzar por ahí porque era el lugar más cercano a la casa de Martin. En el momento en el que entré en su territorio, un par de hombres de aspecto intimidante se acercó a mí. Ambos tenían un aspecto como de humanos, pero su piel era completamente gris y en sus ojos no había pupila, eran esferas blancas bastante aterradoras.

Creí que me intimidarían, pero solo me preguntaron qué asuntos tenía con los gith, cuando les dije que tenía que hablar con Chis para algo importante, me llevaron hacia una casa pequeña pintada con varios colores.

Esperé en esa casa por unos minutos y de pronto de una habitación salió un gith de aspecto único. Su cabello era corto, casi a rapa, y de un color verde brillante; en sus orejas pude ver una gran cantidad de pendientes dorados y un tatuaje de una enredadera bajaba desde su sien hacia su cuello, rodeándolo por completo. En cuanto a su cuerpo, parecía ser una persona delgada, pero estaba cubierta con varias capas de ropa con diseños llamativos y muy coloridos. Es una persona extravagante y es difícil saber si se trata de un hombre o una mujer.

- ¿Qué es lo que un pequeño demonio como tú quiere hablar con la grandiosa e inigualable Chis?

Su forma de hablar es igual de exótica que su apariencia. Su voz es ligeramente masculina, pero se refiere a sí misma como una mujer. Es algo confuso, pero supongo que es una mujer entonces. Me llevé la mano a la bolsa y saqué la carta que Diana dejó.

- Me pidieron que le entregara esto. Por favor léalo.

- ¿Una carta? ¡Hace años que no recibo una carta! ¡Dámela, dámela!

Chis es una persona excéntrica. Tomó la carta con una sonrisa, pero mientras leía, su expresión se volvía cada vez más seria. Cuando terminó de leer se veía enojada. Apretó la carta en su puño y se acercó a mí.

- Iré.

Solo dijo eso con un tono de furia y yo le agradecí, pero ella ni siquiera me miró de vuelta. Los gith me escoltaron fuera y cuando salí de la casa escuché un golpe muy fuerte, como si alguien hubiera arrojado algo contra la pared. Fingí no escuchar nada y salí del territorio gith con renovada energía, todavía era temprano y solo debía entregar dos cartas más.

El territorio de las gorgonas era el más lejano y para alcanzarlo primero debía pasar por el territorio de la Llama Eterna. Mientras me acercaba pude ver los edificios volverse más sucios y dañados, la basura se acumulaba en el suelo y el olor se volvía cada vez peor.

La Llama Eterna es una pandilla de demonios que ha actuado de forma violenta antes, las patrullas de soldados nunca se acercan así que los demonios de aquí pueden hacer lo que quieran. La Llama Eterna organiza peleas clandestinas y hasta tiene su propia arena para pelear, de vez en cuando los aventureros vienen y participan para ganar algo de dinero o para enfrentar enemigos poderosos.

Tragué saliva y caminé tan tranquilo como pude, tratando de evitar que mis piernas temblaran y mi cara delatara que no pertenezco aquí. Es bien sabido que Brutus, el líder de este territorio, suele estar en la arena, así que me dirigí a ese lugar.

La diosa me permitió revivir en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora