50. Banquete con los demonios

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◊POV: Diana◊

Albert me había dicho que las personas en la lista que le di eran muy peligrosas así que escribí cartas para ellos. Nada especial, solo presentándome y colocando una amenaza por aquí y otra por allá, unas cuantas razones para que acudan a la reunión y listo.

La reunión sería esa tarde, pero tenía que preparar algunas cosas así que salí desde temprano a hablar con algunas personas.

El capitán Vorsel y Logan estaban preparándose todavía, pero todo estaba en orden. Creí que Logan me daría malas noticias, pero al parecer las negociaciones fueron rápidas y efectivas, mientras que Vorsel ya había logrado crear una ruta segura en un 90%. Por otro lado los dueños de diferentes tiendas también aprobaron mi plan y se mostraron contentos. Hubo algunos que se opusieron, pero en general, parecía que mi idea podría funcionar.

Contraté a dos grupos de cocineros y los llevé a la casa de Martin, les presté utensilios e ingredientes y comenzaron a trabajar para crear un pequeño banquete.

Habíamos invitado a casi cincuenta personas, pero al menos quince se habían negado a ir, el resto ya estaba ahí o estaba en camino. Le pedí a los chicos que mantuvieran afuera a nuestros invitados con la excusa de que no había espacio, pero en realidad solo quería mantenerlos afuera para que no causaran destrozos dentro de la casa, después de todo, me dijeron que algunos de ellos eran personas problemáticas. De hecho, algunos de ellos eran muy llamativos; había un par de sujetos de piel rojiza con tres cuernos, una mujer con alas de pájaro y Albert llegó acompañado de una sirvienta con un velo en la cara, además, se veía bastante golpeado.

Cuando el sol estaba por ponerse escuché una discusión interesante afuera de la casa así que miré por la ventana y vi a un demonio enorme de piel roja y unos cuernos negros increíbles, ese demonio estaba hablando con una chica con ropa súper colorida. Tenía que preguntarle dónde la consiguió, toda la que he visto en este mundo siempre es plana y aburrida, tal vez no quiera usar algo tan llamativo como lo que tiene ella, pero definitivamente me vendría bien algo de color.

Conté a la gente que se había reunido, eran alrededor de sesenta personas, pero ya que muchos de los líderes habían llevado al menos a un subordinado, creo que solo la mitad de mi lista se reunió, tal vez solo un poco más.

El demonio rojo se acercó a Albert y comenzó a reírse, ¿fue él quien lo golpeó tanto? Lo interpreté como mi señal para salir de la casa.

- ¡Bienvenidos! Gracias por reunirse tan pronto.

- ¡¿Una humana?!

Varios demonios gritaron a la vez al verme. Pude notar el enojo y asco en su rostro. Había olvidado que existe un odio hacia sus razas incluso cuando ese es el motivo de esta reunión. Algunos demonios dieron media vuelta y estaban por irse, pero el demonios grande y rojo los detuvo solo con su voz.

- ¿A dónde van? ¿Qué importa si es una humana? Si lo que dice es cierto, más vale que se queden aquí.

Le agradecí con una sonrisa y el demonio se acercó a mí.

- Leí tu carta, ¿creíste que me provocarías con palabras como esas? Tuve que maltratar un poco a tu mensajero como castigo.

- Creo que Albert hubiera aguantado un poco más. Pero no puedo permitir que trates así a mis amigos, tal vez debamos hablar en privado más tarde.

- Si pelea es lo que buscas, no veo motivos para esperar. Solo estoy dispuesto a escuchar a quien tiene el poder para cumplir lo que dice.

- Llevo algunos días sin un buen entrenamiento, podría divertirme un poco antes de la reunión.

- Suficiente palabrería.

La diosa me permitió revivir en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora