Criminal [Terminada]

Epílogo

Cinco años después.

— ¡Mitzy y Halsey ¿Dónde estás?!

El castaño estaba con el enojo encima, después de tropezar y caer en los juguetes que eran de sus dos sobrinas. Estaba a punto de que les salga canas verdes, al ver como las dos niñas dejaban sus juguetes botados en medio de la sala, o en algunas ocasiones en medios en los pasillos.

Luccas que se iba a imaginar que iba a tener dos sobrinas: una de Bruno y Gia, y la otra de Sofía y Vicenzo. Hace cinco años, después de lo ocurrido en Italia, habían llegado a Marruecos para tener una nueva vida lejos de la mafia. Gia comenzó a tener mareos frecuentes, sumándole a las náuseas y vómitos. Bruno estaba muy preocupado por ella, así que decidieron llevarla al doctor, sin imaginarse que después de hacer los análisis a Gia, iban a llegar a la mansión con una gran noticia: iban a ser padres.

Un año después, Sofía también dio la noticia de que estaba en la espera de un nuevo miembro en la familia. Vicenzo se puso a correr como loco por toda la sala, al enterarse que iba a ser padre. Y bueno eso no fue todo. Cinco meses después, Sofía y Vicenzo estaban en la espera de una niña, algo que al azabache le dio tanta felicidad al saber que su primer bebé, iba a ser una pequeña Sofía; pero al llegar a la mansión, se había puesto a llorar como nunca al ver la ecografía donde indicaba el crecimiento de su pequeña hija en el vientre de la pelirrubia.

Fue todo un caso, porque hasta lo había grabado en las dos ocasiones que se había puesto sentimental. Y obvio que no se iba a salvar cuando la pequeña ya estaba en camino. El azabache se había quedado en shock, si saber que hacer, pero gracias a un golpe que el pelirrojo le dio al azabache y los gritos de desesperación de la pelirrubia, hicieron que cayera a la realidad.

Pero, que se iban a imaginar que esas dos pequeña niñas, se convertiría en un tormento dolor de cabeza para Luccas.

— ¿Por qué gritas Luccas? — pregunto la pelirrubia con su pequeña Halsey en sus brazos.

— Esa niña — le indico el castaño — Con Mitzy, ha dejado todo los juguetes botados y yo me caí encima de ellos.

— Son unas niñas Luccas — se rió de la actitud de su hermano y se sentó en el sofá — Además, no te tienes que quejar porque ya mismo serás padre, y... — se calló al instante, porque en realidad era una sorpresa que Bianca le iba a dar a Luccas, después de que regresara de comprar algunas cosas para la sorpresa.

— ¿Qué fue lo que dijiste? — preguntó el castaño, alzando una ceja de confusión.

— Este... Nada. Solo estaba suponiendo.

— Sofía — siseo el castaño.

— Mejor me voy a ver hacer la cena. Mientras tanto, cuida de tu sobrina — Sofía se levantó, dándole en los brazos del castaña a la pequeña Halsey — Halsey, por favor, no le hagas enojar a tu tío, que últimamente está muy enojón.

— Si mami.

La pelirrubia le dio un pequeño beso en la mejilla de la pequeña y le sonrió al castaño.

— No se qué haré contigo, realmente si me vas a matar de un susto algún día — negó con su cabeza — Pero, eres mi sobrina, así que te las puedo perdonar.

— Tío, vamos a jugar con Mitzy — se bajó de los brazos de su tío y corrió hacia la salida.

— Diosito, dame paciencia.