Puede que no sea capaz de verte pero se cuan hermosa eres. Puede que no pueda ver tu sonrisa pero se que esta presente, puede que no vea lo que me haces... ¿Pero eso podre verlo?.
Puede que en mis ojos nunca sepas el cuanto te amo
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Mikasa
—"No quería creerlo cuando me lo dijeron. ¿De verdad te casaste con un Plebeyo?" El Tyber quien se había auto impuesto el título de mi Prometido bufaba cuando me llevo alejada del pueblo. A una casa con el objetivo de funcionar como base
—"A ti es el que menos le interesa eso. !Es mi Esposo y lo amo. Liberame!" Conteste gritando. El hombre trató de callarme, le respondi con una patada en su estómago y otra casi en su zona débil
—"Maldita Perra. Solo espera y verás" Blasfemó Empujándo mientras salía de la habitación donde me había puesto. Era inútil intentar huir
—"Maldición maldición maldición" Grite tirando todo al suelo llena de rabia. No ayudaba en absoluto el posible embarazo que tenía. Pues no podía permitirme movimientos bruscos
Mire por la ventana desesperada, solo veía a decenas de guardias por todo el perímetro, cosa que solo me enojo mas y mas. Sabiendo perfectamente mi situación me dedique a meditar unos minutos. Intentar huir seria inutil, luchar tambien lo seria. Mi mejor arma era el poder de convencimiento que yacia en las palabras, aunque me dolia admitirlo era buena engañando. Me conseguí un Esposo por ese método
Aunque mí madre fuera una vivora completamente, habia una pequeña posibilidad de que me ayudara a escapar. Sin duda ella no estaria de acuerdo en los metodos que el bastardo de mi padre utilizaria en mi contra para volverla a conventir es esa desagradable persona que era
Las posibilidades eran escasas ciertamente, pero lo que menos queria era tener que ver al maniatico Tyber que se jacto de decir que era mi "Esposo" o algo parecido. Ese hombre era peligroso, desde cualquier punto de vista. No era como mi padre, que era un tirano pero era un simple cordero con cuernos
Ese hombre. Ese hombre era algo diferente, como si una manada de lobos hambrientos habitaran en su ser. Asi lo sentí con solo verlo un poco, la sonrisa retorcida que tenia hacia mi persona era solo un indicio de lo que podria hacerme si el llegaba a cumplir su cometido. Y francamente no tenia ganas de que me tocara siquiera un cabello
—"Mikasa. HIja" La voz de mi madre era exactamente lo que necesitaba en estos momentos "Pasa" Trate de sonar calmada. Un momento despues la puerta se abrio y de ella pude divisar a mi madre, su cabello Negro largo tan bien cuidado como la seda caia por sus hombros. Tenia una expresion entre sorpresa y angustia
—"¿Estas bien?" Pregunto angustiosamente "Lo estare mucho mejor cuando me dejen ir a mi y a mi Esposo" Su rostro palidecio ante mi comentario y se notaba visiblemente preocupada "Hija... Que cosas dices, ese hombre no es tu Esposo. Ya cumpliste tu papel, el señor Tyber de seguro sera un gran marido para ti"
—"Mama no me convencerás de nada, tome la desicion. No quiero esto ni mi antigua vida, ahora esta es la vida que quiero. Y no pueden llegar y decir que me intercambiaron por unas estupidas tierras" Hizo mala cara, pero luego oculto la mirada de la mia "Hija... Deberias de tener cuidado con lo que dices, tu prometido el hijo de Lord Tyber esta muy feliz de poder estar contigo"
