La veía con atención, se movía tan elegantemente balaceando en un vaivén sus caderas al caminar, su larga melena negra parecía sea soplada por un aire cada vez que pisaba el suelo, en su rostro yacía una leve sonrisa mientras escuchaba atentamente a su acompañante, el uniforme escolar le quedaba perfectamente.
La escuela no tenía lo que las demás escuelas, ahí había la posibilidad de que los alumnos se vistieran como querían mientras usarán los uniformes, uniformes que constituía en pantalones una camisa blanca, un saco y una corbata, absolutamente para todos los alumnos, sin embargo, también les daban una falda con una camisa blanca, un saco y corbata sí lo querían usar, ahí no importaba el sexo del alumno, ahí no importaba si un chico se quería portar la falda o si una chica quería portar los pantalones, porque después de todo sería totalmente absurdo que con todas las ideologías que destruía la escuela pusieran esa tonta regla de mujeres con falda y hombres con pantalón.
—Mila, si la sigues mirando así voy a empezar a sospechar que te gusta—Recriminó su mejor amiga a su lado.
La morena ni siquiera le importó el comentario, simplemente seguía viendo con el ceño fruncido aquella pelinegra que caminaba con tranquilidad, pensaba en cómo podría regresarle la broma que recibió, algo que verdaderamente la hiciera quedar en ridículo. Jamás se habían peleado a golpes, tenían una silenciosa regla de no hacerlo, además de que la realeza jamás se mancha las manos con la sangre del enemigo, todo lo contrario a ella, quien si quería, pero no la dejaban.
—Lo que yo digo es que jamás hubo odio entre ambas, y lo que hay es tensión sexual—Su otra mejor amiga respondió a la recriminación.
Ese comentario fue lo que hizo voltear a la castaña con furia, miro con enojo a la rubia que se sonreía burlonamente frente a ella recargada sobre sus manos.
—Eso... Es totalmente absurdo, Dinah Jane Hansen—Gruñó en voz baja sin dejar de mirarla con enojo.
—Yo creo que DJ tiene razón—Se levantó de hombro su mejor amiga a su lado.
La chica volteó inmediatamente a ella mirándola con espanto y disgusto, la pequeña chica a su lado tenía una sonrisa de suficiencia qué la hizo bufar, quería responder pero al abrir la boca no salió nada más que un quejido indignado.
—Pues ambas están totalmente en lo incorrecto—Después de varias gesticulaciones logró decir—Esa prin-ce-sita—Siseó apoyando su puño en la mesa con molestia—Me ha estado haciendo la vida imposible desde que ingresamos, ¡ya van casi dos años!
—Mila, tú tampoco eres una santa—La chica a su lado comentó.
—¡Claro que no!, pero tampoco soy una diabla como ella, Ally.
—Ambas son unas inmaduras que se comportan como niñitos pequeños—Hablo la más alta al frente de ellas moviendo las manos como burla.
Estaba por responder la burla de su amiga pero una mano en su hombro le cambió la atención, con el ceño fruncido y apunto de replicar volteó con violencia hacia la persona que había tocado su hombro, pero se quedó a medias cuando reconoció la figura de un chico.
—Ed-Edgar—Su voz tembló al musitar su nombre.
Escuchó un bufido por parte de sus amigas cosa que la hizo sonrojar con vergüenza mientras veía la sonrisa del joven incrementarse. Edgar era uno de sus compañeros de clase, era hijo de una familia que vendía whiskey, la razón por la que siempre tenía un ligero olor a malta, le gustaba el olor pero el chico... No, definitivamente no, le hacía temblar porque siempre la atajaba y acosaba de manera brutal, y a pesar de haber sido ya golpeado y recibido miles de no, el no se rendía, y por eso temblaba, no sabía que era lo que podría hacer o decir.
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Poisoned
FanfictionUna escuela de magia para los hijos de los más grandes emprendedores o los más importantes famosos, incluso había de la realeza, pocos pero lo había. Camila Cabello hija de uno de los más grandes emprendedores de licorería en todo el mundo, conocid...