Capítulo 2

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—Estúpida.

—Imbécil.

Sus amigas soltaron un suspiro exasperado al escuchar el absurdo y completamente irrespetuoso intercambio entre ambas jóvenes enemigas. Ambas siempre eran refinadas y rimbombantes al insultar, sin embargo, había veces en las cuales aquel extenso y primoroso vocabulario simplemente no era suficiente y recurrían a insultos ordinarios. Decidieron simplemente dejarlas solas, tenían cosas más importantes en ese momento que su ridícula pelea, aunque ese no era el pensamiento de una de las amigas de la castaña, aunque, aún así su novia se la llevó arrastrando por lo infantil que era al querer quedarse para "Captar y detener una posible pelea" pero todas sabían que si llegaran a golpes, no sería en público, a ambas no le gustaban ese tipo de peleas públicas, y solamente una vez había sucedido, y la verdad solo habían sido únicamente apretones y pellizcones, los únicos golpes verdaderos que se habían dado había sido en la mañana, en la clase de hechizos y atracción, ese fue su primera vez en que de verdad hicieron marcas en la otra.

Camila tenía varias marcas rojas y levemente púrpuras de dedos en su muslo mientras que Lauren tenía un pequeña contusión en el brazo que no tardó demasiado en convertirse morado verdoso. Aunque al ver las marcas, únicamente se miraron y rodaron los ojos para ignorarse hasta ese momento, que la morena se tropezó con la princesa por sus zapatos desamarrados.

—Tarada—Masculló con rabia mirándola con claro desafío cruzada de brazos.

—Asno—La ojiverde escupió sabiendo que la morena odiaba que la compararán con animales.

Camila la miro indignada perdiendo su pose desafiante, pero aún así volvió a reincorporarse con más rabia y balbuceó un poco intentado buscar uno de esos corrientes insultos que sus amigos de clase baja usaban, pero por el momento estaba en blanco

—Tú-tú.. es-es eres un-un—La ojiverde la veía con burla cínica, pero la menor encontró la palabra perfecta mientras bajaba levemente la mirada a las piernas de la ojiverde, para nadie era un secreto lo que escondía entre los muslos—Tú eres mitad hombre.

Ella sabía cuánto la ojiverde repudiaba que la compararán con hombre y mucho más que le dijeran que se parecía a uno, e inmediatamente se hizo a notar cuando el rostro cínico se convirtió en un lleno de irá, su nariz la fruncía al igual que el ceño mientras elevaba un poco la comisura de sus labios mostrando el reflejo de sus dientes apretando las muelas del lado levantado.

—No vayas por ese camino, Cabello—Amenazó entre dientes elevando la ceja con molestia.

—¿Y si no que, cara de duende?—Decidió usar otro apodo que causó la risa cínica nuevamente de la princesa, quien rodó los ojos antes de volverla a ver.

—Tú tienes cara de recto.

La morena frunció el ceño mirándola con disgusto, ¿acaso la realiza le acaba de decir que tenía el rostro de la parte más oculta de un cuerpo?, jamás llegó a pesar que alguien como ella usara las partes íntimas como insulto.

—Que vulgar eres—Bufó disgustada mirando hacia otro lado con cara de asco.

—¿Yo?, pero si tú empezaste—Gruñó lanzándole el brazo con tanta informalidad y descares que la castaña estaba completamente confundida, ¿si estaba hablando con su enemiga?

—¿De qué hablas?—Masculló molestar y desagrado.

—El jueguito de no dije una palabra no te queda, morena—A pesar de que el apodo morena fuera de cierta manera lindo, el como lo pronunciaba la princesa hacia olvidar que alagaba su piel y la usaba de manera despectiva.

Pero no sé dejó llevar como siempre lo hacía, porque a los momentos comprendió que la ojiverde había escuchado mal, y con fastidio chistó rodando los ojos.

PoisonedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora