“Tengo la receta, ven a las 12”
Su teléfono vibró con el mensaje pero ella no le puso atención, la morena estaba más centrada en los rellenos labios de Lauren, como se movían con sensualidad mientras hablaba casi susurrante, era atrayente e hinoptico, además de que se estaba empezando a sentir adicta a lo que sentía, odiaba sentirlo pero amaba como se sentía, uns mezcla de emociones contradictorias para Camila pero que no paraban de surgir, incrementar.
—¿Me estás poniendo atención, corazón?—La voz ronquecina de su compañera le llamó la atención, dejó de ver únicamente sus labios para subir la mirada a los ojos verdes que la admiraban.
Pudo ver el leve sonrojo de las mejillas de la princesa cuando le sonrió coqueta, Camila ni siquiera trato de esconder el sentimiento provocado, únicamente negó y se recostó más contra los senos de la muchacha, soltando un suspiro cuando Lauren subió el brazo para empezar acariciar su cabello.
—Lo lamento—Susurró subiendo su mano hasta el pecho de la princesa empezando a delinear líneas invisibles sobre la parte libre de ropa.
—No hay que lamentarse, siento una enorme emoción y deseo con que tu bella mirada se centre en mi de la misma manera en la que te veo yo—El pecho de la ojiverde tembló cuando habló, cosa que sintió la morena.
Camila soltó una risita ante lo dicho por Jauregui, pero no habló, dejo de lado el vuelco que sintió en el estómago para únicamente centrarse en disfrutar el cariño con el que la princesa la adoraba, ni siquiera le importaba la erección que golpeaba su abdomen.
—Lauren…—Murmuró su nombre sintiendo una incredulidad ante lo normal y cotidiano que sonaba.
—¿Sí, mi reina?—Nuevamente otro apodo que provocaba una cascada de sensaciones dentro de ella, y con burla mordió la carne de su pecho haciendo jadear a la ojiverde—Ouch, Camz—Se quejó sollozante, llevándose una mano a la zona afectada para tallarla mientras la morena se reincorporaba.
—Silencio, princesa—Se recargó sobre su brazo para observar a la ojiverde, quien tenía el ceño fruncido y un leve puchero en los labios, abrió la boca para hablar pero nada salió de sus labios, la hermosa imagen de la princesa acostada infantilmente era celestial—Dios mío—Se dejo caer sobre la muchacha ignorando su quejido, sintió su piel arder con el palpite alocado de su corazón.
Tenía miedo.
Demasiado miedo de lo que eso significaba, sentía pánico de lo que sentía por Lauren sabiendo perfectamente que ella ni sentía lo mismo que ella, ¿por qué todo era tan complicado?, ¿por qué esa Lauren tenía que ser tan romántica?, ¿por qué ella simplemente no pudo evitar todos esos sentimientos?, ¿por qué tuvo que ser tan frágil ante todo lo hecho por la princesa?
—Camz, tú teléfono está sonando—Susurró la princesa inhalando el dulce aroma que provenía de su melena castaña.
—¿Me lo podrás pasar?—Inquirió suspirando al sentir el nada discreto ronroneó que brotó del cuerpo de la princesa al haber olido su pelo.
No la juzgaba, puesto con ella pasaba lo mismo al oler todo esa perfume y aroma que emanaba a grandes hondas la princesa, mantenían su corazón calmado y su cuerpo tranquilo, no sabía la razón y a pesar de que era extraño, lo dejo ser, olvidando por momentos que todo simplemente era una ilusión de la princesa.
—¿Es necesario?—Sin mirarla, supo que hacía pucheros mientras mantenía la nariz contra su melena.
—Puede ser importante—Frotó su estómago causando una suave risotada en la princesa, y la sonrisa en los labios de Camila fue inevitable ante el adorable sonido.
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Poisoned
FanfictionUna escuela de magia para los hijos de los más grandes emprendedores o los más importantes famosos, incluso había de la realeza, pocos pero lo había. Camila Cabello hija de uno de los más grandes emprendedores de licorería en todo el mundo, conocid...