Epílogo

2.4K 183 167
                                    

Lauren no recordaba nada, y a pesar de que Camila lo esperaba, no pudo evitar sentirse como la mierda cuando la ojiverde la miró con resentimiento y un profundo rencor una vez fue aventada al salón vacío. Esa fue la primera vez en todas esas semanas que verdaderamente le dolió su trato, fue la primera vez que salió golpeada de verdad en su cuerpo, puesto que la princesa no midió su fuerza y la hizo estrellarse contra el escritorio haciéndola golpearse con la esquina de este la cadera.

-¿Por qué lo hiciste?-La princesa tenía gacha la cabeza pero la seguía mirando.

-¡Ya te dije, no fue a propósito!-Exclamó la morena con la garganta obstruida por los sentimientos-Soy demasiado torpe, y-y sabes que me tropecé y accidentalmente cayó...

-¡¿Por qué me diste ese pan, Cabello?!

-¡¿Es que no me estás escuchando?!, ¡también te lo dije!-A pesar de los sentimientos por ella, no podía evitar sentirse exasperada-Fue para romper todo...

-¿Y si yo no quería?-Desafió elevando el mentón en clara pelea a la castaña, quien vio la ira en el rostro de la ojiverde.

Ahí estaban de nuevo, esa era su realidad, en esa realidad no había sentimientos positivos, únicamente eran desafíos entre ambas. Desafíos que una vez fueron divertidos y cansados, pero en ese momento eran de lo más horribles y dolorosos, que hacían opacar poco a poco el brillo que la morena tenía. Camila no contestó, no sabía que contestar, solamente bajo la cabeza sintiendo sus ojos cristalizarse y su pecho oprimirse en un intenso dolor mientras escuchaba las maldiciones de la ojiverde, quien pareció perder el control y de alguna manera trataba de llamar la atención de Camila mediante insultos.

-¿Por qué mierdas no contestas, egoísta?, ¿finalmente aprendiste a no hablar puras estupideces?, ¿qué mierdas te sucedió en la jodida cabeza?, ¡Camila!, ¿Estás oyéndome?, ¡Puta madre!

Camila apretaba con fuerza sus puños e inevitablemente las lágrimas empezaron a escurrir por sus mejillas mientras un dolor hueco viajaba por su pecho escuchando y oyendo las maldiciones de su enamorada y el como caminaba desesperada, ella aún no comprendía que le sucedía, ¿por qué estaba ahí, reclamándole y llamándole egoísta?, ¿de verdad lo fue?

-Sera mejor que hablemos en otro momento, cuando estemos más calmadas-Susurró la morena tratando de limpiar disimuladamente las lágrimas de dolor que escurrían por sus mejillas.

-¡Hablaremos ahora!, ¡¿por qué siempre tienes que huir de los putos problemas?!, ¡somos grandes, aprende a enfrentar los problemas de cara!-La ojiverde estaba perdida en su furia que no se dio cuenta que con cada palabra que decía, más rompía a la castaña.

Apretó los labios, los cuales temblaban mientras el nudo en su garganta aumentaba, no podía seguir en ese momento, ella no quería ser grande en ese momento, solo quería hacerse pequeña y esconderse, quería ser pequeña nuevamente y no tener que preocuparse por nada más que si sus muñecas y juegos estaban en perfecto estado o si encontraría galletas en la alacena, ser de nuevo esa pequeña que si se lastimaba o rompía algo podría refugiarse en los brazos de su madre.

-No es eso, estamos alteradas y podemos perder el control-Trataba desesperadamente no romperse aún más mientras hablaba.

-¿No es eso?, ¿no es eso?-Su voz incrédula e irónica repitió con burla- ¿Entonces por qué no levantas el jodido rostro y me dices finalmente cuál era el propósito de todo?, ¿buscabas la venganza perfecta?, ¿querías humillarme viéndome arrastrada a tus pies y lamiendo cada lugar que tocabas y pisabas?

El primer sollozo salió de sus labios mientras escuchaba la acusación de la princesa. Con ira y desolación por la acusación levantó la cabeza dejando ver camino de lágrimas que se había formado en sus mejillas, haciendo que cualquier cosa que la princesa fuera a decir quedará estancado en su boca.

PoisonedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora