𝐸𝑡𝑒́𝑟𝑒𝑜||❝─Significa sutil, intangible y de alguna manera... perfecto.❞
─Todo el mundo conocía la trágica y oscura historia de los Ryūnosuke, pero nadie parece conocer la de la última sobreviviente de ellos, Ryūnosuke Nyoko, aspirante a héroe...
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El corazón le aporreaba el pecho como si alguien estuviera golpeando una pared con un martillo. Pequeñas gotas de sudor frío bajaban por sus sienes, siendo ocultadas por los mechones de su cabello que buscaban de alguna manera, taparle los ojos. Parecía como si el mundo se hubiese silenciado de golpe, en donde lo único que le aseguraba que no estaba teniendo una pesadilla, era el brusco sonido de su respiración saliendo por su nariz. ¿Había escuchado bien? ¿Villanos? ¿Villanos en la U.S.J...? ¿Acaso era posible?
—¿Eh? ¿Villanos? ¡No hay manera de que hayan podido entrar a una escuela de héroes!
Con las palabras de Kirishima, Nyoko no pudo evitar recordar su procedencia, el lugar donde nació y que, por suerte, pudo escapar. Aquellas presencias que salieron de ese agujero negro, eran realmente villanos. De esos tíos chungos que no sentían remordimiento por disparar primero, y no de los matones de las películas que solía disfrutar con Atsushi cuando era pequeña y que siempre terminaban convirtiéndose en buenas personas. Ellos, de alguna manera u otra, eran como su familia. Individuos con el alma tan negra que, sin dudar, iban a atacar con todo lo que tenían.
El mal es el mal.
Nyoko no sabía que le provocaba más miedo. Si el hombre de niebla con ojos amarillos junto con el de manos sujetando todo su cuerpo y de cabello azul grisáceo que habían sido los primeros en salir por esa especie de agujero, o, la presencia que salió después que, a su parecer, era una especie de dinosaurio con sus sesos por fuera y un cuerpo tan monstruosamente fuerte que a cualquiera le daría escalofríos.
