𝐸𝑡𝑒́𝑟𝑒𝑜||❝─Significa sutil, intangible y de alguna manera... perfecto.❞
─Todo el mundo conocía la trágica y oscura historia de los Ryūnosuke, pero nadie parece conocer la de la última sobreviviente de ellos, Ryūnosuke Nyoko, aspirante a héroe...
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Cabeceando y con su mundo gris, Nyoko cruzó las piernas y exhaló todo el aire que contenían sus pulmones al remover con la pequeña cuchara su cereal de colores. Estaba muerta del sueño, exhausta, apagada y demás adjetivos que puedan describir su estado actual.
El resto de la noche se la pasó en blanco. No pudo pegar el ojo sin tener el temor de volver a revivir ese recuerdo u otro peor que esta vez la levantara de su cama a gritos. Pasó en total 5 horas en vela con un increíble ardor en sus ojos jugando Candy Crush en lo que quemaba algo de tiempo. Y cuando su teléfono murió en el nivel 234 y aún seguía sin amanecer, no se le ocurrió mejor idea que llamar a Inui para que este la sacara a hurtadillas de su habitación sobre su lomo sin hacer ruido alguno.
Y con ello, juntos, terminaron contemplando cada pedacito del amanecer en la azotea del complejo de apartamentos donde vivía, envueltos en una enorme manta que Nyoko tomó antes de que Inui la llevara por petición a ese lugar.
Necesitaba refrescarse.
Ver el amanecer fue lindo, aunque un poco abrumador. Porque desde esta parte del mundo y con su cabeza hecha un lio, algo tan hermoso e inocente le terminó dejando una que otra sensación amarga que tuvo que tragar y enterrar en lo más profundo de su corazón.
