─046; Into the nigth III

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Cuando las pesadas nubes se rompen y los primeros vestigios del agua caen, la tierra entera se sacude y se cubre por completo de gris.

Es un pesado manto el que cae sobre las montañas: sobre los ríos, sobre los campos, sobre los valles, sobre las praderas y sobre los hogares ya desahuciados en donde la guerra no cesa.

Esto es una cortina vieja, es un trapo roto, es un velo negro largo y denso. Y es algunas veces, un tipo de cobertor mohoso e incluso fresco que puede ayudarte de milagro.

O que puede enfermarte de inmediato.

Pero a todo lo cubre sin excepción. A todo lo alcanza sin perdón.

Y es entonces en el momento justo bajo el alba, en la mira de un eclipse, en un amanecer rojizo, en un día turbio; en el que el viento compone su melodía y los árboles danzan bajo el riego maldito entre violentas sacudidas.

Una y otra vez. Cuatro, cinco y seis... Los giros acontecen, las brechas se cierran, los pasos cesan, los gritos aumentan y las distancias se acortan.

Y no son solo uno, ni dos y menos tres. Tampoco son siete, ocho o nueve. Son muchas voces respondiendo a su nombre. Son muchos quienes escuchan su venir y se preparan con uñas y dientes para huir.

𝐄𝐭𝐡𝐞𝐫𝐞𝐚𝐥 ─BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora