Al dejarme solo Dulce en el cuarto de aseo, salí unos cinco minutos después al meditar y pensar en lo que me dijo hace un buen rato ¿Una piedra en mi zapato? ¿Qué mi suerte se vaya al escusado?, esta niña insolente está tramando algo y eso no me esta gustando para nada, pero en fin, pronto lo descubriré y si es algo malo tendrá su castigo bien merecido por estar jugando con una persona el cual ha inventado ese juego más de mil veces con distintas chicas.
Me dirigí al salón 202 en el segundo piso, donde recibirá unas tortuosas horas de ciencias económicas, al entrar todos estaban acomodados en sus lugares (incluso Dulce que se encontraba al lado de una de las chicas de mis amigos). Pase por su lado, y aquella ni se inmuto de mi presencia, pero se la dejo pasar, no quiero iniciar el día con un castigo sin siquiera haber pasado la primera hora.
Me senté al lado de Niall, el cual, estaba coqueteando con una de las amiguitas de Tifany, Marianne, este se dio cuenta de que estaba a su lado y guiñándole el ojo a la plástica, me volteo a ver y me dijo:
-¿Sabes cómo se llama la muchacha que está al lado de Kate?-.
-¿Para qué quieres saber Niall?-, le respondí con el ceño fruncido.
-¿Cómo que para que Harry?, obviamente para hablarle y no se calentarme un poco o tal vez calentarla a ella en el baño-, la ira corría en mis venas, lo tome de su estúpido cabello rubio y estrellándolo contra el puesto le respondí:
-Próxima vez que te escuche o te vea hablando así de MI chica, te juro que te mato Niall sin importar si eres mi mejor amigo ¿Entendido?-.
-¿Ya la encontraste no es así?-.
-Por eso te lo advierto idiota-, le dije con mi mandíbula apretada.
-Ya te entendí, no me voy a acercar a ella y ahora suéltame que me vas a dejar calvo-, lo solté y este con una sonrisa me dijo:
-Te aconsejo que la cuides o que la eduques, no sea el diablo que te la quiten-.
-Está aprendiendo a comportarse-, le dije con una sonrisa malévola en mi rostro.
-¿Acaso ya la castigaste?-.
-¿Si te digo que si te sorprenderías?-.
-¿Y qué hizo la idiota para que mereciera su castigo?-, dijo Niall acomodando su corbata y su cabello rubio.
-Primero, me dijo que era un niño consentido y me dejo en ridículo frente a todos, la semana pasada, después se puso de brincona con los nerds de la escuela y lo último estaba muy melosa con Powell y dejo que la tocara cuando yo le dije que no lo tenía permitido-.
-¿Con Powell?, por favor Harry-, bufo, -debes estar loco si piensas que ella se fijó en ese idiota-.
-No estoy loco, simplemente protejo lo que es mío, ¿Acaso no recuerdas lo que le hiciste a Winlock cuando le dio un beso en la mejilla a tu amada Leila?-, le pregunte con una sonrisa irónica en mi rostro mientras que él, frunció el ceño y me respondió:
-En eso te hallo la razón, pero Harry ¿Estás seguro de que es la indicada?-.
-¿Cómo no va a ser la indicada?, mírala, es linda, tiene una mirada inocente y dulce que podría enamorar a cualquiera, con la beca que se gano para estudiar en esta porquería debe ser inteligente y lo mejor de todo es que es virgen y solo me puede pertenecer a mí-.
-¿Ya la marcaste Harry?-.
-Aún no, pero pronto lo hare, si es que la marca que le deje en su cuerpo no le hace entender que ella es solo MÍA y que no tiene derecho de mirar a otro hombre que no sea yo-, dije con suficiencia y seguridad, en cambio, Niall estaba asombrado por la respuesta que le di y antes de que esteme dijera o me reputara algo, llego el maestro de la materia listo para jodernos la vida y aburrimos más la existencia de lo que ya la tenemos.

ESTÁS LEYENDO
¡SOY TU DUEÑO Y QUE!
Ficção AdolescenteDulce, tanto su nombre como su personalidad describían a esta hermosa chica griega con raíces mexicanas. Su mirada trasmitía amor, alegría y compasión a todo aquel que le hablara o entablara conversación alguna con ella; no podía tener un cuerpo soñ...