XVI

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Por un momento la sala quedo en un silencio absoluto mirándonos los unos a los otros, su padre me miraba con el ceño fruncido mientras que la madre me miraba con una sonrisa de esperanza y alegría, pero la más importante, la pequeña idiota me miraba con sus hermosos ojos cafés no con miedo como siempre me ha mirado, sino que su mirada inspira amor...¿Tal vez?

-¿De dónde es usted joven?-, pregunto su padre interrumpiendo mi contacto visual con su hermosa hija.

-Soy de Holmes Chapel, Inglaterra Señor-, respondí mirándolo nuevamente a los ojos.

-¿Por qué no más bien vas Dulce y te cambias mientras que tus padres y Harry te esperamos en el comedor para cenar todos juntos?-, dijo su madre frunciéndole el ceño a su hija, pero su padre como siempre arruinando la diversión dijo:

-Si vas y te cambias Dulce te juro que no habrá mesada la semana que viene-.

-Ernesto es injusto lo que haces con nuestra pequeña al manipularla impidiendo que aquella se cambie para recibir a su novio-, su madre exclamo con el ceño fruncido.

-Si le gusto al joven bien y si no....-, su madre le pego un pequeño puño en el brazo y le dijo:

-No me importa lo que digas, Dulce se cambia y cuando aquella baje y estemos todos reunidos cenaremos-.

-¿Piensas que dejare que este joven vea a mi hija con los vestidos cortos que acostumbra llevar?-, ¡Vestido cortos! Esta mocosa me va a escuchar después, por ahora disfrutemos del espectáculo.

-Simplemente eres un viejo machista que no permite que su hija se vista a la moda, además, de que criticas y pones gritos en el cielo si a ti te gustaba que yo los usase cuando éramos jóvenes-, su padre se quedo callado y se sonrojo como un tomate, mientras tanto, Dulce poniéndose del lado de su madre dijo:

-Mi mamá tiene razón, yo debo usar vestidos conforme a mi edad y a mi cultura y no estar usando una Burka papá, además, yo no lo veo ningún problema usar uno de mis vestidos ya que esos fueron escogidos y comprados por ti ¿No lo crees?-, su padre se sonrojo aún más y dijo:

-Cámbiate antes de que me de un infarto pero no quiero que uses algo muy escotado-, doy gracias a la madre de Dulce de que haya interferido por mí, y que Dulce, mirando mi expresión que puse hace un buen rato recapacito ya que se veía muy contenta con el chiste de presentarse con una estúpida Burka.

Aquella hizo una pequeña reverencia y subió a lo que parece ser su habitación, mientras tanto, su madre nos guio a su padre y a mi al comedor. El caballero se sentó en la punta izquierda principal de la mesa, mientras que, su madre se acomodo al lado derecho de este, por mi parte, me senté a su lado izquierdo para tener una mejor "comunicación" con él enemigo. Se presencio nuevamente un silencio sepulcral, pero, con la duda en no saber sus nombres dije:

-En toda la velada no he podido saber cómo se llaman ¿Me lo podrían decir por favor?-, su madre estaba más que feliz, pero su padre mirándome con una ceja enarcada me respondió:

-Pensé que mi hija se lo había dicho-.

-No ha tenido tiempo desde que salió de la escuela-, respondí nervioso.

-Ernesto deja esa actitud y respóndele de buena manera, además, por primera vez tenemos un invitado que no es de este barrio, no estudia en el basurero donde estudia nuestra hija, no es ningún delincuente ni mucho menos criminal y sobre el hecho no es amiguito de nuestro hijo-, dijo su madre con el ceño fruncido.

-Solo lo pongo a prueba cariño, que tal que ricitos nos salga del otro equipo-, ¿Ricitos? Si este tipo no fuese el padre de Dulce lo estaría golpeando por decirme de esa forma y cuestionar mi sexualidad, apuesto a que yo he tenido más mujeres en mi cama que este vejete gordo.

¡SOY TU DUEÑO Y QUE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora