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POV DULCE

“Hora de levantarse, la hora es siete de la mañana cinco minutos”.

Con un gruñido de mi parte, abrí los ojos y me dispuse a empezar un nuevo día en una nueva escuela en la hermosa ciudad de Atenas. Deje mis cobijas a un lado y me levante con ánimos de tener mi nuevo día en la preparatoria más costosa de la ciudad.

Abrí mi armario y busque mi nuevo uniforme, mi ropa interior y mis zapatos; lo deje encima de mi escritorio donde hago mis deberes y tendí la cama para que mi madre no dijera que soy una terrible y descorazonada hija por no ayudar con los quehaceres de la casa. Me metí a la ducha y me demore no menos de 20 minutos tomando un simple baño.

Al salir me vestí rápidamente con lo que había arreglado hace un buen rato y me peine con mi cabello suelto y con varias ondas que hacían que mi rostro se viera un poco más sexi y atrevido. Tome mi mochila y baje al comedor a comer unas tostadas y leche para irme a mi primer día de clases.

Salí de casa, y como mis padres y mi hermano se llevaron el auto y la moto, camine rápidamente por el vecindario hasta la parada de autobuses. Pasaron cinco minutos y llego ese bus elegante y fino como los pasajeros que iba ahí dentro; al subir, todos me miraban de reojo y susurrando ¿Esa es la chica nueva? ¿Aquella es la becada?, y mentalmente quería salir corriendo e ir a una escuela común y corriente, sin chicos ricos criticándote ni mucho menos demostrar que no tenía dinero para el almuerzo.

Me senté en las últimas sillas del bus y este arranco con destino final a la escuela, saque mis audífonos junto con mi I pod y al encenderlo le puse play a mi canción favorita RENEMBER IN THE TIME de Michael Jackson y así fue como mi recorrido se hizo un poco más interesante.

Al llegar, todos bajamos del autobús y me dispuse a caminar sacando mi nuevo horario de la maleta para saber que clase tenía y en que salón me tocaba la primera hora y oh sorpresa, química, mi favorita.

Entre a la escuela, y esta era como todos comentaban en mi anterior colegio, grande, con casilleros de última generación, salones inmensos y chicos absolutamente atractivos pero hostiles para entablar una conversación. Pase por en medio de los pasillos y todos me miraban con cara de ¿Y esta porque esta vestida así? ¿Por qué lleva su uniforme de esa manera?, y les contaré, mi falda esta muy corta para lo que exige la escuela y mi corbata roja está hecha un desastre ya que no me la supe acomodar o arreglar mucho mejor.

Llegue al salón 120 y al entrar pude ver que tenía grandes mesas de laboratorio, con sus tubos de ensayo y demás cosas que se usan para los experimentos. Todos me miraban pero no con enojo sino con ¿Ternura?, en fin, espere a que todos llegaran, incluyendo al maestro y cuando el salón estaba totalmente lleno, un hombre gordo de corta estatura con su bata de laboratorio y corbata entro con sus libros y los dejo en su escritorio, y dirigiéndose a su auditorio saludo y dijo:

-Como pueden observar, tenemos una nueva compañera en esta clase, así que déjeme presentarles a…-, este dudo y me miro a mí con el ceño fruncido e inmediatamente respondí por el diciendo:

-Dulce María Zarate-, este asintió y dijo:

-Bueno, bienvenida a la escuela, tome asiento en la segunda mesa del lado izquierdo y espero que traiga su bata, la próxima no se la perdono y no entra a mi clase-, este señalo la famosa mesa y caminando rápidamente me senté a un extremo de la mesa vacía que me habían asignado.

Aquel maestro inicio la clase con química inorgánica, saque mi cuaderno y me dispuse a copiar todas las formulas y los conceptos que este nos daba acerca del tema, hasta que alguien bruscamente abrió la puerta y dijo:

-Profesor, me sorprende que haya comenzado la clase sin mí-, el maestro dejando de escribir lo miro con el ceño fruncido y le dijo:

-Señor Styles, ¿Qué son estas horas de llegar?-, este con un tono arrogante le respondió:

¡SOY TU DUEÑO Y QUE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora