MOVIMIENTOS DEFORMACIONES CORTICALES: PLIEGUES Y FALLAS

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La tectónica es la rama de la geología que estudia las deformaciones y desplazamientos que sufren las rocas como consecuencia de los movimientos de la litosfera, aspecto este que aborda de una forma más concreta la llamada tectónica de placas y que contemplamos más adelante.
Cuando las rocas son sometidas a esfuerzos deformantes, el resultado de los mismos no solo depende de la intensidad del esfuerzo, sino también de las propiedades del material y del conjunto de condiciones físicas imperantes en el momento de producirse la defomación. En principio, y teniendo en cuenta que las rocas son materiales sólidos, en lógico pensar que un esfuerzo de intensidad suficiente va a provocar la rotura del material. Sin embargo, estructura como los pliegues indican que el terreno es más plástico de lo que se puede suponer o al menos lo ha sido en algún momento. Eso nos demuestra que las condiciones en las que se ha producido la deformación son muy diferentes a las que están presentes en la superficie.
Cómo su propio nombre indica, pliegue es un deformación ondular del terreno que afecta a materiales lo suficientemente plásticos como para que no se rompan. En un pliegue se puede distinguir varias partes. La charnela es la línea imaginaria que une los puntos de máxima curvatura del pliegue. Los flancos son las porciones de superficie plagada situados a ambos lados de la charnela. La superficie que contienen las charnelas e todos los estratos del pliegue se denomina plano axial, dependiendo del grado de inclinación del plano axial, los pliegues se clasifican en verticales, inclinados y tumbados.
Cuando la apertura del pliegue se sitúa hacía abajo, el pliegue se denomina antiforma, cuando se sitúa hacía arriba, sinforma, y cuando se habré horizontalmente, recibe el nombre de pliegue neutro. Los anticlinales son aquellos pliegues en los que las capas o materiales más antiguos se encuentran en el núcleo o centro del mismo, mientras que en los sinclinales se disponen a la inversa, es decir, en las zonas más alejadas del centro. Se podría pensar que, por la disposición lógica de los materiales, todos los anticlinales. Son antiformas y todos los sinclinales son sinformas. Sin embargo, también existen sinformas anticlinales y antiformas sinclinales, que pueden ser el resultado del plegamientos de inversiones o de la superposición de pliegues. Los pliegues no constituyen por lo general fenómenos aislados, sino que, por su origen, se suelen localizar agrupados y afectan a toda una región. Según las formas que adopten, estás agrupaciones reciben distintas denominaciones. Así, los conjuntos de pliegues paralelos en los que predominan los anticlinales son los anticlinorios, y aquellos en los que son más numerosos los sinclinales, los sinclinorios. Cuando en un sistema todos los pliegues poseen la misma inclinación y los planos de pliegue son paralelos, se denomina sistema armónico o isoclinal; en caso contrario se le califica como disarmónico.
Situados generalmente en las zonas en que se produce la colisión de placas litosferas, los mantos de plegamiento son grandes pliegues tumbados que dan lugar a la formación de montañas, cómo es el caso de los Pirineos y Alpes.
Superando un determinado límite en la plasticidad del material sometido a un esfuerzo deformador, se produce la rotura de este. En lineas generales, la fractura del terreno puede ser de dos tipos. Cuando la fractura va acompañada de un desplazamiento de los bloques resultantes se habla de fallas; si no hay un desplazamiento aparente, la fractura se denomina diaclasa. No todas las fracturas son debidas a esfuerzos tectónicos; la descompresión de las rocas a medida que se acercan a la superficie por la erosión de los materiales situados por encima o la congelación del agua en huecos preexistentes puede conducir tambien a la formación de grietas.
Una falla es una fractura de superficie plana que divide el terreno en dos bloques contiguos, los cuales se desplazan paralelamente a dicha superficie. En un falla es posible diferenciar varias zonas, tales como el plano de falla, el salto, los labios y el espejo de falla.
El plano de falla o de deslizamiento es aquel por el que se ha producido el desplazamiento relativo de los bloques; cuando los materiales son muy frágiles, se produce una trituración de los mismos o cataclasis dando lugar a un plano de falla de forma irregular que pasa a llamarse brecha de falla.
En las fallas que presentan una cierta inclinación, pueden observarse los labios de fallas, que son las paredes que se encuentran a ambos lados de los planos; existen un labio superior o de techo y un labio inferior o de muro.
El salto es el valor del desplazamiento total entre los bloques y presenta una componente vertical y otra horizontal.
Los espejos de fallas son las zonas de fricción y las estrías que aparecen en el plano de falla, las cuales marcan la dirección del desplazamiento.
La importancia de una falla se encuentra en relación con su salto, aunque esté puede variar a lo largo del plano, debido a la existencia de un hundimiento mucho mayor en el centro y los extremos de dicha fractura.
La clasificación de las fallas se efectúa según los movimientos relativos producidos entre los bloques de falla. Cuando el desplazamiento entre bloques es vertical, se denomina falla recta, si se produce el hundimiento del labio de techo, falla normal, y si el que se hunde es el labio de muro, falla inversa. Cuando el grado de inclinación de un falla inversa es superior a 30°, se habla de cabalgamiento.
Una falla normal nos indica que ha tenido un lugar una expansión de terreno, mientras que las inversas lo que se produce es un compresión.
Las fallas se presentan, por lo general, asociadas, constituyendo los denominados campos de fallas. En este caso, cuando son paralelas dan lugar a relieves característicos, tales como las fosas tectónicas p fosas de hundimiento entre dos masas levantadas; cuando hay un macizo entre dos masas hundidas se habla de horst o pilares tectónicos.
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Arriba. Los términos anticlinal y sinclinal se refieren a la disposición de los materiales más antiguos dentro del pliegue, y no a la forma del mismo. Abajo. El angulobque forma el plano axial determina los distintos tipos de pliegues. Los pliegues rectos son los únicos simétricos, todos los demás son asimétricos.
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Carta de profundidades marina en la que son fácilmente apreciables las principales dorsales oceánicas. Nótese la situación central de la dorsal atlántica y como sigue el contorno del continente africano en contraste con la dorsal del Pacífico, netamente desplazada hacia el este.
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