capitulo 1

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La tranquilidad de la mañana era levemente interrumpida por por las risas de algunos niños dentro de una pequeña casa tradicional donde se mantenía el calor.

Afuera de la pequeña minka, se encontraba un joven peliburdeo preparando su canasto, listo para ir al pueblo al pie de la montaña para vender el carbón.

Era invierno, perfecta estación para vender carbón y poder conseguir más recursos para la cena de año nuevo y poder disfrutar de la nieve con sus pequeños hermanitos en medio del hermoso bosque que les rodeaba  e inundaba sus fosas nasales de su bello olor.

-Tanjiro- Sus pensamientos divagantes se vieron interrumpidos por la tranquila y hermosa voz de su adorada madre que lo llamaba a que se acercara a ella-Déjame limpiarte el rostro, lo tienes lleno de carbón- decía con una mueca ligera, pero notable, de preocupación mientras se postraba ante su progenito mayor para limpiar su rostro con un paño húmedo.

-Sabes que es peligroso, no es necesario que vallas- dijo limpiando los últimos rastros de carbón del rostro de su hijo.

-Pero quiero que todos coman hasta reventar en año nuevo, por eso venderé todo- le contradijo a su madre con amabilidad y una sonrisa llena de calidez.

-Bien-dijo en un suspiro rendida-Muchas gracias, hijo- sonrió con calidez.

Tanjiro iba a empezar a despedirse de su familia, cuando el sonido de la puerta resonó con cierta fuerza, para posteriormente escucharse ciertas pisaditas sobre la nieve que se acercaban con rapidez.

-¡Nii-chan!- grito con cierta enfuria Shigeru -¿Hoy también iras al pueblo?- apresuro a decir con ansiedad reflejada en su voz.

-¡Te acompaño!- grito emocionada  Hanako.

-Tanjiro no llevara la carreta y no podrá cargarlos si se cansan- Dijo la madre con tono autoritario pero sin dejar su cálida voz de lado.

Los niños empezaron a protestar lo dicho por su madre.

-Mamá tiene razón-Sentencio con algo de dureza en su voz -Pero prometo traerles dulces-y rápidamente lo suavizó.

-¿Enserio?- preguntaron al uníoslo con felicidad y notable emoción.

El chico asintió con un pujido afirmando- y cuando regrese te leeré un libro Hanako- La niña sonrió con dulzura ante la palabras de su hermano.

-Takeo, ¿podrías cortar leña por mi?- pregunto amablemente a su hermano menor que iba caminando con hacha en mano.

-Claro, pero hubiera deseado que la fuéramos a cortar juntos- dijo con cierto grado de decepción asomándose en su voz.

Con alto nivel de enternecimiento por la actitud de su hermano, fue directo a el y le sacudiera levemente la cabeza, avergonzando al menor y dándole un nuevo objetivo de burlas a sus otros hermanos.

El de ojos de rubí empezó a agarrar otra vez rumbo despidiéndose de su familia para empezar a marchar y así asta que se encontró con su hermana cargando al menor de la familia Kamado, que se encontraba durmiendo profundamente en la espalda de su hermana menor.

-¡Hermano!- llamo la menor a su hermano con tranquilidad.

-¡Nezuko!, ¿Todo bien?- pregunto el mayor con preocupación.

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