Capítulo 10

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Estático frente a la puerta, levemente titubeante de lo que ocurría frente sus ojos, fuertes pulsaciones que venían de su pecho, ojos que en pronto romperían en cascadas y su garganta que estaba a poco de sacar un llanto.

Ahí estaba, su estudiante, Tomioka Giyuu, aquel del que le habían avisado que luchó contra el rey demonio y como era de esperar, perdió en batalla, estaba ahí, frente a el, apoyándose nada más que por él mismo, inclinándose y hablándole con suma devoción, tal y como solía hacerlo su niño.

-¿Qué-qué?- habló tartamudeante y con las lagrimas rebalsando sus ojos, escurriendo por sus mejillas hasta llegar a su mentón y culminar en el suelo.

-Yo- su voz tambaleaba mientras retomaba su postura más recta, pero sin dejar de fijar su mirada en el suelo -Lo siento maestro, se que lo preocupé, que me convertí en demonio y sonara muy desvergonzado de mi parte, pero por favor, entrene a estos niños para convertirse en cazadores de demonios- inclinó más su cabeza mientras su voz se iba destrozando de a poco en un acto de suma sumisión.

Sankoji quedo paralizado un minuto.

-Giyuu entra a la casa, hablaremos de esto cuando vuelva- su vos tan fría causo escalofríos a los presentes -Ustedes, niños, síganme- dijo con menos frialdad, pero se notaba enojado.

Urokodaki salió de la minka para empezar a caminar y dirigirse a un punto alto de la montaña.

...

Los niños caminaban detrás del hombre, siguiéndolo de cerca, cansados y jadeantes, agotados por la caminata que tuvieron que superar para llegar al hogar del viejo hombre y sin mencionar la escasez de aire que estaban sufriendo aquellos niños.

-Bien- el hombre paró y giró sobre su eje para voltear a verlos -Vuelvan a la minka antes de que se ponga el sol, si lo superan, los aceptaré como pupilos- dijo para emprender marcha por si solo a la minka y hablar con Giyuu.

Los niños que se habían quedado brevemente aturdidos, voltearon a ver la dirección por la cual se había ido -¿Es en...-la pregunta de la menor jamás fue concluida al darse cuenta de que el anciano, prácticamente desapareció en la niebla de la montaña.

-¿Eh?... ¿Se fue?- preguntó el mayor.

-Así parece- inquieta y un poco asustada afirmó la niña -Bien será bueno empezar- se sacudió el miedo y dijo con determinación -El ultimo en llegar es un huevo podrido- dijo para ponerse en posición esperando a su hermano.

-¡oh! ¿conque un reto?- dijo viendo la mirada retadora de su hermana -Bien ... acepto- dijo posicionándose al lado de su hermana.

-En sus marcas- dijo emocionada -¿Listos?- se prepararon -Fuera- corrieron.

Los niños empezaron a correr con rapidez.

Hasta...

-¡Aaaaaah!- grito la niña aterrada al ver frente a ella un tronco que paso a velocidad frente a el.

-Ok- dijo jadeante y asustado por la misma razón que su hermana -Perece se que no será tan fácil como creí- pensó en voz alta.

-Je, no me digas- dijo calmándose en un tono socarrón.

un pequeño silencio se insta lo entre los dos, en el cual logro detectar, gracias a su olfato, las trempas instaladas por su futuro maestro.

"Alterno"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora