Capítulo 3:

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 Las variadas prendas se desplazaban de un sitio a otro, abriendo espacio para que las otras fuesen apreciadas. Diversidad en diferentes camisas de vestir y otros accesorios salían y entraban de nuevo al ropero; Jason aun no sabía que camisa y que corbata elegir para el congreso de esa noche.

Esta tarea fuese mucho más sencilla si contase con el buen ojo para la moda que poseía su encantadora novia, Diana, pero ella ha de estar arreglándose también, apercibida para acompañarlo para el evento. Él ya se había duchado, rebuscaba en el ropero desesperadamente, en ocasiones normales él nunca había tenido este tipo de percances, ya que casi siempre se viste de manera sencilla o con lo primero que encontrase según la situación, pero hoy era un día importante. Solos dos años de evaluación práctica lo separaban de su título como Médico general en la Universidad Central, al congreso de hoy acudirían influyentes especialistas y él iba a hacer su primera aparición ante entes de tan alta experiencia e importancia.

Logró decidirse, optó por una elegante camisa blanca de mangas largas, una corbata roja que hacía un contraste agradable con el color del chaleco. En menos de lo que pensó ya estaba listo, los últimos detalles en su peinado fueron interrumpidos por un estrépito proveniente de la ventana, se asomó e inclinó su cabeza para poder mirar más a fondo; lo que vio fue a una mujer que corría y se perdía por el otro extremo de la calle, como si escapase de algún delincuente. Una situación extraña, pero debido a la enorme inseguridad que reina en su ciudad cabía entre lo rutinario.

 —Jason, hijo, ¿estás listo? —resonó la voz de su madre desde la planta de abajo.

—¿Qué tal me queda el traje? —le preguntó mientras salía y cerraba la puerta.

—¡Vaya, que guapo te ves!

—Gracias.

—¿Pasarás buscando a Diana?

—Claro, ahora tengo que ir por ella. —dijo mientras echaba una mirada al espejo.

—Bien, yo también hubiese querido ir pero me veré con tu padre. Hace un tiempo que no nos vemos y me invitó a salir.

 Los padres de Jason estaban separados, desde hace unos diez años debido a sus diferencias y al trabajo de su padre que lo hacía viajar por largos períodos de tiempo. Aun así, Jason siempre contó con el apoyo constante por parte de ambos. Su padre vivía con su nueva esposa, mientras Jason y su madre residían juntos de forma armoniosa.

 —Quién diría, es una sorpresa. Espero la pasen bien. Le das un abrazo de mi parte. Hace mucho que no lo veo.

—Seguro, hijo. Cuídate. —le dijo dándole un beso en la frente.

—Tu también, mamá. Te quiero. —mientras estiraba los brazos para rodearla y abrazarla.

 Abandonó la casa, caminó apresurado hasta el auto, se subió y arrancó de forma veloz. Entonó la radio, una música de fondo sonaba complacidamente, aún así su mente estaba enfocada en repasar su discurso si de alguna forma u otra llegasen a brindarle esa oportunidad, si sucediera o no, nada mejor que estar preparado para lo que fuese a expresar.

Cruzó la esquina y se saltó un semáforo en rojo, llegó a una calle iluminada por una luz tenue, habían caído unas cuántas gotas de lluvia en la tarde, el vidrio parabrisas del auto estaba empañado, se detuvo a limpiarlo con una mano mientras que con la otra llamaba a Diana para decirle que está esperándola, en frente de su casa.

Sin perder mucho tiempo, la hermosa muchacha salió. Llevaba puesto un vestido blanco descotado que resaltaba su privilegiado y vistoso busto, y un peinado bien elaborado que hacía de ella una muestra total de belleza en su máximo esplendor. Jason, atónito ante el sublime encanto de su novia, no consiguió palabra alguna para articular durante unos segundos. Al ella subirse por la otra puerta, y juntar sus labios con los de él para saludarlo... Todo lo que Jason había venido escribiendo en su mente para su discurso se había borrado. Se esfumó, fragmentos de sus ideas quedaban flotando alrededor de la agraciada imagen de ella en su cabeza. Sumergido en su pérdida fue por más, y la besó tanto como pudo...

The OutbreakDonde viven las historias. Descúbrelo ahora