¿Hermandad?

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"No creo que vuelvan a molestar Mitsuya, puedes sentirte tranquilo"

Una espesa voz se hizo presente, la escuchabas ecualizada, lejana. Te removiste incómoda por el dolor, la paliza que te dieron no era comparable, una pandilla completa encima de ustedes dos... ¿ustedes dos?

¡Hanma! Despertaste al instante, tus ojos dolían pues trataban de acostumbrarse a la tenue luz de aquel blanquecino hospital.

—Hanma...— Comentaste a duras penas, mirando a tus al rededores divisando siluetas por toda la habitación.

—No, no, muñeca, cálmate— Era el pelimorado quien te atendía con suavidad, haciendo que volvieras a la cama.

—Hanma... Mitsuya— Delgada y enferma, así te escuchabas a ti misma.

—Está ahí, está dormido, despertó antes que tú, está estable, solo un poco herido— Hablo con pasividad regalándote esas dulces sonrisas que tanto amabas.

Tenías ganas de llorar, pues a pesar de que querías mantener todo bajo tu control no lo lograste, descubrieron a Hanma y la Touman tuvo que intervenir por ti, sentías el peso de las heridas de tus compañeros y novio, que por ahora parecían tratadas pero aún así querías evitarlas a toda costa.

El de ojos lila aprecio aquellas gotas cristalinas acumulándose en tus ojos y con rapidez corrió a mimar tu rostro dejando pequeños besos tratando de disipar cualquier malestar que no podría entender en ese instante.

—Siento mucho esto...— Hablaste por fin dejando que el mar en tus ojos se desate—Yo creí que podría manejarlo bien... dios lo siento tanto...— Gimoteabas incontenible.

—Oye, Ken-chin, creo que hicimos algo mal— El de cabellos rubios y tamaño chico hablo aprensivo, acercándose a la chica mientras posicionaba su mano en los cabellos de esta—Como líder y futuro ex líder... de la Touman, diré que fue un placer cooperar con una inteligente señorita, hermana de nuestro mejor amigo y novia de nuestro resiliente compañero aquí presente. Eres un ser humano como todos nosotros, no tienes porque ser la perfección en persona y se lo frustrante que puede llegar a ser no poder controlar todo el tablero de ajedrez, a veces también es cuestión de suerte y como dije con anterioridad estaremos aquí para ti, eres lo suficientemente como para que queramos protegerte pues tú fuiste quien empezó tratando de protegernos de ellos... gracias por cooperar.

Al final de aquel largo discurso pudiste divisar sonrisas en aquella sala, Mikey te veía sonriente, al igual que Mitsuya, Draken y Hakkai miraban de la misma forma, sentiste una calidez enorme en ese momento, tus fuertes pensamientos se callaron y dejaste salir una hermosa sonrisa, relajaste tus músculos y las gotas cristalinas que se deslizaban por tus mejillas pararon. Agarraste a Mitsuya de la muñeca tirando de esta para que tu novio se acostara en la camilla contigo, cosa que hizo y te acurrucaste en su cálido pecho, podías escuchar el latido de su corazón al cien, a pesar de llevar un tiempo de noviazgo parecía que algunos actos seguían avergonzándolo.

—¿Que demonios? El ambiente está tan dulce que juro que pronto me dará diabetes— Sorpresivamente exclamó una voz al otro lado de la camilla, haciendo reír a todos.

—Podría llamar a Kisaki, vendría de inmediato sin pensarlo— Dijiste insinuante, Hanma cerró la boca de inmediato mientras se volteaba dándoles la espalda.

—¡Genial! Ya despertaste y el suero ya acabó, dentro de un par de minutos vendrá un enfermero a quitarte la canalización, recuerda que aún deben recuperarse tus heridas así que cuídalas de infecciones, no sufriste ninguna fractura por suerte pero aún así debes de cuidar tu estado de salud y relaciones sociales— Una linda doctora entró a la habitación y se paró a un lado de la camilla, todos la miraban con atención y tú no eras la excepción, era amable y sonriente, una vez dicho todo eso salió, dando paso a un enfermero bajito e igual de amable empezó a quitarte todo lo que tenías puesto en el brazo.

Una vez lista para irte viste como todos también se alistaban incluso Hanma.

—Baji dijo que cuando despertarás le avisáramos para el volver, también dijo que prepararía algo para cuando te dieran de alta... te llevaremos a casa— Comentó Hakkai imparcial.

—Es mejor que vayas en auto, así estarás más cómoda y no maltratarás tanto tus heridas, llamaré a Kisaki para que nos recoja— Esta vez era Hanma quien también estaba bastante golpeado pero había despertado antes que tú así que estaba más en sus cinco sentidos que tú.

El ambiente se puso tenso Mikey miraba con seriedad al más alto.

—No se molesten, llamaré a Kisaki supongo que también estará preocupado, ya me imagino que fue él quien los contactó para que nos ayudaran— Dijiste bajándote de la camilla con ayuda de Mitsuya, te sentías rara, como alta del suelo.

—Si bueno... fue difícil creerle pero Nahoya nos terminó convenciendo de que no era alguien "malo". Nos termino contando prácticamente todo lo que le dijiste a él para poder ponernos en contexto, espero no te moleste— Draken hablo despreocupado mientras todos caminaban por los pasillos de aquel blanquecino lugar.

—Creo que tengo cuentas que ajustar con un imbécil— Comentaste no muy contenta pero aún así esbozabas una sonrisa tétrica. Mitsuya trataba de calmarte sobando repetitivamente tu espalda, mientras los demás carcajeaban.

Una vez afuera pudiste notar al moreno de anteojos esperándolos mientras se apoyaba en el auto, un bonito mercedes benz negro, odiabas la fortuna del viejo sin embargo no podrías odiar los bonitos regalos que éste le otorgaba a sus explotados nietos.

—Vaya— Un pequeño silbido salió de la boca del líder—Ken-chin, quiero uno de estos.

—Cuando tengamos trabajos estables— Se digno a decir.

—Es mejor si lo robamos... bien ____ nos vemos en la noche, supongo que te dejamos en manos responsables— Comentó Mikey con una sonrisa mientras revolcaba un poco tu cabellera. Reíste ante aquel acto y asentiste.

—Como ____ es mi novia, supongo que tendré derecho a acompañarla hasta su casa— El de ojos lila comentó serio mientras abría la puerta del auto para ti, ayudándote a entrar en este.

Kisaki y Hanma se limitaron a reír y a asentir, se dispusieron a entrar en el auto también despidiéndose de lo que antiguamente eran sus compañeros. Por otro lado también te despediste de todos con un ademán de mano y una bonita sonrisa, cuando estuvieras mejor jurarías que les besarías la frente a todos.

Después de un viaje, llegaron a casa el auto paró y te bajaste junto con Mitsuya, te despediste de los dos imbéciles y terminaste entrando a la morada.

—¿Que demonios haces aquí?— Una preocupada voz se escuchó en toda la sala, Baji era el dueño, con el ceño fruncido en preocupación corrió a abrazarte tomándote con mucha delicadeza y dejando suaves besos en tu cabeza—¿Por que no me llamaron?

—Es que... me dieron de alta casi al momento, así que se nos pasó por alto— Respondiste sin muchas ganas de hablar, querías dormir y dormir con Mitsuya, querías que tu hombre te mimara hasta que lograrás conciliar el sueño.

—Oye también puedo cuidarla— Respondió en reproche el de cabellos morados.

—Me da igual Mitsuya, todo lo que tiene que ver con mi hermana me interesa, de igual forma supongo que vienes cansada, ¿quieres algo de comer?— Pregunto amable acariciando tu mejilla.

—Quiero dormir, me siento cansada y mi orgullo y ego probablemente están en -100— Respondiste con un puchero tomando a Mitsuya de la mano llevándotelo a tu cuarto.

Una vez en el cuarto el de cabellos morados besó con delicadeza tus labios, sentías la gloria cuando él tomaba la iniciativa en cosas ñoñas.

—¿Puedes dormir conmigo?— Preguntaste tímida mirando sus ojos.

—Eso no se pregunta my lady— Respondió con una sonrisa coqueta empujándote suavemente en la cama.

Poco a poco los dos se fueron acomodando en el frío y extenso colchón, quedando de la misma forma que cuando estaba en el hospital, el de ojos lilas tarareaba un suave canción, la vibración de su pecho te arrullaba de apoco haciendo que tus ojos se cerraran poco a poco.

Mitsuya x t/n [🔞] *EN REDACCIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora