Hermanos

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Preocupado, el de ojos lila salió a ver porque los gritos de su madre, su cara palideció al ver a su chica tirada, golpeada y ensangrentada en el umbral de su puerta.

Con rapidez salió a socorrerla, mientras su madre preocupada le decía que no lo hiciera tal vez era una vándala o algo según su aspecto.

Mitsuya la regañó, mientras tomaba a _____ en brazos y con desespero le pidió a Mana y Luna el botiquín y sábanas limpias para cubrir el sofá y dejarte ahí.

Con rapidez las niñas pusieron todo y el pelimorado dejó descansar el cuerpo en aquel sofá. Tomo el pulso esperando que fuera bueno, lento pero aún así era constante.

—Mamá puedes por favor ¡por favor! Poner a tibiar agua— Su madre hizo caso de inmediato yendo a la cocina.

Te removiste incómoda, todo dolía, la adrenalina del momento estaba pasando, ese bello anestésico natural se fue terminado y Mitsuya lo sabía.

Con rapidez y mucho cuidado empezó a desvestirte y se horrorizaba por lo magullado que estaba todo tu cuerpo, le pidió a su madre que había llegando con el agua, que le ayudara a limpiar, desinfectar y poner crema a las heridas y repelones.

Quejidos salían de aquella linda chica y en algún momento el de ojos lila empezó a lagrimear preocupado queriendo hacer que el dolor desapareciera rápido.

Con pena corrió a la cocina y trajo un vaso con agua, levantó a su chica para sentarla y a pesar de que esta se quejó tomó su mandíbula y la trato de abrir.

—Se que me escuchas pequeña, tienes que tomarte el analgésico, ayudará un poco a quitar el dolor, por favor trágatelo.— La voz del pelimorado era un hilo, sin embargo, seguía siendo demandante y termino por darte la medicina.

Acabaron su labor los dos personajes, pusieron ropas holgadas esperando que las telas no la lastimaran.

—¿La conoces Mitsuya?— Pregunto la madre con preocupación y una de las niñas le respondió de inmediato.

—Es una amiga de Mitsuya, mamá.

Mitsuya seguía observando a _____ quien yacía en el sofá.

—Está bien mamá, niñas, pueden ir a dormir yo me quedaré aquí— Les regalo una sonrisa cansada.

Pasado una hora, _____ empezó a revolcarse y quejarse, el pelimorado despertó de a pocos viendo como la chica se removía incómoda, casi a punto de llorar. Corrió hacia el sofá calmando a la chica con voz tranquila y como si fuera una bebe empezó a mecer con su voz, se percato que aún seguía incómoda en el sofá.

Con rapidez trajo más sábanas y un futon, lo extendió en la sala junto con las sábanas, la tomó en brazos y la puso ahí, se sentó de tal modo que el sofá funcionaba como respaldar para él y tomó cojines suaves y los puso entre sus piernas, pues él ya estaba sentado acomodo todo y luego con delicadeza te subió encima de los cojines.

El chico río pues habías dejado de quejarte pero seguías teniendo cara de enfado.

Así pasó la madrugada, los dos chicos yacían en la sala dormidos. Se estaba llegando la tarde y la madre del pelimorado se preocupó pues ninguno de los dos despertaba.

Llamó a su hijo con suavidad y este despertó de a poco, en lo primero que enfocó la mirada fue en la chica que se aferra con dedicación a su cintura mientras dormía, sonrió un poco y luego miro a su madre que parece ser que le habían dado el día libre.

—Ya es tarde, deberían comer algo y darle medicamentos para el dolor— Susurro con dulzura la progenitora del chico.

Él asintió y llamó con suavidad tu nombre.

Mitsuya x t/n [🔞] *EN REDACCIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora