Luto

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—Si no abres la puerta juro que soy capaz de traer al FBI para que la tire— La característica voz de mando que conocías de Kisaki se hizo presente.

Habían pasado un par de meses después de la paliza que te dieron, en el transcurso de ese tiempo tu estado de salud física mejoró bastante y los golpes y heridas terminaron por curarse gracias a los cuidados de tu hermano y novio quienes estaban al pendiente de ti todo el rato, te molesto un poco pues ni cagar en paz podías además de que te mimaban demasiado y te acostumbrarías a los buenos tratos y eso era malo según tu.

Ahora lo que realmente estaba en la reverenda mierda era tu salud mental, tus emociones revoloteaban y no precisamente emociones bonitas, llorabas desconsolada desde que decidiste abrir la carta que Kisaki te había entregado hace tiempo, si esa misma carta que te entrego junto a la mitad de toda la herencia del vejestorio de tu abuelo. Leer esa cosa te había partido en dos y más con la mala noticia de que aquel malhumorado viejo había fallecido.

"Es difícil empezar una carta para alguien que no tuviste la certeza de tratar bien, admito que cometí infinidad de errores y sé que nunca vendrás a verme mientras siga vivo así que mi única forma de comunicarte mis sentimientos es mediante este escrito, quisiera decir tanto pero me siento cohibido pues a pesar de que eres una mujer terca sé que tienes un corazón frágil y con mis palabras podría abrir una herida incurable nuevamente, jamás aprendí a comunicarme de manera amable o siquiera humana contigo, pensaba y creía fervientemente que si te mimaba mucho terminarías igual que tu padre, cuando pedí tu custodia me enteré de que tú madre había muerto hacía ya un mes, también me enteré de que fuiste adoptada por otra familia, me sentí tan celoso en ese momento que hasta ahora no entiendo el por qué, siempre fui un hombre estúpido y conservador. Jamás pregunte más sobre ti y el estado en el que te encontraron pues tenía un miedo irracional a que tu, chiquilla, fueras más mártir que yo, sin embargo, Kisaki me convenció de que hurgará un poco en tu pasado y así poder entenderte y comenzar una relación un poco más sana, lo malo fue cuando empecé a investigar, termine llorando a mares... -una pequeña niña de 11 años aproximadamente, parecía ida y para nada hostil, una mirada vacía y un estado físico cadavérico, no respondía a ningún llamado, estaba en una casa hecha ruinas y un olor a putrefacción emanaba de alguna parte de la casa, Keisuke la encontró mientras jugaba, le pareció curiosa pues parecía una muñeca, no se movía no respondía y apenas y parpadeaba, el solo la podía mirar entre las rendijas de aquella fea ventana, pasaron un par de días y mi hijo siempre la visitó y le llevaba de comer, sin embargo, no comía nada de lo que él le dejaba en la ventana, cuando me contó eso pensé que era alguna especie de juego entre niños, él parecía preocupado así que lo acompañe a aquel lugar para que se tranquilizara, pero termine alterándome yo-
Eso fue lo que la madre de tu medio hermano me comentó, sabía que la mujer se iba a romper en cualquier momento pues sus ojos emanaban tristeza y dolor y pues ¿los de quien no? La señora comentó que cuando entró a aquella casa el olor a podrido era insoportable que no entendía cómo estabas aún consciente a pesar del inquietante hedor, con rapidez y tapando su nariz te tomó de la mano para que fueras con ella pero al momento terminaste cayendo, los signos de desnutrición y de salud eran pésimos, preocupada le pidió a su hijo que llamara la ambulancia cosa que hizo, pero no creyó poder hacer algo por ti pues te veías mal. No sabes lo mal que me sabe reconocerlo ahora yo simplemente... desearía que con todo el dinero del mundo se pudiera volver al paso y cambiar tu destino, una vez estuviste estable, tu madre adoptiva comenzó poco a poco a reconstruirte como si de una linda muñeca se tratara, llenando los vacíos de tu madre, con infinidad de terapias y rehabilitaciones con los mejores psicólogos... todo para ti, todo por ti. Hasta ahora en el momento que escribo esta carta no sabía absolutamente nada de ti, me siento patético, un imbécil, me he equivocado y lo peor es que ni siquiera espero tu perdón, ya que no puedo ni perdonarme yo, solo quiero que sepas que eres una persona increíble y que entiendas que no estás equivocada, quiero que seas feliz, por eso por favor apóyate en Kisaki y Hanma, crece como persona y se lo mejor que puedas ser para quienes te rodean, morir solo no es fácil, es triste saber que miras hacia los lados y no hay nadie acompañándote, mi pequeño retoño, a quien ame mal y lastime permíteme la honorable bondad de ser leído por tus analíticos pensamientos, mi estrella fugaz a quien trate de apagar, quiero que sepas que este estúpido y anticuado viejo te pide desde lo más profundo de su corazón una disculpa, tardía pero sincera. De tu abuelo quien aprendió a querer al borde de la muerte."

No comprendías, no entendías y no querías entender, sentías un extraño vacío pero aún querías seguir llorando. Abriste la puerta y viste a tres personas tras esta; Kisaki, Hanma y Baji.

—Yo no lo entiendo— Un hilo de voz fue lo que salió de ti mientras llevabas tus temblorosas manos a tu rostro para cubrir lo evidente.

—Está bien, todo está bien, no es tu culpa, nada es tu culpa, no te preocupes, llora todo lo que quieras estaré aquí— Baji te abrazo con firmeza haciendo que tu rostro se perdiera en sus brazos.

—No tienes que entender nada, eso es todo lo qué hay, es poco pero suficiente para que te quedes en paz— Hablo Kisaki serio.

—Deberías de saberlo, después de todo son familia, entendías y leías muy bien al viejo— Hanma era el dueño de aquellas palabras, su voz era áspera pero su rostro era todo lo contrario parecía incluso afligido.

—Pero ni siquiera pude perdonarlo— Dijiste con fuerza, gimoteando.

—El viejo no quería que lo perdonaras, no hizo la carta con esa intención, la hizo para que tú instancia en este contexto fuera amena y resolvieras los conflictos que él causó en tú persona. Él se quería disculpar y lo hizo, no hay nada más por hacer— El de anteojos siempre fue bueno con las palabras, indicado para el consuelo y la reflexión, tiene razón después de todo el viejo bastardo se quería disculpar y así lo hizo, una pena que el tiempo no se pueda comprar pues harías lo que fueras para tratar de arreglar la relación rota que ustedes dos llevaban.

Perder, odiabas perder, pero esta vez, solo por esta vez sentiste que perdiste pero a la vez ganaste.

Mitsuya x t/n [🔞] *EN REDACCIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora