Sueños

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—¿Y que piensas hacer?— Comentó el de gafas con seriedad.

—Yo que sé Kisaki joder, no peleamos...— Respondiste nerviosa mientras jugabas con la silla giratoria de aquella oficina.

Habías logrado escapar por un par de días de las preguntas atosigadoras de algunos miembros de la Touman, te habías escondido en casa de Hanma que curiosamente vivía con Kisaki quien era el que trataba de remediar aquello.

—¿De una escala del 1 al 10 cuanto crees que se obsesionará Izana con enterrarme viva?— Comentaste pidiendo la opinión del Tettas.

—Depende, si Mikey estaba contigo así sea a un centímetro lo más probable es que se vuelva a armar una batalla campal entre esos delincuentes y la Touman como pandilla— Dijo sincero.

—¿Así que el problema es Mikey?— Dudaste pero era lo único que tenías.

—Es una larga historia, te la resumiré en: Shinichiro Sano, amor Izana, amor Mikey, Izana desolado, rencoroso en busca de desaparecer al rubio— Dijo con un toque de gracia ante el cual reíste y terminaste por comprender.

—No sé qué hacer, tal vez debería de esperar.

—Deberías irte a casa y explicarle a tu hermano, eso pienso que deberías hacer— Comentó con tranquilidad mientras seguía organizando el papeleo—O podrías visitar al viejo— Dijo persuasivo, sin embargo, lo ignoraste.

Optaste por irte de aquel lugar pues ya habías tenido suficiente del dúo aquel, miraste la pantalla de tu celular siendo decorado por un montón de llamadas y mensajes sin atender, Mitsuya, Mikey y Baji, estabas tan entretenida en el móvil que no te percataste de que ibas a chocar con dos jóvenes.

—Oh lo siento yo...—Ran y Rindou los chicos de la fiesta o conocidos como los antiguos aliados de Izana, agradecías que ya no lo fueran.

—¿Que pasa pequeña, enmudeciste?— Era el de trenzas quien se burlaba.

—Ahh yo no... creo que es hora de irme y...— Trataste de escapar con una sonrisa nerviosa, sin embargo, aquel chico tomó de la parte de atrás del cuello de tu camisa haciendo que te devolvieras bruscamente.

No me dejarán ir tan fácil. Pensaste con decepción y cara de cansancio.

—Tomemos algo— Está vez era Rindou quien hablaba con bastante tranquilidad.

Tampoco trataste de llevarles la contraria, estabas mentalmente cansada de luchar en tus pensamientos por saber el desenlace con el conflicto de Izana, tenías miedo de que algunos de tus amigos salieran heridos por algo que provocaste o incluso muertos.

—Pareces desanimada, claro, si te comparamos con la noche de esa vez— Ran hablo travieso, menos te pido interesar su insinuación, al parecer se percató de eso y volvió a componer su cara a una seria.

Hablaste un poco con ellos de cualquier cosa filosófica que se te cruzara por la mente, en el fondo se sintió lindo pues compartían intereses y los mismos puntos de vistas enfermos desquiciados. Pasaron un par de horas en aquel lugar donde decidieron charlar, los dos chicos que te acompañaban en la mesa se quedaron en completo silencio.

Los miraste fijos y en sus ojos se podían reflejar personas atrás tuyo, giraste lentamente y para tu sorpresa era Draken y Mitsuya con cara de cero amigos y posiblemente ganas de arrancar cuellos.

—H-hey Draken, Mitsuya— Salidaste nerviosa pero sonriendo aún así.

—Así que ahora soy Mitsuya, eh?— En su tono se podía diferenciar fácilmente el recelo, su expresión parecía apacible, pero realmente tenía una mirada tétrica.

Por otro lado estaba Draken quien con una ceja levantada y los brazos cruzados te miraba desde abajo.

—Rin, Rindou, nos vemos en otra ocasión— Te despediste de ellos con una sonrisa cálida, el de trenzas se despidió con un ademán mientras que Rindou dejaba un beso en el dorso de tu mano.

Mitsuya no parecía contento pero tampoco estaba echando chispas así que te preocupo. Ibas con los dragones gemelos a casa de quien sabe quien.

—Me preocupaste, pensé que Izana te había hecho algo— Hablo el de ojos lila con una cara descompuesta, mientras pasaba un brazo por tus hombros.

—No es tan idiota, además me mostré lo más dócil posible para que no se sintiera vulnerado y nos atacara aquel día— Hablaste.

—Deberías de comentarnos estos sucesos, somos una pandilla que usa la fuerza para proteger— Está vez era Draken.

—No es así... deberían de empezar a pensar en un futuro de aquí no saldrá nada más, ustedes se vuelven mayores y los enemigos de sus edades suelen ser más peligrosos que pandilleros de 15 años, mafiosos, asesinos y delincuentes con un alto historial...

Los dos chicos te miraron con duda buscando mentiras en aquellas palabras.

—Draken hace mucho empezaste a dejar volar a Mikey, parece que olvidaste el propósito por lo cual lo hiciste, Mitsuya tu buscas con tanta añoranza la confección de trajes de cualquier estilo junto a Hakkai, siendo prácticamente sus sueños. Los gemelos también supongo que tendrán algo que querrán, mi hermano ama los animales y quiere ayudarlos a cómo dé lugar, Chifuyu ama seguirlo... los tiempos cambian y la gente crece, deberían de plantearse la disolución de Touman y comenzar a vivir vidas medianamente felices sin la necesidad de ver la violencia con un método para que algo funcione.

Aquellos hombres quedaron perplejos y atónitos por tus palabras, todo el camino se la pasaron callados parecían realmente tomar en cuenta aquellas palabras, pues eran las mejores para todos.

—Supongo que tienes razón— Por fin el silencio dejo de reinar y el rubio trenzado se atrevió a hablar mientras reía con nostalgia.

Mitsuya por su parte también reía pues ya lo habían estado pensando por un tiempo.

🪐🪐🪐
—¡Espera, Takashi me haces cosquillas!— Carcajeaste tratando de quitarte de encima a aquel apuesto chico.

—Eso es por llamarme Mitsuya enfrente de los Haitani.

—¡Está bien! No lo volveré a hacer pero para— Carcajeabas con fuerza, las cosquillas se volvían insoportables en aquel momento.

El chico paró y volvió a besar tu mejilla con cariño.

—Takashi... ¿te gustaría hacer un trío?— La pregunta salió sin previo aviso, Mitsuya lo medito por un momento, ¿eso era lo que realmente su novia deseaba? Para él eso no era ninguna cosa del otro mundo.

—¿De verdad quieres hacer uno?— Esta respondió mientras pasaba el tv de su habitación buscando algo bueno para ver.

—Si... aunque si te molesta realmente tampoco es algo necesario.

—¿Quieres hacerlo ahora?— Pregunto con voz suave mirándote a los ojos.

Las mejillas de tu cara tomaron un leve color carmesí mientras tu cabeza asentía en forma de si.

—Está bien muñeca, llamaré a Hakkai— Beso tú frente con amor mientras iba a su escritorio en busca de su teléfono.

—Espera, ¿a Hakkai le gustan esas cosas?

—Es un espíritu tímido, no cerrado a ocasiones— Respondió con una pequeña risa marcando el número de su amigo, era en el que más confía como para dejar el cuerpo de su linda y apreciada novia.

Una hora media después ya se encontraban las tres en el mismo colchón, tú novio a un costado y Hakkai al otro.

No soportabas el sofocante ambiente a pesar de que el tv hiciera un poco de presencia, tu cara se ponía roja al pensar en cosas no muy religiosas. Tu novio río sentándose a tu lado besando tu oreja y mimando tu cuello.
Por otra parte teníamos a Hakkai quien a pesar de ser extremadamente tranquilo y tímido comenzó a hacer lo mismo que Mitsuya. Tu piel se erizaba ante el toque de cualquiera de estos dioses.

Mitsuya x t/n [🔞] *EN REDACCIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora