Primer capítulo

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Primer capítulo.

"Y nos amamos...como si no hubiera un mañana, como si el mundo pudiera terminar hoy..."

Con el índice recorrió la planta de sus pequeños piecitos, desde el talón hasta el dedo más chiquito. La observó apenas removerse y volver a chupar con mayor fuerza el chupete.
-Ssssss -susurró Ae tendido del otro lado de su hija- vas a despertarla.
-Lo sé... -trasladó su recorrida a las manitos que reposaban en dos puños apretados- es que me sigue asombrando lo perfecta que es.
-Es verdad -la voz apenas se escuchaba en la estrecha habitación- porque se parece mucho a ti.
Pete sonrió y siguió con las suaves caricias en la piel de porcelana de la pequeña Lira que continuaba succionando el chupete, llevó la mano a las mejillas regordetas, a la nariz que era apenas un botón, al cabello oscuro idéntico al de su padre alfa.
-Ae... -el omega besó con suavidad la cabeza antes de alejarse un poco- me da pena dejarla...
-Son apenas dos días -se levantó de la  cama y colocó un par de almohadones para evitar que la niña se girara- se que vas a extrañarla y ella a ti.
Pete hizo lo mismo, acomodó una protección extra para asegurarse de que su hija no cayera de la cama, por lo general era bastante inquieta en su sueño. El alfa, mayor que él por un año acercó su cuerpo y los dos terminaron contra una pared, el calor de las pieles se transferían a través de la ropa.
-¿En cuanto tiempo sale el colectivo? -el menor sintió como el otro olisqueaba en su cuello generándole cosquillas- ¿tienes tiempo?
-Tres horas -trató de que no sonara como un gemido- todavía debo bañarme.
-Entonces vamos a tener que aprovechar el tiempo -respondió colando una mano por debajo la remera abarcando el abdomen que aún mostraba vestigios del embarazo- tendremos que ser rápidos y silenciosos.
El omega se sonrió mientras comenzaba a tirar la camiseta del alfa por sobre su cabeza y le seguía la suya. Avanzaron entre algunos besos y jadeos al baño y rápidamente llegaron a la ducha. Lo preparó con diligencia, recorriendo su camino en Pete como sabía que le gustaba y lo volvía loco. Lo inundó con su cuerpo sosteniendo sus muslos y se permitieron perderse en el otro. Minutos después, el mayor se dedicó a lavar con mimo el pelo castaño de su pareja, hizo espuma y la repartió sobre el cuerpo cálido y relajado.
-Solo serán dos días... -le habló al oído- te vamos a extrañar pero estaremos bien.
Pete cerró los ojos mientras terminaba de enjuagarse, en los 8 meses desde el nacimiento de Lira, era la primer separación real y algo en sus huesos le decía que era incorrecto.
Se secaron y vistieron con rapidez, el omega espiando continuamente a Lira para controlar que no se despertara e intentara bajar de la cama o rodara hacia el suelo.
Al final se rindió, sabiendo que la despertaría la tomó en brazos y la acunó, besó su nariz mientras ella la observaba con sus ojitos apenas abiertos. Ae se sentó a su lado y apoyó el mentón sobre el hombro del menor.
-Va a pasar rápido... no te darás cuenta -trató de tranquilizarlo- y verás a tu hermano y a tu papá omega.
-Llevo fotos de Lira -acotó mientras sus dedos eran apresados por los de su pequeña- tal vez quieran quedarse con alguna...
-Si me dices que tu hermano es como tu, seguro también se enamora de ella y se decide por conocerla -trató de alentarlo- tu papá omega también.
-Es que... -besó a la bebé en la frente- ya sabes como es mi papá alfa.
-Lo sé -acotó- pero, que el que tu papá omega y tu hermano quieran verte es un gran paso.
-Pero es a escondidas -se miraron a los ojos- él no está enterado.
-Todo saldrá bien amor -se levantó de la cama y abrió la puerta para dejar entrar al otro integrante de la familia.
El perro de tamaño mediano, de pelaje color canela y orejas caidas entró y fue directo a los pies de Pete.
-A ti también voy a extrañarte -le dijo Pete y con una mano acarició su hocico- cuida a papá y a tu hermanita.
El momento de partir llegó demasiado pronto, un pequeño bolso con algunas pertenencias era todo lo que llevaría. Apretó a Lira contra su pecho e inspiró el aroma que estaba grabado en su alma. Besó su nariz antes de dejarla con el alfa y darle a él un beso dulce y corto con un "te amo" al final, se despidió del perro rascando tras sus orejas indicándole que no hiciera de las suyas en su ausencia.
Plan lo esperaba en el auto que lo llevaría a la estación, su cuñado y mejor amigo sería quien escucharía todas sus dudas nuevamente, pero a la vez la esperanza de retomar un vínculo que su familia había cortado en el momento que se negó a finalizar su relación con Ae e iniciar una vida, que aunque modesta, lo llenaba como nada en la vida acomodada que había llevado antes de conocerlo.
Su primer encuentro fue una de esas casualidades que lo cambian todo, él cursaba el tercer año de veterinaria y hacía sus prácticas cuando el omega trajo cargando a un chucho maltrecho que había rescatado. No hubo posibilidades de que algo no surgiera en ese primer cruce de palabras, en las miradas veladas y mejillas rojas. Poco más de dos meses después ya estaban saliendo, Pete se sentía libre al encontrarse estudiando en una ciudad a varios kilómetros de su hogar, lejos de la mirada opresiva del alfa de la familia y la voz baja y sumisa de su padre omega.  Que su familia se enterara fue cuestión de tiempo, y que rechazaran la relación una obviedad ante los snob del jefe de familia. Nunca se planteó dejar a Ae, y un año después ya estaban conviviendo en una pequeña casa y con Lira en camino. Si, le había costado no volver a ver a su gemelo, quien muy pocas veces iba en contra de los designios familiares, a veces le dolía y sentía esa conexión aún latente en algun punto. Ansiaba mas que nada verlo, abrazarse a él y mostrarle las cientos de fotos de su pequeña familia, y tal vez convencerlo para que también dejara su lugar bajo el puño paterno.
Se despidió con un abrazo de Plan, les dio indicaciones de que vigilara a Ae en su ausencia para que no se ahogara en un vaso de agua con respecto a su bebé. En su asiento cerró los ojos y casi pudo acariciar el anhelo que lo invadía poco a poco...volver a tener a su gemelo cerca, si lograba que lo acompañara de vuelta, su vida sería perfecta.
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-Shhhhh -bajó las piernas de la cama y corrió a la puerta de entrada asegurando dejar a su pequeña al resguardo de los almohadones- voy voy...
Trató de hacer que Chicho dejara de ladrar al intruso que aporreaba la puerta como si el final del mundo estuviera a la vuelta de la esquina. La noche anterior no había sido la mejor, Lina habia babeado y llorado lo suficiente como para hacerlo llorar junto a ella, los pequeños dientes que iban haciendo aparición lastimando sus encías.
-Basta!- lo tironeó del collar a la vez que abría la puerta con ganas de gritar al que molestaba con sus golpes.
Los ojos llorosos, rojos e inflamados de Plan le devolvieron la mirada, sus brazos rodeándolos mientras hablaba palabras que no lograba decifrar. Lo vio avanzar y prender el televisor para colocarlo en un canal de noticias nacionales.
Y lo único que podía pensar Ae, lo único en lo que su mente se podía detener era en los dientes de Lira molestándola y poniéndola enojada, en el paño con hielo que le colocó para calmarla. Miró sin ver a Chicho, el perro que había encontrado a un costado del camino y decidió adoptar, miró las paredes del comedor que solo tenía lugar para cuatro personas, en las fotos que colgaban dejando el rastro de una familia felíz. Recorrió cada cosa que pudo para no concentrarse en lo que había alterado a su hermano, en la evidencia de que su mundo se estaba inclinando y saliendo de su eje.
Conocía la dirección de memoria, las imagenes mostraban la fachada del lugar donde había un edificio de departamentos. Las noticias hablaban de una explosión de una cabina de gas que habia provocado el derrumbe de algunos pisos, las imágenes mostraban a los bomberos intentando apagar el incendio y sacar a alguno de los heridos. Por inercia tomó el celular y marcó el número del omega, rogó a todos los dioses, pidió por favor e hizo todas las promesas de las que fue capaz. Quedó parado allí, con el teléfono enviándolo al buzón de voz una y otra vez. El llanto de Lira lo sacó del círculo en que se encontraba. Corrió a la habitación, revisó su pañal y la llevó en brazos. La apretó a su pecho, la meció mientras sus ojos seguían en las imágenes que de ahora en mas alimentarían sus pesadillas.

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Hola! Aquí nueva historia de la que todavía no se absolutamente nada. Agradezco que le den oportunidad y que me acompañen en esta nueva aventura. Como siempre AePete con un final feliz asegurado. 
Gente, gracias por la paciencia! Les mando un beso inmenso. Cuidense.
Y ya saben....estrellita por aquí comentario por allá...

Retazos de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora