Final (Segunda parte)
La ansiedad vibraba a través de su piel, se sentía como la electricidad antes de que un rayo golpeara, la anticipación de que algo estaba a punto de suceder.
La noche que Mean lo llamó para reunirse con él no esperaba que fuera el principio de la caída de Marko. O tal vez el principio había sido hace tiempo, el día que Saint y Tird habían decidido huir de su puño perdiendo la vida en el camino.
Cuando el alfa apareció en la dirección donde ahora vivía con Perth no creyó que fuera con información que sumaría varios años más a la posible condena del malnacido que tantas vidas había arruinado.
Miró las noticias, el informe hablaba de los allanamientos simultaneos el varias residencias de familias prominentes, incluyendo empresarios y políticos. Las pruebas aportadas por un informante anónimo sumado al trabajo encubierto de una fuerza especial había desbaratado una banda que se dedicaba a prostituir jóvenes omegas. Lo asquearon los detalles sórdidos, los rostros de quienes eran obligados a llevar esa vida y no dejó de pensar en cuál era el destino que Marko intentó hacer vivir a su hermano.
En la investigación dada a conocer hablaban de una banda que por años había ampliado su cantidad de socios, la periodista, ubicada frente a una de las casas allanadas, relataba como cada miembro mayor debía ofrecer un hijo omega para pertenecer al círculo de mando, los jovenes tenían dos destinos posibles, un matrimonio arreglado con un miembro de otra familia que aseguraba la lealtad al círculo o ser prostituido a un grupo muy selecto que pagaban fortunas por omegas recién pasados sus primeros celos. Marko era el más reciente jefe, además de ser un proxeneta se conocieron varios negociados ilegales de los que debería dar cuenta. Apretó los ojos con fuerza al escuchar que él todavía seguía prófugo. En las dos semanas desde que habian desbaratado la organización todavía no habían podido localizarlo.
Pensar en Marko era pensar indefectiblemente en Kao, no sabía nada mas de él y solo rogaba de que se encontrara bien. Estaba aterrado, Marko estaba acorralado y como la bestia que era sabía que era capaz de cualquier cosa.
Salió de la casa dejando a Perth y Mean frente al televisor. Al principio su relación habia sido tirante, su hermano no superaba la muerte de Saint y le causó una gran molestia saber que alguna vez habia estado comprometido con otro alfa, ahora llevaban una convivencia pacífica.Se sentó al cordón de la vereda. Hace unos meses que vivían en un pequeño pueblo donde el mayor había conseguido un nuevo trabajo y habían decidido recomenzar sus vidas aquí. Si tan solo pudiera...
Apretó sus rodillas llevándolas al pecho apoyando la frente en ellas. Necesitaba noticias, necesitaba saber que estaba bien, que la maldad de Marko no había sido cobrada en él.-Estúpido Kao...-susurro con la voz quebrada- prometiste que te cuidarías, dijiste que estarías bien.
Dolía tanto que a veces era cegador, era injusto perderlo aunque en realidad nunca lo tuvo.
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El golpe certero en la base de su nuca lo sacó del letargo, apenas podía levantar la cabeza para mirar los ojos del hombre al que tanto odiaba.
-Sabes -pronunció el alfa colocándose por delante de su cuerpo- realmente casi lo lograste.
Aún con dolor sonrió, no había forma de que Marko conservara algo del poder que ostentaba.
Las pruebas aportadas por Mean habían sido el golpe final, la filtración a la prensa de la información aseguraba que sus crímenes no quedaran impunes. El joven alfa había demostrado su valía dando la espalda a su familia y en el proceso enviandolos a la cárcel junto a la mayoría de los socios. Lamentablemente, traidores había en todas partes y ahora él estaba aquí a merced de Marko consecuencia de que alguien había revelado su identidad.-Ya está hecho -disimuló una mueca cuando el dolor del corte profundo que le había provocado en el muslo derecho se hizo más intenso- no te queda nada.
-Maldito traidor -le golpeó la frente con la culata del arma- hijo de puta, maldito hijo de puta.
La sangre se sentía tibia al bajar por su cabeza, el dolor punzaba en todo su cuerpo y aún así no tenía temor. Era cuestión de tiempo, Marko no podría esconderse por siempre o mantenerlo a su merced.
-¿Crees que vas a escapar? -metió un dedo en el hueco en su pierna provocando que apretara los dientes para evitar gritar- solo estoy jugando contigo como un gato juega con un insignificante ratón.
-No te queda nada Marko -se mofó aunque el dolor irradiaba a todo su cuerpo- te quité todo.
-Maldita mierda -volvió a golpear llevándolo a que se tambaleara la silla donde lo mantenía retenido- vas a preferir el infierno.
-Yo ayudé a Pete a huir -sonrió al ver el odio en los ojos del otro- Saint y Tird también habían huido gracias a mi.
-Estúpido -comenzó a golpearlo en el rostro con los puños cerrados, la sangre comenzó a salir de los cortes escurriéndose por la camiseta blanca que mostraba los vestigios del escarmiento al que fue sometido- voy a torturarte por tanto tiempo que vas a rogar por la muerte.
-Inténtalo -escupió la sangre que se acumulaba dentro de la boca- te estás quedándo sin tiempo.El siguiente golpe sobre su cabeza desconectó sus neuronas lo suficiente para darle algo de tranquilidad.
Solo tenía que aguantar, solo un poco más, y aunque no sobreviviera, por lo menos había cumplido la promesa hecha a su hermano, el monstruo había perdido todo.
El alivio del desmayo trajo algo mas a su mente, ya no tuvo fuerzas para luchar contra la imagen de su niño, el pelo castaño y las mejillas rosadas lo acompañaron hacia el olvido.〰️🖤〰️
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Retazos de una vida.
Fanfiction"Y nos amamos...como si no hubiera un mañana, como si el mundo pudiera terminar hoy..."