Décimo cuarto capítulo.

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Décimo cuarto capítulo.

Entró directo al estudio de Marko, conciente de que ya no podía atrasar esto mucho más. En quince dias el alfa estaría de vuelta de su viaje en busca de supuestos inversionistas y su hijo ya estaría muy lejos.
Abrió la computadora y de allí ingresó de forma remota a los archivos personales, los mails y conversaciones que el alfa mantenía, que llevara un registro en una base de datos había sido un golpe de suerte que al final terminaría por undirlo. Buscó a través de la página donde todo quedaba guardado, cada  paso que daba, los negocios, aspiraciones y cada uno de sus socios a lo largo del continente. Sacó un disco externo y lo conectó a la computadora realizando una copia actualizada para luego enviarla a un servidor resguardado al cuál nadie más que él tenía acceso.

De pronto, el ruido proveniente de la escalera llamó su atención. Maldijo por la interrupción y con rapidez desconectó todo. Fue sigiloso al sacar el arma que llevaba pegada a su pecho y caminó hacia la fuente del sonido dirigiendo sus pasos al piso de arriba. Se mantuvo silencioso hasta que llegó al lugar donde el intruso revolvía unos cajones. Se acercó sin que siquiera el otro se diera en cuenta, lo tomó por la espalda y con fluidez llevó el arma al costado de su cabeza.

-Eres más estúpido de lo que pensé- le dijo al oido sin soltarlo,el otro cuerpo temblaba de manera incontrolable, podía oler el terror que emanaba.
-Por favor... -fue la respuesta susurrada.
-Por favor qué? -volvió a hablar y lo pegó mas a su cuerpo.
-Por favor...no me hagas daño -respondió con la voz apenas audible.
-Pídelo de nuevo.
-Por favor señor- sintió como se removía- no me haga daño.
-Mierda Earth -colocó el arma a un costado- que mierda haces niño.
-Yo...
-Eres tan tonto -presionó el cuello con una mano y otra fue al abdomen eliminando cualquier distancia- no tendrías que haber vuelto.
-Olvidé unas cosas -dijo en un hilo exhalando con fuerza.
-No llegó el día que puedas engañarme -los labios estaban a centímetros del oído- no tendrías que  estar aquí.
-Tengo que hacer todo lo posible...
-¿Sabes lo que estas haciendo? -no lo dejó terminar, sentía la furia comenzar a recorrer su cuerpo- ¿sabes lo peligroso que es?
-No hice nada malo...
-Mierda Earth! -lo giró de golpe para enfrentarlo- no tendrías que haber vuelto a esta casa.
-Ya te dije...
-No me mientas ¿quieres? No te atrevas a decir alguna mentira.
-No se de que hablas...
-Mira Earth, ¿Crees que yo no se todo de ti así como lo sabia todo de Saint? -lo vio palidecer, su tez de por sí  blanca, ahora era translucida.
-Pero ¿cómo? -no intentó negar nada porque sabía que sería inútil.
-Es mi trabajo -se encogió de hombros- que el hermano bastardo terminara como enfermero de Saint fue gracias a que pude mover los hilos a mi antojo.
-Pero él no es Saint -respondió con rapidez sin hacer caso a el insulto velado.
-¿Qué? -no entendía a que se refería.
-Saint es quien murió -los ojos fueron cubiertos por sus párpados- era todo una mentira.

Se alejó dos pasos, de todo lo que había descubierto esa información se le había escapado. Cerró los ojos y por un segundo se permitió sentir pena por el joven omega que alguna vez le había sonreído con amabilidad en la mirada.
-Marko lo mantenía drogado para evitar que Pete lo descubriera.
-¿Estas seguro? -la pregunta era tonta, pero debía hacerla.
-Si -fue firme al responder- estamos tratando de ayudarlo a que algunos recuerdos mas vuelvan a él, tiene una hija.
-Estamos... -remarcó porque su cerebro quedó trabado en esa palabra.
-Si, Mean y yo estamos haciendo todo lo posible -siguió hablando ajeno al sentimiento que provocaban sus palabras- mañana lo llevaremos a su encuentro, solo vine a revisar si encontraba alguna documentación.
-Entonces ya no es su prometido -entrecerró los ojos- sea donde sea que lo tengan, están ustedes tres solos.
-Si.
-Tu y Mean.
-Kao...
-Quiero que te vayas Earth -mandó de una vez antes de que hiciera una estupidez- estas poniéndote en peligro.
-¿Vas a delatarnos?
-Voy a fingir que no escuché esa pregunta.
-¿Y que harás cuando Marko vuelva?
-Eso no tiene por que preocuparte.
-Y sin embargo no puedo evitarlo -los ojos se vieron mucho más cristalinos- ¿lo sabes verdad?
-Earth -trató de imprimir autoridad en su voz pero falló.
-Lo sabes ¿no? -volvió sobre lo mismo- ¿Sabes que aunque no quieras, yo no puedo hacer nada contra lo que siento?
-No voy a discutirlo.
-Lo sé -el castaño limpió las lágrimas erráticas que bajaban por sus mejillas- pero digas lo que digas no cambia nada para mí.
-Basta niño -ordenó aunque sonó como una suplica.

El omega agachó la cabeza y por un instante sintió el impulso de darle una orden que sabía que cumpliría al instante, puso toda su voluntad en no hacerlo, era una locura volver a algo que no tenía ningún futuro, y lo que era peor, lo pondría en la mira en el momento en que todo explotara. Mejor dejarlo así, olvidarse de una vez de lo que el joven era capaz de hacerle experimentar.

-Sólo una vez más -lo escuchó susurrar- por favor, sólo una vez más.
-No te hagas esto...
-¿Porqué no? -dio un paso al frente- ¿Porqué no humillarme una vez más si con eso puedo tenerte?
-No es así -le indicó aunque sentía flaquear- no tienes porque humillarte.

Observó al pequeño, las lágrimas manchaban la piel inmaculada, el movimiento rítmico del llanto movían su cuerpo.
Debía sacarlo de aquí, debía echarlo de una vez y para siempre de su vida, asegurarse que se fuera lo suficientemente lejos para que Marko no pudiera alcanzarlo nunca. Odiaba esto, Earth era todo lo que quería y lo que no podía volver a tener.
En un segundo de debilidad tomó su rostro entre las manos y apoyó la frente sobre la suya. De cerca observó las pestañas húmedas y la pequeña nariz. No podía hacer ninguna promesa y a la vez quería prometerle todo.

-Por favor... -los labios rellenos dijeron una vez más- no nos niegues esto.
-Me dijiste que no tenía derecho a tocarte -lo acusó porque esas palabras habían cortado en él- que no te llamara niño.
-Estaba dolido -su respiración comenzaba a agitarse.
-No...
-Por favor señor -la lengua rosada salió repasandose la boca, tentándolo más allá de lo decible.
-Niño... -negarse era ya casi imposible, no midió sus acciones, empujó el cuerpo bien dispuesto contra la pared de la habitación que había estado revisando- esto es lo que estás buscando.
-Si...
-Si que -llevó los labios a una de sus orejas y mordió justo donde sabía que lo volvería loco.
-Si señor.
-¿Lo vas a recibir todo? -dejó un rastro húmedo hasta el cuello.
-Si...
-Dilo niño.
-Lo voy a recibir todo señor.
-Así me gusta -felicitó mientras con una pequeña presión llevó al omega a ponerse de rodillas.
-¿Seguro?
-Lo necesito.
-Abre esa bonita boca -ordenó mientras bajaba el cierre del pantalón- manos atrás.
Earth obedeció al instante, habían jugado este juego demasiadas veces, al principio para aliviar una picazón que pronto se tornó incontrolable.
Allí, en una habitación ajena, con las lágrimas del omega todavía frescas, se rindieron una vez más a una necesidad que ninguno de los lograban controlar.

Tiempo después, con los cuerpos saciados, alejarse fue mucho mas cruel.
-Cuídate - pidió mientras le abrochaba el uniforme de enfermero- promételo niño.
-Lo prometo -respondió con un temblor en sus rodillas- júrame que tu también lo harás.
Llevó una mano al rostro delicado, la piel habia quedado un tanto rojiza. Besó la punta de su nariz. Earth, ese muchacho dulce y desafiante, su niño hace tiempo se había convertido en su mayor debilidad, dejarlo era la única posibilidad para poder seguir adelante.

Una vez que vio a Earth salir de la casa, se apuró a volver al despacho de Marko. Necesitaba todas las pruebas, que haya falsificado la identidad de su hijo muerto era uno mas de la larga lista de delitos que haría pagar al malnacido.

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Hola gente! Espero estén bien. Aquí un poco del KaoEarth que sigue siendo de mis shipp preferidas. Si todo va bien, mañana tendremos mas, este fin de semana me dediqué solo a descansar porque estoy agotada. Les dejo un beso inmenso. Cuidense.
Y no se olviden de estrellita por aquí y comentario por allá...

Retazos de una vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora